El Gobierno no entiende la polémica. Está "sorprendido" por la repercusión excesiva de su aceptación de un mediador –a quien llaman también "relator" o "facilitador"–que ayude en las conversaciones entre partidos para encontrar una solución política para Cataluña. Así lo expresó este miércoles la vicepresidenta, Carmen Calvo, en rueda de prensa extraordinaria en Moncloa para "aclarar algunas cosas".
Para empezar porque Calvo manifestó su sorpresa ante la indignación de propios y extraños: "Me encuentro un poco sorprendida" porque "sólo se trata de nombrar a una persona que convoque, haga el trabajo de organización y facilitar. La palabra más adecuada es relator. No tiene más... No es un observador internacional, no es nadie que venga a mediar en una situación en la que no sean capaces los partidos políticos".
Y segundo, por las críticas de miembros de su partido, barones con mando en plaza como el presidente extremeño, Guillermo Fernández Vara; el manchego, Emiliano García-Page; o el aragonés, Javier Lambán, que dicen estar "perplejos" y reprochan al Gobierno de Pedro Sánchez que "aprobar los presupuestos no puede conllevar cesiones". Unas críticas a las que ha respondido tajante la número dos del Gobierno desde Moncloa: "Desinformación, desconocimiento, simplemente. En fin, que no hemos llegado a tiempo a que tengan la información correcta, nada más".
Pero también ha respondido al fondo de la cuestión negando con sorpresa y afectación que haya cesiones a los separatistas que este martes, unas horas antes del anuncio del GObierno pedían precisamente lo que anunciaba después el Ejecutivo: "Este Gobierno lo único que cede es a dialogar. Y nos parece, además, que es una obligación en todos los que participamos en la política de un país que es una democracia".
Una comparecencia en la que aprovechó nuevamente la sede del Gobierno para arremeter contra "las derechas". Contra un PP que está "en la radicalidad más absoluta y tiene muy poca presencia en Cataluña", y contra Ciudadanos que "no está cumpliendo ni una de las expectativas de un partido ganador en Cataluña". Motivo por el que se preguntó: "¿Quién se hace cargo?". Dos formaciones que, a juicio de la vicepresidenta, "no solamente se han sentado con VOX sino que le han comprado la agenda a VOX".
Y, en este sentido, cargó duramente contra Pablo Casado por amagar con una moción de censura al Gobierno porque "ha decidido estar en un espacio de radicalidad incomprensible, literalmente incomprensible" y porque "con tantos escaños en el Congreso de los Diputados y la mayoría del Senado no puede estar en una situación de desbarre como en la que ha caído hoy el señor Casado".