Gonzalo Boye ha perdido una nueva causa judicial relacionada con sus posiciones antiisraelíes, en lo que ya es un largo listado de derrotadas en prácticamente todos los enfrentamientos legales que ha mantenido con Israel, sus representantes o sus amigos.
En esta ocasión se ha tratado de una querella presentada por el Comité de Solidaridad con la Causa Árabe (CSCA) contra Ángel Mas, presidente de la asociación ACOM y contra la propia asociación y que, tal y como se ha sabido esta semana, ha quedado definitivamente archivada ya que los hechos descritos por la propia querella no suponían la comisión de ninguno de los delitos denunciados.
La querella fue presentada en octubre de 2017 por un delito de incitación al odio en el caso de Ángel Mas y otro de asociación ilícita contra ACOM y ya había sido desestimada en primera instancia el 3 de octubre de 2018 por el Juzgado de instrucción número 7 de Madrid. Ahora ha sido definitivamente archivada por la sección número 1 de la Audiencia Provincial de Madrid el pasado 14 de diciembre de 2018, después de la apelación del querellante ante la primera decisión.
Como abogados del CSCA, Gonzalo Boye y su gabinete aspiraban a una condena que podría haber significado una pena de prisión de hasta cuatro años para Ángel Mas y la ilegalización una la organización que en los últimos años se ha destacado con una serie de rotundas victorias legales contra instituciones que habían puesto en marcha de forma ilegal medidas de boicot antiisraelí en ayuntamientos u otros ámbitos políticos.
En declaraciones a Libertad Digital el propio Ángel Mas ha señalado que "este era el último intento de los sectarios podemitas de criminalizarnos y silenciarnos, pero el resultado ha sido evidenciar sus vínculos con personajes oscuros y siniestros".
Mas ha denunciado que "existe una red de grupos del llamado movimiento BDS acostumbrados a incitar al odio contra los judíos, promover su estigmatización y exclusión y glorificando del terrorismo contra ellos" algo que hacen "con total impunidad". Un ámbito en el que la "respuesta vigorosa de ACOM informando a la opinión pública y recurriendo al amparo del estado de derecho, ha sacudido el avispero".
Tras esta nueva victoria legal, Mas promete ahora tratar de "desmantelar la industria de millonarias subvenciones públicas que alimenta desde hace lustros el matonismo antisemita de estos grupos".
Boye saltó a la fama al ser condenado por colaborar con ETA en el secuestro de Emiliano Revilla. Tras su paso por la cárcel se dedicó a la abogacía, un campo en el que ha trabajado para clientes como narcos y terroristas. Boye es también una de las figuras clave en muchas de las iniciativas de acoso legal a Israel en España. En los últimos meses ha vuelto a subir a la palestra al convertirse en uno de los abogados del prófugo Carles Puigdemont.