Debate en el PP sobre la posibilidad de listas conjuntas al Senado para mantener la mayoría absoluta y así aplicar un nuevo 155 en Cataluña. En la Junta Directiva Nacional, Pablo Casado llamó a unificar el voto de centroderecha en el PP, pero en una comida posterior con sus barones territoriales Pío García-Escudero, el presidente de la Cámara Alta y responsable de la gestora en Madrid, abrió el debate. "Hay que hacer muy bien los números, yo no lo rechazaría de plano", afirmó un líder regional. "Por ahora" la dirección nacional lo descarta.
Para un sector de la formación, no hay que obviar que la mayoría absoluta del PP en el Senado está en riesgo. Y que, sin ella, Casado podría tener dificultades de actuar en Cataluña con la firmeza y la extensión a la que se ha comprometiendo. García-Escudero pidió la palabra y, a partir de ahí, empezó la discusión sobre si habría que contemplar listas conjuntas con Ciudadanos. No se habló de Vox, según las fuentes consultadas.
A priori, Alberto Núñez Feijóo rechazó esta opción, convencido de que no perderá representantes. Se sumaron a su tesis otros barones, como el de Castilla y León. Pero no todos en la formación tienen claro que haya que descartar esa vía. "Podría ser un acuerdo global o por comunidades", deslizaron. Por ejemplo, Alejandro Fernández, el presidente de los populares catalanes, defendió que una lista conjunta con Ciudadanos en la región podría permitir tener senadores electos y no exclusivamente por circunscripción autonómica. Isabel Bonig no pudo estar en la comida, aunque en la estructura valenciana tampoco se cierran en banda. En Navarra ya llegan a pactos con UPN y en Asturias con Foro.
Con Casado ya almorzando con sus barones, llegó la información de que José Manuel Villegas, el número dos de Ciudadanos, negaba tal posibilidad. "El debate ha acabado antes de empezar", resumió uno de los líderes regionales, que insistió en la necesidad de "estudiar muy bien las encuestas" ya que "la cuestión de fondo es si podremos o no aplicar el 155". Oficialmente, fuentes de la dirección descartaron "por ahora" la posible alianza y definieron a los suyos como "los senadores del 155".
El rechazo del número dos de Ciudadanos a aliarse con los populares en las listas al Senado no pudo ser más rotundo. "La verdad es que no nos lo hemos planteado", comenzó diciendo Villegas. "Sería confundir a los españoles el que se pudiera hablar de cualquier tipo de acuerdo", dijo. Villegas blasonó de que su partido "quiere superar la etapa del sanchismo" pero también "la del bipartidismo, la de la corrupción, la etapa de repartirse los jueces entre el PP y el PSOE. Quiere superar la etapa de taparse las vergüenzas entre el PP y el PSOE".
Además, la mano derecha de Albert Rivera insinuó que detrás de las informaciones sobre posibles listas conjuntas estaba "el nerviosismo" de Casado, al que, dijo, "las cuentas no le dan". "Su antecesor, Mariano Rajoy, sacó un 32% y ahora las encuestas le dan apenas el 20%. Supongo que eso es difícil de gestionar", afirmó con sarcasmo.
Casado reivindica su gestión
En la Junta Directiva Nacional, Casado reivindicó además su gestión al frente del PP, después de vencer a Soraya Sáenz de Santamaría en la primarias hace apenas 200 días, e instó a los suyos a salir a la calle a explicar su "contrato con los españoles". "Somos un PP que no se esconde, que no disimula, que da todas las batallas ideológicas, porque si dejamos que la izquierda imponga su agenda no solo nunca ganaremos, sino que tendremos menos libertad hasta perderla del todo", aseguró.
Feijóo, muy crítico con Vox, y Ángel Garrido llegaron a la cumbre popular apelando al centro político para ganar las elecciones. "Una vez más, nos llaman crispadores. Es un clásico, como bien sabéis. Cuando no estamos de acuerdo, crispamos", enfatizó Casado ante ellos, defendiendo su plan de acción. "Lo moderado es hacer que se cumpla la ley. Lo moderado es hacer que se cumpla la Constitución. Lo moderado es no sostener vivo el chantaje, ni llamarlo diálogo", insistió.
"Moderación sí, como siempre; sumisión, no. Ni lo sueñen", concluyó el líder de la oposición. Y alertó sobre la estrategia de Pedro Sánchez. "Obligan a los españoles a elegir de nuevo, cuarenta años después, entre enfrentamiento o concordia. Ruptura o reformas. Radicalidad o integración. Privilegios o ley para todos", dijo. "Lo que no puedo entender es que la izquierda prefiera romper España antes que ponerse de acuerdo con el PP (…) Quieren una España suya, nosotros queremos una España de todos", añadió.
Ante la Junta Directiva, que reúne a cerca de 400 cargos, Casado desgranó el "contrato" con el que pretende "enamorar" de nuevo a los votantes de centroderecha, y que se resume en diez puntos:
- Fortalecimiento institucional, que incluye recuperar la legalidad, la libertad y la convivencia en Cataluña aplicando el artículo 155.
- Una revolución fiscal.
- Educación de calidad con libertad de elección para todos.
- Resolver el reto demográfico y la sostenibilidad del Estado del bienestar.
- Reducir la administración y hacerla eficiente.
- Cohesión territorial, en especial para el entorno rural.
- Una Justicia imparcial y ágil.
- Más y mejor seguridad.
- Una España presente en el escenario internacional.
- Una España que lidere la revolución tecnológica, cambio climático y transición energética y la lucha contra la pobreza.
"Para ganar hay que trabajar. Eso es lo que os pido. Y es lo que os doy. Voy a ir a tantos lugares como me sea posible. Voy a estar a vuestro lado", se despidió Casado de los suyos. Si bien, sus estrategas avanzaron que el Jueves y Viernes Santo, que ya será campaña electoral, evitará los mítines al uso. "Prefiero ver en las farolas los símbolos de las cofradías y celebrar el Viernes de Dolores como Dios manda, y no ver en las farolas las caras de los políticos", zanjó Teodoro García Egea.