El resultado electoral del dos de diciembre en Andalucía, entre otras muchas lecturas de calado en la política española, ha dejado una cuasi inédita buena sintonía entre el PP y Ciudadanos, que durante todo 2018 han protagonizado durísimos enfrentamientos, a veces incluso tabernarios, como ocurrió en la comisión sobre financiación de partidos en el Senado, si bien es cierto que la llegada de Pablo Casado había suavizado ya bastante las cosas.
Un buen clima que exhibieron el pasado martes en el Parlamento andaluz los líderes de ambas formaciones, Juan Manuel Moreno y Juan Marín, en la primera reunión para negociar un Gobierno en Andalucía. A ambos se les pudo ver este mismo jueves posando sonrientes ante los fotógrafos en la gala de los premios de El Ideal de Granada celebrados en esa capital andaluza. Una instantánea que el propio Moreno no dudó en compartir con sus seguidores en las redes sociales.
Eso ocurría el jueves a última hora, y el viernes por la mañana, en una entrevista en el programa Los Desayunos de TVE, Marín desvelaba que esta misma semana había recibido la llamada del portavoz del PSOE en Andalucía, Mario Jiménez, para concertar una cita, posibilidad que el líder naranja rechazó, según él mismo relataba, dado que la negociación con el PP es prioritaria y exclusiva.
No es una deslealtad
Poco después, como informaba Pablo Montesinos en Libertad Digital, se conocía que el pasado miércoles, veinticuatro horas después del primer encuentro negociador entre PP y Ciudadanos, el líder popular Moreno había mantenido un encuentro con el líder andaluz de VOX Francisco Serrano, al que los populares dan carácter de informal.
Fuentes de la dirección nacional de Ciudadanos rechazan considerarlo una deslealtad. "Quedamos en que no habría negociaciones paralelas. Tenemos que creer al PP cuando dice que no ha habido tal negociación", señalan esas fuentes.
Ambas formaciones seguirán todo este fin de semana tratando de cerrar un acuerdo programático antes de que este lunes se vean en Sevilla de nuevo las caras Moreno y Marín, flanqueados por los números dos de PP y Ciudadanos, Teodoro García Egea y José Manuel Villegas. Quedarán por definir entonces la composición de la coalición gubernamental –la primera en la que entraría Ciudadanos en toda su historia– y el reparto de la Mesa del Parlamento autonómico, una de las claves de la negociación en las que el partido naranja tiene una posición de fuerza.
Ciudadanos ya renunció, incluso antes del primer encuentro con el PP, a la exigencia realizada en la noche electoral de que Marín debía ser presidente. Una rebaja de su postura inicial que allana bastante el camino para el primer Gobierno no socialista de la historia de Andalucía.