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Mientras Susana Díaz sigue en estado de shock, el nuevo gobierno andaluz da pasos hacia el cambio

Ha sustituido a la mayoría de los gerentes de los hospitales y anuncia la puesta en marcha un CIS andaluz.

Lo ocurrido en la dirección socialista del partido de Pedro Sánchez el pasado fin de semana, con la lapidación notoria de los susanistas en las listas andaluzas, ha dejado a Susana Díaz tomando nota, pero en estado de shock. El clientelismo es difícil de mantener cuando reina la mohína porque no hay harina. Pero si alguien esperaba una retirada en la forma de dimisión, tendrá que seguir esperando.

Si a ello se le une que el nuevo gobierno andaluz da pasos hacia un cambio firme, muy especialmente en el área de Salud donde ha sustituido a la mayoría de los gerentes de los hospitales y anuncia la puesta en marcha un CIS andaluz que, cuando menos, hará encuestas sobre las tendencias andaluzas de voto cada tres meses, el shock se agrava.

Todo el día de ayer fue día rumiador intenso en el PSOE andaluz para digerir el bolo de las listas. Por si faltaba un perejil saltó al tablero la presidenta del PSOE Cristina Narbona precisando que la dirección nacional había escuchado a los militantes socialistas andaluces antes de imponer sus listas.

El problema es que ni Susana Díaz ni los ocho secretarios generales de las provincias andaluzas lo ven así. Por ejemplo, Verónica Pérez -recuerden que es la misma que en 2016 se erigió en única autoridad socialista a las puertas de Ferraz -, la íntima de Susana Díaz que gobierna el arisco PSOE sevillano dijo que ella también tomaba nota y que nadie la había consultado para imponerle la lista de su provincia.

Es más, Verónica Pérez detalló que su tomar nota conllevaba que la militancia del PSOE sevillano "tomará nota cuando lleguen otros momentos y otros procesos participativos" de carácter orgánico.

Pero el que se explicó y bien claro fue Juan Cornejo, el hombre de Susana Díaz para las cuestiones internas del partido. Aunque dijo a Europa Press que las listas aprobadas eran de todos los socialistas, luego indicó que desde los órganos federales no se habían "justificado" o "razonado", como establecen las normas internas, los cambios "tan sustanciales" que se han llevado a cabo en algunas listas andaluzas, concretamente las de Sevilla, Almería, Cádiz y Córdoba.

Por si no se hubiera entendido, Cornejo dijo que a algunas de las personas que se han incluido en puestos de salida de algunas de las listas andaluzas, por decisión de la Comisión Federal de Listas y del Comité Federal, ni siquiera las conocía. "Hubo nombres que yo no sabía quiénes eran", que no quiso desvelar cuáles eran esos nombres.

Tampoco faltó la exhibición de unidad de la dirección regional susanista con los ocho secretarios provinciales y dejar claro que Susana Díaz no se ha replanteado su futuro, sino todo lo contrario. Esto es, que la guerra con la dirección nacional que ejerce, y cómo, Pedro Sánchez va a seguir por lo menos hasta después de las elecciones autonómicas y municipales del próximo mes de mayo.

La guinda la puso la referencia de Cornejo a una probable vulneración de los Estatutos o del Reglamento del PSOE por parte de la dirección federal. Cornejo se ha limitado a señalar que él no va a valorar "si ha habido o no vulneración" y ha querido dejar claro que los socialistas andaluces van a acatar las decisiones del Comité Federal. Pero, por si acaso, aclaró que el voto particular al documento global de las candidaturas que se votó en el Comité Federal fue fruto de un acuerdo de los ocho secretarios provinciales y la dirección regional y que todo lo demás, "son milongas".

Sobre el hecho de no votar el dictamen sobre las candidaturas ante el Comité Federal, Juan Cornejo ha confirmado que los ocho secretarios provinciales tampoco lo votaron y que se decidió optar por esa posición para "no dañar el dictamen global", puesto que lo que no iban a hacer es emitir un voto en contra de un dictamen que incluye las candidaturas de toda España. "No nos íbamos a manifestar en contra de candidaturas sobre las que no teníamos nada que objetar", ha explicado.

Las reformas del nuevo gobierno andaluz echan a andar

La situación de la sanidad andaluz es bien conocida por su deterioro. Se ha destacado el tema de los pacientes en listas de espera que han sido ocultados, pero bien podría a haberse blandido el dato de las camas por habitante, menor que en el resto de España, o el número de enfermeros, 34.000, que faltan para alcanzar el nivel nacional.

Pero el meollo del poder socialista en la sanidad andaluza estriba en la designación, a dedo y sin contemplaciones, de los equipos gerenciales de los hospitales. Desde esa atalaya se ha manejado a su antojo la dirección de los hospitales, se ha controlado la entrada de personal y se han cocinado las cifras de la gestión.

Pues bien, el nuevo gobierno andaluz y sobre todo su nuevo consejero de Salud, el médico cordobés, Jesús Aguirre, ha afrontado con rapidez –ya estamos cerca de los tres primeros meses de gobierno– la renovación de las direcciones de los hospitales andaluces. Hace dos días ya se había producido el cese de 19 gerentes y se está a la espera de algunos nombramientos.

Tras estos cambios en la cúspide sanitaria se procederá al cambio de los demás puestos directivos y de los responsables de las unidades que llegan hasta los Centros de Salud, que hay centenares.

Salvo en el Hospital Reina Sofía de Córdoba, que siempre ha funcionado normal y escrupulosamente, en las demás provincias se han producido ceses y destituciones. Así ha ocurrido en Almería; en Cádiz –capital, Jerez, La Línea y Algeciras–; en Córdoba, se ha cambiado servicios del Hospital Infanta Margarita de Cabra; en Granada, el cambio ha llegado al Hospital Virgen de las Nieves y otros. En Huelva se ha destituido al director del Hospital Juan Ramón Jiménez y al de Riotinto.

En Málaga, Antequera y Ronda ya han tenido lugar ceses de relieve en servicios y Unidades. En el Hospital Costa del Sol se destituyó al director, así como en el Hospital de la Axarquía. Y en Sevilla, para terminar, ha cambiado la dirección del Hospital clínico universitario Virgen Macarena y la del hospital de Osuna, demás, se ha anunciado la probable recuperación del antiguo Hospital Militar, ahora inutilizado. Se han mantenido las direcciones del mayor hospital andaluz, el sevillano Virgen del Rocío y del Hospital de Valme. Por ahora, al menos.

Y un CIS andaluz

Era natural que un gobierno andaluz dispusiera de un organismo o instituto dedicado a la elaboración de encuestas y sondeos que le permitan conocer los deseos, necesidades y quejas de la ciudadanía andaluza, no sólo de los apetencias o tendencias electorales. Hasta ahora, la Junta de Andalucía había utilizado como tal a un departamento de la Universidad de Granada, Cadpea, que elaboraba un barómetro paraoficial que servia de guía a los partidos y a los andaluces.

Pero, sobre todo, no era de extrañar que el nuevo gobierno adoptase esta decisión porque en el entorno del PP malagueño, sobre todo el de su máximo líder, Juan Manuel Moreno, siempre ha habido una intensa relación con la sociología electoral. Por decir un solo nombre, que hay bastantes más, en Nuevas Generaciones de Málaga y Granada abundaron los expertos en sondeos, tómese nota del de la politóloga Manuela Villena, la esposa del presidente de la Junta.

Con otros jóvenes granadinos del PP formó un grupo de impulsores de nuevos diseños metodológicos para ampliar el conocimiento de la intención de voto de los ciudadanos. El PP de Granada los consultó en algunas ocasiones y según sus responsables, acertaban con una precisión.

Pues ayer, el consejero de Presidencia, Administración Pública e Interior, Elías Bendodo, anunciaba que el Centro de Estudios Andaluces (Centra) realizará a partir de ahora estudios de opinión de carácter trimestral para estudiar la realidad social andaluza, económica, empresarial y también para ver qué opinan los ciudadanos de la evolución del Gobierno. Hasta ahora, este Centro realizaba estudios y publicitaba informes y artículos desde un marcado signo político tildado de sectario.

Ahora, se quiere que este Centro de Estudios Andaluces "cocine", así lo ha recalcado Bendodo, la resultante de la opinión pública andaluza, aprovechando la circunstancia de que fue el propio gobierno de Susana Díaz la que desechó los trabajos de la Universidad de Granada, Cadpea y Egopa, y los dejó de financiar.

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