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Susana Díaz desmiente una escisión del PSOE y lo atribuye a una "intoxicación interesada"

Fuentes de su entorno califican de "barbaridad" la posibilidad de una ruptura emulando al PSC. "Susana quiere sobrevivir, no lanzar una OPA hostil".

Susana Díaz. | EFE

Susana Díaz lo desmiente: no hay voluntad alguna de pretender una escisión del PSOE y convertir el PSOE andaluz en un homólogo del PSC. Fuentes de su entorno consultadas por Libertad Digital aseguran que se trata de "una barbaridad" que no está en la mente de la secretaria general del PSOE-A ni ninguno de sus colaboradores más cercanos y que "en lo que está centrada Susana es en sobrevivir, no en lanzarle una OPA hostil a Pedro Sánchez".

Otras fuentes de la dirección de los socialistas andaluces atribuyen la información publicada por el diario ABC a una "intoxicación interesada" proveniente de Moncloa y advierten del posible efecto boomerang que podría tener en el PSOE andaluz: "Pierden más ellos con este debate", dicen estas fuentes porque "se les ve el plumero" y "los alcaldes están muy firmes" con Díaz.

Su entorno esgrime argumentos estructurales como que el PSOE de Andalucía, como federación más numerosa, siempre ha sido quien ha dado las victorias a los presidentes del PSOE pero también "ha ejercido de elemento vertebrador de todo el PSOE", motivo por el cual los tres últimos presidentes del partido han sido andaluces: Manuel Chaves, José Antonio Griñán y Micaela Navarro.

Pero, sobre todo, hay cuestiones coyunturales que ocupan la categoría de urgentes frente a los importantes. "Susana Díaz quiere sobrevivir, no lanzar una OPA. Las amenazas se lanzan cuando uno está fuerte, no en momentos de debilidad". Y es exactamente ésta última la que define la posición actual de la antaño mandamás del PSOE. Su voluntad es "aguantar" tras las doble reválida que se avecina en el horizonte electoral: el 28 de abril con las elecciones generales y el 26 de mayo con las europeas y municipales. Su "única salvación" es mejorar resultados en ambos comicios con el objetivo último de desterrar la idea de Pedro Sánchez de derrocarle tras los comicios municipales de mayo.

Por ello, Díaz ha abandonado las cuitas internas por la movilización de su electorado; ha sustituido la crítica superlativa por las advertencias veladas –"tomo nota"–, y ha incluso callado ante las últimas minas que Ferraz le ha colocado en el camino: Pedro Sánchez abrirá la campaña electoral en Dos Hermanas, cuna de los críticos con el susanismo, con su alcalde, Quico Toscano, a la cabeza, uno de los baluartes andaluces de Sánchez en la guerra de las primarias, hoy miembro de la dirección del PSOE.

Un perfil bajo de Susana Díaz que en nada cuadra con su voluntad de dar batalla a la dirección socialista de Pedro Sánchez sino con "arrimar el hombro" para movilizar al electorado socialista de cara al 28-A y "cerrar filas" con los alcaldes y dirigentes provinciales que pudieran cambiar de bando en el inicio de un debate sucesorio. Por primera vez en los últimos dos años, Susana Díaz cambia de hábitos y se dedica a movilizar a su electorado y no a los críticos del partido.

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