Agresiones a conductores de vehículos de alquiler, vandalismo contra los coches de las empresas Uber y Cabiby, la Gran Vía de Barcelona ocupada por taxis desde el viernes, cortes intermitentes en la ronda del Litoral, asambleas delante de la consejería de Economía, disturbios a las puertas del Parlament y en la entrada al Puerto de Barcelona con un guardia civil herido por los manifestantes y huelga indefinida. Los taxistas prometieron el pasado verano que se echarían a la calle si no se limitaba la actividad de las empresas de alquiler de vehículos con conductor y han cumplido con creces su palabra en una ciudad fuera del control del Ayuntamiento y de la Generalidad.
El consejero de Territorio y Sostenibilidad, Damià Calvet, anunció la semana pasada un decreto para controlar la actividad de los vehículos de alquiler con conductor cuyas grandes líneas maestras eran que los servicios se debían contratar con un mínimo de quince minutos de antelación, que tras cada servicio los vehículos debían volver a sus bases y que en las aplicaciones móviles no podía constar la situación de los coches libres.
Acto seguido, los taxistas ocuparon con sus vehículos la Gran Vía y comenzaron las asambleas. Exigen que la contratación de los servicios de Uber y Cabiby se haga con seis horas de antelación y se han declarado en huelga indefinida. Los conductores de las citadas aplicaciones, hartos de las agresiones y el vandalismo, también se manifiestan y han ocupado dos carriles de entrada y dos de salida de la Diagonal, lo que también contribuye al caos viario, si bien la protesta es del todo pacífica y sin asambleas.
El papel de Colau ...
Mientras tanto, la alcaldesa se limita a balbucear que la responsabilidad y la competencia es de la Generalidad y que el margen de quince minutos es una afrenta para los taxistas. Torra, por su parte, ni siquiera está en la ciudad. Tras volver de su último viaje a los Estados Unidos, la siguiente actividad del presidente autonómico fue visitar este domingo a los estudiantes encerrados en la Universidad de Gerona para evitar la detención de una compañera acusada de haber bloqueado las vías del AVE en esa ciudad el pasado 1 de octubre, durante la conmemoración separatista del referéndum ilegal. Y de ahí se ha marchado a Bruselas para participar en el cónclave montado por el prófugo Puigdemont con los diputados de Junts per Catalunya (JxCat).
... y el de Torra
Dice que está dispuesto a reunirse con los taxistas, pero ha delegado la gestión de la crisis en Damià Calvet, un consejero tan al alza en el entorno de Puigdemont por su supuesta eficacia como desbordado por las presiones de los taxistas y de las plataformas de coches de alquiler con conductor. Medio gobierno autonómico está en Bruselas mientras el citado Calvet y el consejero de Interior, el cuestionado Miquel Buch, se han quedado en Barcelona para lidiar con los graves problemas de movilidad y seguridad ciudadana causados por el conflicto. Por su lado, la alcaldesa se proclama la primera máxima autoridad municipal lesbiana y se inclina por ceder a las peticiones de los taxistas.
Este martes prosiguen las movilizaciones con la ocupación de la Gran Vía de manera permanente y otras zonas de la ciudad. Los taxistas del resto de localidades del área de Barcelona se han sumado a las protestas y organizan marchas lentas en los accesos a la capital catalana.