Carles Puigdemont ya tiene nuevo partido. La Crida Nacional per la República celebrará este sábado su congreso constituyente en Barcelona con una lista oficial que otorga al preso y expresidente de la ANC Jordi Sànchez, la presidencia del partido. Toni Morral, exmiembro de la dirección de Iniciativa per Catalunya (IC), en la actualidad integrada en la órbita de Podemos, y exalcalde de Sardañola del Vallés, será el secretario general. La dirección también contará con los consejeros de la Generalidad Elsa Artadi (Presidencia y portavoz), Damià Calvet (Territorio y Sostenibilidad), Laura Borràs (Cultura), los diputados de Junts per Catalunya Gemma Geis y Albert Batet, el alcalde de ERC en Montblanc, Pep Andreu, el delegado de la Generalidad en Madrid Ferran Mascarell y la exconsejera del PSC Marina Geli, entre otros. Hay una segunda lista, pero sus integrantes se han apresurado a matizar que sólo pretenden obtener algunos puestos en la dirección.
El diseño de la cúpula del nuevo partido reserva a Puigdemont la condición de presidente "fundador", pero con un papel para nada simbólico. El prófugo será el líder político de una formación diseñada a su antojo, con su entorno de confianza al frente de los cargos "técnicos" y con la misión de debilitar a ERC y sustituir al PDeCAT como heredera del espacio político convergente. A pesar de que fue el propio Puigdemont quien descabezó el PDeCAT, purgó a su excoordinadora general, Marta Pascal, e impuso como vicepresidenta a Miriam Nogueras para controlar al presidente, David Bonvehí, el prófugo aspira ahora a eliminar ese partido, no a integrarlo en su plataforma electoral.
Presume Puigdemont de contar con más de cincuenta mil adheridos, 16.000 de los cuales habrían abonado diez euros al inscribirse y tienen derecho a participar en el congreso y formar parte de la Asamblea, la militancia con derecho a voto y que se reunirá una vez al año. La dirección se llamará Gobierno de la Dirección Política y estará formada por el presidente fundador, el presidente, el secretario general y 18 miembros, entre ellos las citadas Artadi, Borràs y Geis. También se constituirá un Consejo de Representantes con 204 personas, la dirección más representantes territoriales y sectoriales. De los 16.000 "abonados", cuatro mil estarán presentes en la cita fundacional.
Los impulsores del nuevo partido han previsto incluso la creación de tres corrientes de opinión organizadas, y con presencia en el "consejo de representantes" que responderán al siguiente catálogo ideológico: liberales, socialdemócratas y de izquierdas.
El congreso se celebra este sábado en Barcelona con el PDeCAT como convidado de piedra. Sus actuales dirigentes, el citado Bonvehí, la exconsejera Neus Munté, que dimitió tres meses antes del golpe, los diputados en Madrid Ferran Bel y Jordi Xuclà han sido invitados como "observadores" al igual que dirigentes de otros partidos y sindicatos.
La intención inicial de los diseñadores de la Crida era que el nuevo artefacto fuera una suerte de "Casa Gran" del nacionalismo que oficiara como marca electoral conjunta de la posconvergencia, los descolgados del PSC y Unió y ERC. Ante la negativa de los republicanos a secundar lo que consideraban un nuevo invento de Puigdemont, la Crida pasó a ser contemplada como un partido en el que se había de disolver el PDeCAT. Ante las reticencias de los posconvergentes "oficiales" a sumarse sin más, Puigdemont declaró la guerra a esas siglas y ya no estará permitida la doble militancia que se presumió en un principio.
En el apartado de los objetivos políticos, los textos programáticos que se aprobarán este sábado aluden a la consecución de la república catalana por "vías democráticas y pacíficas". Sin embargo, no se prevé que el evento vaya a ser inmediato ni se marcan plazos. Tampoco el partido se disolverá una vez cumplido el objetivo, tal como se dijo en primera instancia. Deberá ser el "consejo de representantes" quien decida si plantear o no la cuestión en la Asamblea.
Presión contra ERC
Mientras se ultiman los preparativos para el congreso, que clausurará Quim Torra, a quien el partido no reserva presencia orgánica, prosiguen las discrepancias en el flanco separatista por los más diversos motivos. El PDeCAT es el depositario de toda la estructura municipal del nacionalismo convergente en Cataluña. Puigdemont ha impuesto su criterio en Barcelona. El preso y exconsejero de Interior, Joaquim Forn, será el candidato tanto del PDeCAT como de la Crida. La lista tendrá el mismo nombre que la del grupo parlamentario de Puigdemont, "Junts per Catalunya". Se prevé que los candidatos de Puigdemont copen las listas y que la actual dirección del PDeCAT, excluida del grupo parlamentario y del Govern, facilite el tránsito. Neus Munté, que había sido elegida candidata a la alcaldía en un proceso de primarias, ya ha aceptado ir de número tres en la candidatura de Forn, por detrás de Elsa Artadi, que sería lo que llaman la candidata "efectiva". Cabe recordar que Artadi se marchó del PDeCAT con cajas destempladas en el verano de 2017.
Ferran Mascarell, exconcejal de Cultura y exconsejero del mismo ramo con Pasqual Maragall, todavía no ha disuelto su candidatura. Tenía la esperanza de ser el elegido por Puigdemont hasta que se abrió la opción de Forn. A pesar de estar en la lista oficial para la dirección de la Crida, dice que no cancelará su lista hasta comprobar que la candidatura del preso acoge todas las "sensibilidades" y es verdaderamente "transversal". Forn, por su parte, ha insistido este jueves en una entrevista en la radio de la Generalidad, Catalunya Ràdio, en la necesidad de que el independentismo se presente con una lista única en Barcelona. Está dispuesto a retirarse, ha dicho un día después de haber anunciado que se presenta, para facilitar la confluencia. "Hay tiempo hasta abril", ha comentado.
Puigdemont intenta que su entorno interprete sus instrucciones al pie de la letra. Acaba de denunciar al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, ante el Tribunal Constitucional, e insiste en presentar listas conjuntas con ERC.
En cualquier caso, la Crida se prepara para sus primeros envites electorales. Forn y Artadi son el tándem para Barcelona. En cuanto a las europeas, el también preso y exconsejero de Presidencia Jordi Turull se presentó voluntario para encabezar la lista, pero no ha despertado demasiado entusiasmo. Lo que se ha confirmado es que Puigdemont ha ofrecido a Beatriz Talegón un puesto en esa lista. La tertuliana desliza que ERC también le ha tanteado.