El máximo responsable de la Guardia Civil en investigar la organización del referéndum ilegal del 1-O ha asegurado que tras los registros del 20-S, "se vivió un clima insurreccional en Cataluña".
"Al principio, las movilizaciones tenían un carácter de protesta, porque las investigaciones estaban relacionadas con cartelería, publicidad, correspondencia", afirmaba el teniente coronel a preguntas de la fiscal Consuelo Madrigal. "Parecía una labor de poca entidad para impedir el referéndum". Las protestas consistían en concentraciones frente a los cuarteles de la Guardia Civil.
Todo cambió el 19 de septiembre, con la incautación de las cartas para el electorado en la nave de Unipost en Tarrasa (Barcelona). "Aquello fue un golpe duro". A partir de los registros del 20 de septiembre de 2017, "se aumentaron las concentraciones" y cambió "el clima" de las protestas contra la Guardia Civil. "Nos poníamos en un clima claramente insurreccional", señaló.
Después añadía: "El referéndum era la piedra angular sobre la que pivotaba todo el proceso, era condición sine qua non para proclamar la independencia para poner al Estado en situación de conflicto", afirmaba el teniente coronel que citaba el documento Enfocats, y la agenda Moleskine del número 2 de Oriol Junqueras, Josep María Jové, que fue "la ratificación de la investigación".
Este mando describe "88 actuaciones" contra la Guardia Civil. Dos de ellas ocurrieron antes del 19 de septiembre. La gran mayoría (84) sucedieron entre esa fecha y la aplicación del artículo 155 de la Constitución. Y con posterioridad al 155, solo dos más.
El juez ordenó al teniente coronel la confección de unas "diligencias urgentes" sobre lo ocurrido frente al Departamento de Economía. "Me comenta que ve indicios del delito de sedición y que es competente otra jurisdicción. Y las remite a la Audiencia Nacional".
"Los policías con algún grado de responsabilidad sabíamos que cualquier incidente pequeño podría derivar en una escalada incontrolada. Afortunadamente no fue así, pero que no fuera así no quiere decir que la sensación que teníamos los tres cuerpos policiales era de que aquello era un polvorín", añadía el mando de la Guardia Civil.