El Mundo abre con el desastre de los viernes electorales de Sánchez y cuenta que "las oficinas de Trabajo improvisan las medidas para tramitar las ayudas a los parados de más de 52 años". "Que pidan el subsidio aunque no reúnan los requisitos", es la orden. Trátamelos bien mientras estamos en campaña que ya habrá tiempo de darles puerta. El editorial critica la forma en la que tanto PSOE como PP están haciendo las listas para las europeas, quitando gente preparada que conoce bien el tema para meter a los sobrantes que no han entrado en las generales. "No es hora de usar el 26-M como desguace de exministros o como moneda de cambio en luchas orgánicas. Los partidos españoles deberían tomarse en serio estos comicios". ¿Las europeas? Pero si llegamos a mandar a Ruiz Mateos y a Pablo Iglesias. Y aún colea la polémica Iceta y su 65%. "El PSOE enseña sus cartas: que Cs apoye para no depender de ERC". El caso es que, como dice Jorge de Palacio, Iceta no ha dicho nada nuevo, sus intenciones son "coherentes con su posición histórica ante el problema territorial (...) Las declaraciones de Iceta muestran la naturalidad con la que el partido se maneja en el registro y las tesis del nacionalismo catalán". "Quien tiene más dificultad para dar explicaciones es el PSOE". Y Raúl del Pozo se une al coro de voces que alertan sobre las próximas elecciones. "Nos jugamos algo más que un cambio de régimen" y "no todo los ciudadanos son conscientes de la trascendencia del envite". Sí que lo son, lo que ocurre es que cada uno ve el riesgo en un lado.
El País está en apuros. Después de haber dado cobijo a la estrategia victimista de Iglesias con las cloacas del Estado y el robo del teléfono a una ex (le pierden las faldas), ahora resulta que las cloacas están en el Gobierno de Pedro Sánchez, menuda faena. "El Gobierno sostiene que ha limpiado las cloacas del Estado", pero hete aquí que se ha visto implicado en esta historia el periodista Alberto Pozas, antes director de Interviú "que en la actualidad trabaja en la Secretaría de Estado de Comunicación para el presidente Pedro Sánchez". A eso le llamo yo pegarse un tiro en el pie, señora Gallego. Victor Lapuente también carga contra la forma de elaborar las listas. "Los dirigentes de nuestros partidos no quieren enemigos, pues han purgado sin contemplaciones a todo tipo de disidente, pero tampoco amigos. Quieren acólitos. La lealtad al líder cotiza más que tener criterio propio. Con lo que muchos políticos con talento y experiencia están siendo arrinconados". Hombre, no vas a comparar a González Pons o Elena Valenciano con los toreros, los astronautas o una condenada por asesinato. No me dirás que estos últimos no son mucho más pintorescos.
ABC dice que "las autonomías del PSOE lideran la carga fiscal". Bieito Rubido está desolado porque "en este tiempo de paradojas que nos toca vivir, hemos demostrado que en España ya no es necesario ganar las elecciones, ni siquiera ser la lista más votada, para gobernar". Hace principal responsable a Sánchez por su "no es no" a Rajoy y la posterior moción de censura. "Así que ahora en democracia lo importante no es ganar, sino gobernar. En algún caso, como ha hecho Sánchez, a cualquier precio. Él es el responsable de este poco edificante esquema de la vida política española". Rubido lo fía todo a los votantes. "Los que votamos tenemos la responsabilidad de cuanto acontece". Ignacio Camacho no se fía ni un pelo. "Se vota por desahogo, por ira, por impacto, por corazonada, por arrebato, y en ese clima de exaltación pasional sacan ventaja los demagogos que predican un populismo sin intermediarios". Pero esto no es nuevo, Ignacio, lo inauguraron los votantes de Podemos hace cinco años.
La Razón cuenta que "Sánchez jugará la baza del bloqueo para forzar el apoyo de Cs. Pondrá a Rivera en la tesitura de evitar con su abstención un gobierno sostenido por los independentistas o ir a otras elecciones". Dice que "el PSOE insiste en que Ciudadanos es su socio preferente pese al veto de Rivera". Pero que "en Moncloa manejan sondeos que les lleva a pensar que podrán pactar con Podemos para gobernar y forzar una abstención de los naranjas en el Congreso". ¿Pero en qué quedamos, la preferencia del PSOE es Cs o Podemos? Dice Martín Prieto que "las elecciones son a cara o cruz". "Si así fueran las cosas nos estaríamos inventando una especie de segunda vuelta no presidencialista, mudando la Constitución sin cambiarla, por la fuerza de los hechos de una clase política demasiado deteriorada". Pues si a la fuerza ahorcan, bienvenida sea la segunda vuelta.
La Vanguardia nos viene con una noticia-chiste. "Los partidos catalanes firman un acuerdo para neutralizar la xenofobia". El chiste es que el manifiesto "ha respondido a la convocatoria de Quim Torra". Marius Carol aplaude con entusiasmo la broma. "El documento, firmado en un acto presidido por Torra, se comprometió a combatir los discursos racistas". ¿Torra el de los baches en el ADN de los españoles hablando de racismo? Pues que empiece por él mismo.