La ley del silencio de la Generalidad tiene notorios efectos entre sus contratistas autónomos. La semana pasada fue el turno de la diseñadora gráfica que no recordaba nada. Este martes, Enric Vidal, también diseñador gráfico, cuenta a la sala que no sólo se aceptan encargos anónimos, sino que no se cobran. La gente de Unipost, por su lado, tampoco cobraba. Ni albaranes tenía. La Generalidad es la Generalidad. Sus agentes no necesitan identificarse y su palabra está por encima de la ley. Es una orden de obligado cumplimiento. Ahí no hay facturas ni constan pagos. Y no conviene hablar demasiado de la Generalidad. La Generalitat se pronuncia con reverencia, como si estuviera penado utilizar el nombre en vano. Así que están la Ndrangheta, la Camorra, la Cosa Nostra, la Generalitat y luego ya la Mano Negra.
Sesión meteórica en el juicio de los golpistas. Algo más de quince minutos por la mañana y algo más de una hora por la tarde. De los cuatro testigos, el primero se niega a declarar. Se trata de Oriol González, propietario y gerente de una empresa de buzoneo. Está siendo investigado en el juzgado de instrucción número 13 de Barcelona. La segunda testigo, Rosa Maria Sans, es la jefa de recursos humanos de la empresa de artes gráficas Artyplan, donde la Guardia Civil se incautó de material propagandístico del 1-O. En la línea de los contratistas habituales de la Generalidad, no sabía nada de los carteles hasta que la Guardia Civil se "personalizó" en un almacén utilizado por la empresa para guardar el material. Se escuda en los límites de sus funciones para alegar ignorancia en relación a la autoría del encargo, ejecución y cobro, que a pesar de no saber nada niega que se llevara a cabo.
La clase magistral de cómo se hacen los negocios con la administración fue el objeto de la parte vespertina de la sesión gracias a los testimonios del diseñador gráfico Vidal, y Enrique Mary, comercial de la referida Artyplan. Vidal no está cómodo. Le molestan las preguntas del fiscal Jaime Moreno, remolonea y trata de ser parco. Él, explica, pasaba por ahí. Le llamó "un tal Toni" que le preguntó si podía dar formatos diferentes a un cartel ya diseñado del 1-O con el logotipo de la Generalidad. El mismo Toni se vio con él en el Hotel Colón de Barcelona para entregarle un lápiz de memoria y pasarle los teléfonos correspondientes a tres imprentas para que además de reformatear la imagen hiciera el encargo de la impresión. Lo normal, según Vidal, que nunca supo el apellido de su interlocutor, ni a quien representaba o a quién había que facturar el encargo, según afirma. Ni necesidad tenía de preguntárselo.
Vidal delata a Molons
¿Raro? Además de diseñador gráfico, Vidal es coordinador de acción política de ERC en Badalona y socio de Òmnium Cultural. Al final del interrogatorio, el hombre comete el desliz de identificar al tal Toni. Dice que tiempo después, cuando los registros y detenciones, lo vio por la tele y ató cabos. Se trata, cree, de Antoni Molons, secretario de de Difusión y Atención Ciudadana de la Generalidad, Toni sin apellido, el tipo que entrega la mercancía, el diseño del cartel en este caso, reparte instrucciones y se esfuma. Vidal aseguró que no cobró por el trabajo, que se puso en contacto con las imprentas, realizó el encargo y no dio más detalles ni se le pidieron.
Aparece el nombre de Aitor Sampere, en aquellos momentos, primeros de septiembre de 2017, director creativo de Òmnium, que habría llamado por primera vez a las imprentas para que aceptaran el misterioso trabajo que les encomendaría un tal Vidal, más de un millón de carteles y dípticos con el logotipo de la Generalidad convocando el referéndum ilegal.
El último testigo del día es Enrique Mary, comercial de la imprenta Artyplan, que desbarata por completo el intento de hacerse el loco del anterior declarante. "Enric Vidal me dijo que pagaría la Generalidad", asegura en dos ocasiones. Se reunieron en la cafetería Laie de Barcelona. Ignora cómo, cuándo y dónde pagaría la Generalidad, cree que se trataba de un cargo de 17.000 euros y asegura que se aceptó el trabajo porque venía con el aval, vía Sampere, de Òmnium, cliente habitual de la casa desde 2004.
Defensas tocadas
La jornada vuelve a dejar tocadas a las defensas. Parece obvio que un alto cargo de la Generalidad se valió de un colaborador de Òmnium para camuflar la autoría de la administración autonómica del diseño, encargo y pago de la propaganda del 1-O. Las defensas arguyen que los trabajos no se cobraron, que no hay facturas y que las citaciones y los interrogatorios de la Guardia Civil a Vidal y Mary habrían sido extrajudiciales.
Los encausados ya están en otra cosa. Sólo Cuixart, Bassa y Forcadell no se presentan como candidatos al Congreso, al Senado, al Ayuntamiento de Barcelona o a las elecciones europeas. Ante el cariz que está tomando el juicio en el Supremo, el independentismo prefiere debatir sobre si permitirá el Supremo que Jordi Sànchez, Oriol Junqueras, Rull, Turull y Romeva recojan sus actas o especular en torno al anuncio de Puigdemont de que se presentará en España cuando sea eurodiputado acogido a una supuesta inmunidad total parlamentaria.