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El jefe de los Mossos del 155 justifica la pasividad de la policía regional

El comisario Ferran López afirma que el coronel Pérez de los Cobos no se quejó del plan de la policía regional para evitar el 1-O.

El comisario de los Mossos Ferran López es un agente doble de los hermanos Coen en Muerte entre las flores, el personaje Tom Reagan, gánster irlandés, parlamentando con amigos y enemigos, siempre al pie del cañón, de cuatro de la mañana a cuatro de la mañana del día siguiente durante lo que vino siendo el 1-O.

Gran cartel y testimonio de peso en el Tribunal Supremo. El espada de los Mossos Ferran López fue el superintendente supremo del cuerpo durante el 155 por orden del exministro de Interior del PP Juan Ignacio Zoido. De número dos del mayor Trapero cuando el golpe de Estado pasó a jefe del cuerpo de la confianza del Gobierno del PP en virtud del antedicho artículo constitucional. El actual Gobierno de la Generalidad no tardó mucho en relevar al comisario del 155, pero contuvo las formas y lo nombró adjunto a la "Prefectura" que acababa de conceder a Miquel Esquius, hasta ese momento segundo de López. Cosas que pasan en los Mossos.

A la sala le interesa el papel de López en cuanto a segundo de Trapero. Era el hombre que se reunía con el coronel de la Guardia Civil Diego Pérez de los Cobos, a la sazón coordinador del dispositivo policial contra el referéndum ilegal bajo tutela de la Fiscalía primero y del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña después. Es que el jefe de los Mossos, Trapero, evitaba en lo posible verse con Pérez de los Cobos por "problemas de piel", afirma López.

Versión alternativa

El actual adjunto al primero de los Mossos, Ferran López, tiene una versión alternativa de lo que pasó durante los meses de septiembre y octubre de 2017 en Cataluña. En su opinión y percepción, aquello fue un no parar de los Mossos al servicio del orden y la ley, de la Constitución y del Poder Judicial. Según López, la policía autonómica hizo todo lo que pudo, se batió el cobre contra el referéndum ilegal y en todo momento se mantuvo leal a la legalidad vigente.

La actitud y actuaciones de los Mossos fueron modélicas y se atuvieron en todo momento a lo dispuesto por el Estado. Es más, afirma que el coronel de la Benemérita no puso objeciones al "plan" de enviar "binomios" de los Mossos a los centros de votación para detener el referéndum.

El abogado estrella de las defensas, Javier Melero, que se ocupa del exconsejero de Interior Joaquim Forn, plantea un careo entre López y Perez de los Cobos. Recuerda que a preguntas de la defensa, el coronel de la Guardia Civil desacreditó del punto a la cruz la actuación de los Mossos el día del autos mientras que el declarante sostiene todo lo contrario. El presidente de la sala. Manuel Marchena, pide tiempo y se da el receso del mediodía para deliberar y decidir sobre la petición.

A la vuelta, informa a Melero de que posponen la decisión del careo hasta la deducción de todos los testimonios. Decreta una suerte de "tiempo muerto" antes de decidir sobre la conveniencia, o no, de una pelea de gallos entre el coordinador del dispositivo designado por la Fiscalía y el segundo de Trapero elevado a jefe de los Mossos por el Gobierno de Rajoy.

La declaración de independencia

La aportación de López al proceso es que desliza que Puigdemont afirmó que declararía la independencia si había violencia en el 1-O. Puigdemont dijo muchas cosas durante esos días, pero López retuvo precisamente eso de la reunión que mantuvieron los jefes de la policía de la Generalidad con los jefes de la Generalidad. Cortina de humo. El "procesado en rebeldía" que dice el fiscal Javier Zaragoza, "amenazó" a los jefes de los Mossos con proclamar la república si se producían los enfrentamientos violentos de los que alertaba el cuerpo. No es un detalle pintoresco y López es consciente del alcance de su aportación. El Govern, Puigdemont, Junqueras y Forn, estaban preparados para el mambo. La sangre convenía a sus propósitos, se deduce de lo dicho por López.

El comisario de los Mossos llena la matinal y da paso al testimonio vespertino de diez guardias civiles, algunos de ellos heridos, que dan cuenta de sus intervenciones en localidades de la Barcelona profunda, San Cipriano de Vallalta, Castellgalí y Fonollosa. Refutan de cabo a rabo la versión de López. Los Mossos se echaron a un lado en el mejor de los casos. En otros, negaron información a la Benemérita, increparon a sus agentes y no contribuyeron en nada a reprimir el referéndum ilegal. Como ha reconocido López estaban prestando servicios de seguridad en el partido a puerta cerrada entre el Barcelona y Las Palmas. No deja de lamentar su error ante el tribunal el actual adjunto al jefe de los Mossos.

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