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La Guardia Civil estrena depósito para las más de 25.000 armas que custodia en Madrid

Hay armas blancas, cortas y largas depositadas por ciudadanos o incautadas en operaciones. Está el último arsenal entregado por ETA.

Una de las estanterías del depósito de armas de la Guardia Civil. | LD

La Unidad de Intervención de Armas y Explosivos de la Guardia Civil está de estreno. Hace unos días se ha trasladado a unas nuevas instalaciones de dos plantas y más de 1.500 metros cuadrados ubicadas a escasos metros de la Dirección General del Instituto Armado en Madrid. Este lunes, han sido inauguradas por el director general de la institución, Felix Vicente Azón, que las ha puesto como ejemplo de cómo terminarán siendo las del resto de España según se vayan modernizando.

En su interior están depositadas más de 25.000 armas, tanto blancas como de fuego, tanto cortas como largas. Andando por sus pasillos pueden encontrarse desde katanas (sable japonés curvado que solía ser utilizado por los samuráis y que suele tener una longitud ligeramente superior al metro), hasta algún arma larga automática utilizada por organizaciones de crimen organizado. A simple vista, la gran mayoría son escopetas y fusiles de caza.

La Guardia Civil tienen en exclusiva la competencia de control e intervención de armas, algo que lleva sucediendo en nuestros país desde al menos 1845. Es por ello que las que se custodian en estas nuevas instalaciones de la capital tienen diversa procedencia. Muchas de ellas son depositadas por personas que han tenido licencia de armas, pero que debido a la edad han perdido ese derecho (pero no la propiedad) y las han dejado en manos de los agentes de la Benemérita.

Pero también hay muchas que provienen del trabajo policial. Son incautaciones realizadas por los propios agentes del Instituto Armado o de otros cuerpos como la Policía Nacional o las locales. Sus poseedores eran desde pequeños ladrones o rateros hasta organizaciones del crimen organizado. La gran mayoría de las de este tipo están envueltas en causas judiciales abiertas y están a disposición de los tribunales.

Destacan, entre estas que están a disposición judicial, las que han sido decomisadas a los terroristas de ETA. En uno de los pasillos del fondo, en un recoveco fácilmente saltable si se va destraído, hay un cuarto en el que se guarda buena parte del material incautado a estos terroristas. Algunas están guardadas en cajas, otras envueltas en plástico. Todas perfectamente etiquetadas y a disposición de la Audiencia Nacional.

Mucho más cerca de la puerta, en un carrito, y envueltas en plástico, están las últimas armas de ETA que se han remitido desde Francia a España. Son aquellas que estaban en los zulos cuya geolocalización facilitó la organización terrorista a las autoridades galas en la escenificación de desarme que tuvo lugar en la Semana Santa de 2017.

El trajín de armamento es constante todos los días. De media entran en el depósito entre 100 y 200 armas diarias. El número de las que salen es sensiblemente inferior, de unas 50 unidades. Las que no están relacionadas con causas judiciales y solo están en depósito solo pueden estar un año en las instalaciones. Sobrepasado este tiempo salen a subasta pública y si no tienen comprador se envían a un fundición para destruirlas. Cada año se funden entre 2000 y 3000 armas.

El Instituto Armado gestiona en todo el territorio nacional cerca de 1.700.000 licencias y más 2.900.000 armas. Específicamente, en la capital de España, los agentes de esta unidad gestionan 314.000 licencias -un 19 por ciento de las que hay en todo el país- y alrededor de 300.000 armas -un 10 por ciento del total-.

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