El preso Jordi Cuixart, que se mantiene al frente de Òmnium, ha firmado un comunicado en el que acusa al Tribual Supremo de "vulnerar sus derechos lingüísticos", salvo que acceda a que el juicio se lleve a cabo íntegramente en catalán y, además, en Cataluña. Según la interpretación de Cuixart, el hecho de que el Supremo le proporcione un intérprete "blanquea que la justicia española me niega un juicio íntegro en catalán".
"Es evidente -añade en la nota- que tendré un juicio sin garantías" y asegura además que el Estado muestra una "nula sensibilidad por las lenguas que conviven en su territorio" y "menosprecia" a los catalanohablantes.
También pone pegas al intérprete porque, dice Cuixart, "se pierde la literalidad, matices e implica interponer una pantalla entre el declarante y el tribunal, sea un acusado, un testimonio o un perito". Teme la "baja calidad" de los servicios de intérpretes de la administración de justicia, asegura que ha habido casos en los que los acusados han preferido prescindir de dicho servicio y añade que "queremos declarar sin filtros y no permitiremos ni una manipulación más. Demostraremos de viva voz que no hemos cometido ningún delito y que se han inventado toda la violencia de la que nos acusan".
Alega Cuixart que "el sumario incluye centenares de horas de grabaciones y documentos en catalán que el Supremo es incapaz de entender" y que para respetar la Carta Europea de lenguas regionales y minoritarias y garantizar la debida compresión del proceso por parte de los jueces, las vistas deberían llevarse a cabo en Cataluña.