Democracia interna sí, pero la justa. El presidente Pedro Sánchez se saltará la neutralidad exigible al proceso de primarias internas en el PSM con el espaldarazo público de la presentación de Pepu Hernández en sociedad. Será el próximo domingo en un acto en el distrito de la Latina en Madrid con el que pretende mandar el aviso a navegantes de que el exseleccionador de baloncesto es su apuesta personal y que los contrincantes no son bienvenidos.
Pero el efecto disuasorio no era el plan A del presidente del Gobierno. Según fuentes de su entorno, Pedro Sánchez ofreció a Pepu Hernández suprimir las primarias en Madrid para evitar que fracasara ante candidatos alternativos como ocurrió con el precedente de Trinidad Jiménez en 2009 quien, siendo la apuesta personal de José Luis Rodríguez Zapatero, perdió en primarias frente a Tomás Gómez derivando el coste personal de su derrota en el Gobierno de España.
Ante la posibilidad de tropezar dos veces en las mismas primarias, Sánchez barajó la opción de aplicar un articulo de los Estatutos del PSOE que permite "excepcionar las primarias en situaciones excepcionales" pero, según las fuentes cercanas consultadas, fue Pepu Hernández quien se negó y "manifestó su voluntad de ir a primarias".
Una contienda interna a la que se presentará, al menos, un candidato más: Manolo de la Rocha, histórico dirigente de la corriente interna Izquierda Socialista, exdiputado y exsenador a quien la dirección del PSOE confía convencer para retirar su candidatura.
Pese a todo, los cercanos a Sánchez no se muestran preocupados sino al contrario: "El presidente está muy contento", explican tras la aceptación de la candidatura de Hernández, a quien "se lo ofreció Pedro Sánchez personalmente". Lo definen como "una persona muy política y comprometida con lo social a quien el presidente conoce desde hace tiempo".
De hecho, fue Hernández quien presentó a Sánchez en un desayuno formativo en 2014 nada más ser elegido secretario general del PSOE por primera vez y, desde entonces, han mantenido cierta relación de cercanía. Algo que le hace perder la neutralidad exigible a este proceso de elecciones internas al que resta importancia la cúpula del Gobierno y del PSOE: "El presidente lo votará... como el resto de afiliados de Madrid", sentencian tajantes.