Las primarias de Ciudadanos: exprés, sin debates y no en todos los territorios
Rivera acentúa el control del aparato ante las autonómicas y municipales, donde aspira a repetir el éxito andaluz entrando en varios gobiernos.
Desde que Ciudadanos iniciase su expansión nacional en 2014, Albert Rivera ha presumido en infinidad de ocasiones de que el partido que lidera, a diferencia de otros, elige a sus candidatos por elecciones primarias. Sin embargo, estos comicios internos no han llegado a plantarse nunca en términos realmente competitivos (quizás con la excepción del duelo en 2015 entre Begoña Villacís y Jaime Trabuchelli por la candidatura en Madrid capital) y reglamentariamente han ido perdiendo peso hasta quedar reducidos a su mínima expresión.
Si hace cinco años el afiliado del partido naranja, siempre que tuviera una antigüedad mínima de seis meses y estuviera al corriente de pago, podía votar por los cinco primeros puestos de cada candidatura, ahora sólo lo puede hacer por el número uno, quedando el resto de la lista a la discrecionalidad de la Ejecutiva nacional y de los comités autonómicos, una mera extensión regional de la cúpula naranja. Según el reglamento de primarias aprobado este viernes por el Consejo General del partido, no se contempla la posibilidad de debates entre los candidatos, algo que en privado dirigentes de Ciudadanos defienden bajo el argumento de que no hay nada que discutir, en cuanto a posicionamiento político e ideológico, entre personas que pertenecen a la misma formación.
Una formación que además, en su Código Ético aprobado también en ese Consejo General, incluye una carta que todos los candidatos deben firman para comprometerse, entre otras cosas, a no efectuar "manifestación alguna" que pudiera "confundir a la opinión pública respecto de posibles apoyos, alianzas, coaliciones electorales o relaciones de cualquier tipo con otras formaciones políticas, personas o entidades asociativas de cualquier índole".
Esperando cita con Rivera
En síntesis, Rivera sigue creyendo en un modelo de dirección absolutamente centralizado que embride con mano férrea a sus direcciones regionales y que evite que afloren las baronías que, a su juicio, tanto han desgastado a los viejos partidos. Una filosofía que se inserta, además, en su idea de gestionar el partido como una empresa, una especie de Ciudadanos S.A. En el Consejo General celebrado este viernes en un Hotel de Madrid, algunos dirigentes, y no de rango menor, esperaban pacientemente su "cita" para recibir instrucciones de la dirección, en una sala anexa a donde se celebraba el plenario del consejo, que en apenas dos horas despachaba los asuntos del orden del día.
Hace casi un año, en una concentración de dirigentes de toda España celebrada en El Escorial, Rivera fue tajante: "El que esté pensando en las listas no estará en las listas". Le escuchaban, entre otros, la portavoz en el Ayuntamiento de Barcelona, Carina Mejías, que para entonces ya sabía que sería Manuel Valls el candidato a la Ciudad Condal (en una coalición con Ciudadanos) o la líder en Aragón, Susana Gaspar, que ha sido sustituida esta misma semana por el periodista Daniel Pérez, alguien muy conocido en esa comunidad al haber sido el rostro de los informativos regionales de Antena 3 Televisión durante varios años.
La dirección sopesó el año pasado sustituir al líder en Madrid, Ignacio Aguado, a quien su gestión del caso Cifuentes le hizo sin embargo ganar enteros, aunque el pasado lunes Rivera evitaba de nuevo darle un respaldo explícito. En la Comunidad de Madrid el economista Juan Carlos Bermejo, que ya se presentó en 2017 contra Albert Rivera, ha anunciado su intención de competir con Aguado en unas primarias.
Por lo demás, las primarias de este 2019 tendrán una primera etapa a final de la semana que viene para elegir al candidato a las elecciones europeas, siempre que alguien decida concurrir contra Luis Garicano, el gurú económico de Rivera, elegido por la dirección.
Las cuatro capitales con primarias
Nada se sabe, de momento, del calendario para el resto de primarias autonómicas y municipales, aunque fuentes de la dirección aseguran que tendrán lugar entre la ultima quincena de febrero y la primera semana de marzo. La campaña durará una semana, un periodo que dependiendo de la extensión de la comunidad se puede antojar escaso, aunque es mayor que los dos días que se dieron para Andalucía, una región con ocho provincias repartidas en un vasto territorio. Unas primarias exprés.
Pero quizás uno de los aspectos más significativos de las primarias naranjas es que, a nivel municipal, sólo se celebrarán en cuatro capitales de provincia: Madrid, Zaragoza, Valencia y Murcia. Será así porque el reglamento estipula un mínimo de 400 afiliados en un territorio para celebrar las elecciones internas. Según los datos que facilita la organización, únicamente se alcanza esa cifra en esas cuatro ciudades y en Barcelona, donde la coalición con Manuel Valls hará que no haya primarias.
Dicho de otra manera, en las restantes 47 capitales de provincia españolas, incluyendo el resto de las catalanas que no son Barcelona y todas las de Andalucía, comunidad donde la cifra global de afiliación supera las 6.000 personas, Ciudadanos reconoce menos de 400 afiliados, siendo una formación que tiene fama de tener su principal granero de votantes y afiliados en las zonas urbanas.
Villacís y Valls, las grandes esperanzas
Ciudadanos aspira a dar en mayo, en línea con lo ocurrido en Andalucía, un auténtico salto cualitativo. De ser una formación bisagra en muchos parlamentos autonómicos y ayuntamientos a competir por liderar o participar de los distintos gobiernos. Además de entrar en tres comunidades de las que se quedaron fuera hace cuatro años: Castilla-La Mancha, Canarias y Navarra, allí donde aún no tienen representación como también sucede en Galicia y País Vasco, con otro calendario electoral.
El gran sueño de Rivera es arrebatar a su eterno enemigo Pablo Iglesias la hazaña de conquistar las dos principales alcaldías de España en las figuras de Villacís y Valls, aunque en otras plazas como Valencia, donde en 2015 ya se superó al PSOE, las perspectivas no son menores, así como en las capitales andaluzas, donde podría notarse el efecto Junta de Andalucía. A nivel autonómico la candidatura de Toni Cantó a la Comunidad Valenciana se antoja de las más robustas.
También son buenas las perspectivas en Murcia, donde el cambio de sistema electoral, que reduce sustancialmente las circunscripciones, les favorece, y en Cantabria el popular Félix Álvarez, Felisuco, se antoja un rival idóneo para amenazar el reinado de Miguel Ángel Revilla, si bien la colaboración con el líder regionalista que se ha vislumbrado con el apoyo de Ciudadanos a los Presupuestos cántabros podría extenderse, con un eventual acuerdo de Gobierno después de las elecciones.
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