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Los sanchistas piden a Susana Díaz que deje la Junta a Marín

Rivera alude a lo que pasaría si Juanma Moreno fuese imputado en el caso Bárcenas.

En pleno proceso de negociación entre Ciudadanos y PP andaluz, con Vox al fondo, o no, y cuando ya se habla hasta de un documento de 60 puntos que podría ser presentado hoy mismo, Quico Toscano, alcalde de Dos Hermanas, histórico del socialismo andaluz y jefe del poderoso clan Toscano que tiene mando actual en plaza incluso en la Delegación del Gobierno en Andalucía, acaba de desencadenar una ofensiva contra Susana Díaz que tiene pocos precedentes.

No tiene antecedentes conocidos porque lo normal ha sido que en fase de negociaciones el silencio es obligado, además de ser de oro. Y no la tiene porque el ariete es una primera figura de Pedro Sánchez, al que ayudó decisivamente cuando le disputaba a Susana Díaz la primogenitura nacional del PSOE, dando lugar al famoso e inesperado vuelco que hundió a la trianera y encumbró a Sánchez.

Por otra parte, en plenas negociaciones abiertas entre Ciudadanos y PP andaluz, Albert Rivera puso en duda la idoneidad de Juan Manuel Moreno para ser presidente aduciendo a las dificultades que se generarían su fuese imputado en el caso Bárcenas o el PP fuera condenado de nuevo por algún otro caso de corrupción.

En el primer caso, Quico Toscano ha concedido una entrevista al grupo Joly en la que lanza varios torpedos contra la línea de flotación del tocado barco socialista andaluz. En la entrevista analiza lo ocurrido el pasado día dos de diciembre para impedir que Susana Diaz escurra el bulto de su exclusiva responsabilidad, dada la exclusión del equipo de Sánchez en la estrategia y la puesta en escena,

Dice Toscano:

- El PSOE, el PP y la coalición de Adelante Andalucía han perdido un millón de votos (sólo PSOE y Adelante Andalucía han perdido casi 700.000), lo que implica desafección de la política tradicional y apuesta por la "nueva política" de formaciones sin experiencia.

-Una deficiente estrategia política ha conducido a la mezcla del debate andaluz con el debate nacional.

- La judicialización de la política, caso ERE, por ejemplo, no se ha afrontado y se ha procurado orillar el tema de la corrupción. El PSOE de Susana Diaz ha actuado ingenuamente porque no va a haber condena contra ninguno de los 21 ex altos cargos procesados, algo inquietante por cómo lo sabe Toscano, claro.

- Aunque afirma que ahora hay que apoyar a Susana Díaz, le propone que renuncie a la presidencia de la Junta de Andalucía en favor de Juan Marín, de Ciudadanos, con apoyo indirecto de Podemos, que siempre será mejor que un gobierno de PP con Vox.

–A Cs lo ha beneficiado con claridad su colaboración con el PSOE por lo que debe pensarse si ese camino es el adecuado o prefiere otro, el pacto con PP y Vox, que ya ha desacreditado su propio candidato a la alcaldía de Barcelona, Manuel Valls.

-Sostiene Toscano que no va "a demonizar a la derecha diciendo que es extrema porque estamos en democracia, otra cosa es que no nos gusten sus postulados. He visto a gente muy sencilla en nuestros barrios y ciudades que se han refugiado en ellos". O sea.

–Y que Sánchez no va a convocar elecciones, seguirá gobernando por decreto ley y no romperá la baraja con los separatistas catalanes. O sea, hasta mayo cuando menos o tal vez más allá.

La negociación PP-Cs con/sin Vox al fondo

En un ambiente de encuestas que parecen indicar que lo ocurrido en Andalucía es sencillamente la antesala de un cambio nacional de calado con PP, Ciudadanos y Vox como ejes de una nueva mayoría socio-política, se tramitan las sesiones de contactos que deberían dar como resultado un nuevo gobierno en Andalucía, el primer gobierno de la alternancia desde 1982.

Tanto El Mundo como ABC e incluso Izquierda Unida, dan por hecho que el acuerdo está cerrado o casi. Se habla ya de un documento de 60 puntos ya consensuado dividido en tres bloques: regeneración democrática, reorganización de la administración pública de la Junta de Andalucía y nuevo marco económico y social para sacar del hoyo del desarrollo a una de las regiones más pobres y atrasadas de España.

Entre los puntos acordados, está la limitación de los cargos a dedo en la Junta, pero su concreción es algo confusa. Juan Marín ha dicho que se van a eliminar los cargos de libre designación por encima del nivel 30 pero es que por encima del nivel 30 no hay ningún otro nivel, que llega hasta el puesto de Director General. Se contabiliza, sin embargo, que hay más de 5.300 altos cargos, asesores y nombrados a dedo en una nómina pública de 270.000 empleados públicos, incluyendo a profesores y sanitarios.

El problema de la propuesta de Marín es que de consumarse una organización de la Junta en la que el gobierno no pudiera nombrar a los directores generales como cargos de confianza, los puestos serían ocupados por aquellos a los que el PSOE, en muy contundente cantidad, ha aupado a los primeros puestos de los escalafones.

De todos modos, no se sabe quién podría encargarse de esta presunta reforma de la Administración y si contara con el sindicato más representativo de loa funcionarios, el Sindicato Andaluz de Funcionarios para alumbrar unos mecanismos controlados y legales de acceso a la Función Pública que tenga más en cuenta el Derecho Administrativo que el dedo político.

Igualmente, parece haberse acordado una auditoría, que fue prometida por Ciudadanos durante la campaña electoral, auditoría en la que dijo Albert Rivera pueden encontrarse dinosaurios, reptiles y toda clase de bichos. Incluso fantasmas, recuerda El Mundo, porque ha habido numerosos cargos fantasmas que cobraban sin trabajar en la pasada administración de la Junta.

ABC por su parte informa de que hoy se reúnen en el Parlamento andaluz las planas mayores de ambos partidos son un silencio atronador de Vox acerca de la marcha hacia un nuevo gobierno a pesar de que sus votos serán decisivos para que sea posible.

Tras unos preliminares, el día cobrará intensidad por la tarde con la presencia de los Juanma, Moreno y Marín, y la asistencia de los secretarios nacionales de PP y Ciudadanos, Teodoro García Egea y José Manuel Villegas.

Aunque Vox no aparece por parte alguna, será imposible que la diputada almeriense de Ciudadanos, Marta Bosquet, sea presidenta del Parlamento andaluz si Vox no le vota expresamente.

De hecho, el acuerdo incluirá dos presidencias reales de la Junta de Andalucía, aunque Moreno sea formalmente el presidente de la Junta. Juan Marín será vicepresidente de la entidad, pero con la mitad de consejeros de su cuerda. Como es habitual, el PP quiere economía, hacienda, trabajo y sanidad y dejará a Ciudadanos todo lo relacionado con la cultura, Canal Sur, turismo, deporte y, tal vez, autónomos e innovación.

Habrá que estar atentos porque Albert Rivera sigue dando sorpresas, como la que dio el pasado viernes cuando pidió a Susana Díaz, en alineación perfecta con los partidarios de Pedro Sánchez en Andalucía, que se abstuviera para impedir la dependencia de Vox y aludiendo a un gobierno constitucionalista.

Para colmo dijo de Juanma Moreno, perfilado como futuro presidente: "Yo quiero que el Gobierno de cambio en Andalucía lo encabece alguien limpio de corrupción. Imagínese que Moreno es presidente y luego le imputan por el caso Bárcenas y tiene que ir a declarar a los juzgados. O que su partido vuelve a ser condenado por corrupción". No está mal para propiciar los acuerdos.

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