El periodista Rafael Porras, hoy director de El Mundo Andalucía, narró cómo funcionaba esta dominación en un caso concreto, pero no anecdótico: Isabel Pantoja. Escribió: "Cuando aquella mañana sonó la extensión 5511 del teléfono del palacio de San Telmo, sede de la Presidencia de la Junta de Andalucía, la funcionaria que descolgó el aparato no quería creer que su interlocutora era la principal protagonista de la actualidad nacional. La misma que todas las tardes y noches aparecía en todas las cadenas de televisión del país. La protagonista de casi todas las conversaciones. Por un momento, pensó que podría tratarse de uno de los muchos imitadores de los programas de radio de humor. Pero no, se trataba de la propia Isabel Pantoja, la tonadillera, la viuda de Paquirri, la misma que estaba protagonizando un tórrido romance con el alcalde de Marbella, Julián Muñoz, un noviazgo televisado prácticamente en directo por las televisiones. La Pantoja quería hablar con el consejero de Presidencia de la Junta, el todopoderoso Gaspar Zarrías".
La Pantoja, amiga privilegiada de Zarrías, exigía que se dejara de hablar de sus amores y dineros en Marbella –con un tal Julián–, en la radio televisión pública andaluza. Y contó Porras que fue fulminante. Dicho y hecho. Del cotilleo total al mutismo absoluto. ¿Y aquellos periodistas, comentaristas, técnicos? Nada. Silencio absoluto ante la imposición del sátrapa de Canal Sur. Por si no bastaba, Zarrías colocó a su primo José Carlos Alarcón Arévalo al frente de la estructuración de los medios de comunicación en Andalucía durante casi dos décadas, reparto o censura de licencias de radio y TV incluidas. Para remate, colocó a la esposa de su primo, María Paz Albors Patuel, como secretaria del director de la RTVA.
Tras la victoria política de José María Aznar en marzo de 1996 –lo que da una idea del poder del PSOE en la RVA–, muchos afines colocados en la RTVE pasaron a Canal Sur, por ejemplo, Amalia Sánchez Sampedro, Tom Martín Benítez, José Antonio Gurriarán, Manuel Campo Vidal y el propio Paco Lobatón. Incluso, para rizar el rizo y para demostrar el amparo a los propios, llegó a ficharse a Cándido Velázquez-Gastelu, expresidente de Telefónica, que había constituido, de acuerdo con Prisa, el monopolio de la televisión digital que fue rechazado por la Unión Europea.
El mecanismo era perverso porque ni siquiera el Partido Andalucista, muleta del PSOE en 8 años de la vida andaluza en los que no obtuvo mayoría absoluta, logró controlar ni un átomo de Canal Sur TV a pesar de que incluso llegó a nombrar a sus directores. ¿Por qué? Porque los mecanismos de dominación estaban y están por debajo de la línea política de mando de modo que, gane el partido que gane dados los procedimientos empleados desde su fundación, el control real está asegurado.
Para conseguir el control interno, se creó la figura del director de antena en radio y televisión, con competencias superiores al propio director de la televisión, lo nombrase quien lo nombrase. En informativos, pieza clave del mensaje "ideológico" y "moral" del PSOE andaluz a los ciudadanos andaluces, el diseño fue partidista tanto en la radio como en la televisión. Se trataba de informar amplia y panegíricamente de todo lo que beneficiaba al régimen y de no informar, tapar con ruidos o simplemente desinformar de lo que no interesaba al régimen y de pastar dulcemente en los campos en los que no existía interés específico inmediato o mediato: flamenco, fútbol, cocina, dolor humano, música, arte, historia andaluza, personajes (en este caso, según su lealtad al régimen), etc.
Una anécdota gloriosa de Tom Martín Benítez en Canal Sur Radio fue que, a primeros del año 2012, en una entrevista con José Antonio Griñán, presidente de la Junta de Andalucía, no hizo ni una sola pregunta sobre el escandalazo de los ERE provocando más que cabreo, la hilaridad general.
Cuando el director general fue Rafael Camacho, exportavoz de Manuel Chaves en la Junta de Andalucía e íntimo amigo, fue Zarrías quien impuso las líneas de mando con rotundidad y claridad. Zarrías siempre había mandado mucho en Canal Sur, pero nunca como entonces. Para el "enano de Cazalilla", como le llamaban, lo importante era controlar al controlador y se trajo de su provincia a Antonio Ramírez para dominar la información.
Posteriormente, ya en 2016, Ramírez, director de Antena de Canal Sur TV, fue señalado porque se benefició a través de un negocio familiar –Restaurante Casa Salva, cerca de la Plaza del Museo en Sevilla–de las contrataciones de la RTVA con el presidente de Ausbanc Luis Pineda (en prisión) y su productora de TV, Agroeditora. La documentación sumarial del Caso Ausbanc/Manos Limpias a la que tuvo acceso El Confidencial Andaluz aseguraba que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz investigaba facturas emitidas por el restaurante de un alto cargo de la RTVA, Antonio Ramírez, a Ausbanc.
Tan poderoso ha sido el PSOE en su dominación de Canal Sur TV que contaba Rafa Porras que "hasta los delegados de la emisora en las ocho provincias son nombrados, al igual que los representantes de las consejerías de la Junta, en función de los criterios de los secretarios locales del PSOE, de forma que las desconexiones informativas territoriales responden a las distintas "sensibilidades provinciales" socialistas. Naturalmente, la Fundación Audiovisual de Andalucía y el consejo de Administración de la RTVA estaban dominados por el PSOE.
Como no podía ser menos, la inmensa mayoría de los tertulianos que comentaban la actualidad eran hombres y mujeres simpáticos al régimen. Sólo algunos, los menos molestos, eran llamados algunas veces a ocupar esas sillas. La mayoría de los periodistas que publicaban noticias que el régimen no quería que se supieran, que eso es periodismo, no fueron llamados nunca en treinta años.