Segunda vuelta de la campaña "Merda de justícia" de los Comités de Defensa de la República (CDR). Tras la manifestación del domingo a las puertas de la prisión de Lledoners, el separatismo ha conmemorado el tercer día de huelga de hambre de Jordi Sànchez y Jordi Turull con una reedición de los ataques con excrementos, basura y carteles reivindicativos en los juzgados.
Reivindican la autoría con fotografías y vídeos en sus cuentas oficiales de las redes sociales. La batida, en colaboración con la sección de tractoristas por la república, ha afectado a los juzgados de Sabadell, Rubí, Sardañola, Vich, Manresa, Solsona.
En una entrevista en la emisora de La Vanguardia, el preso Sànchez ha censurado que se marcara la casa del magistrado Pablo Llarena con pintura amarilla. "A Llarena hay que convertirlo con la palabra y en la calle, no convertir su casa en un símbolo", ha declarado.
La acción llevada a cabo por los CDR no ha sido condenada por ningún partido nacionalista. Consideran que llenar de excrementos y pintadas los accesos a los juzgados es libertad de expresión. Entre las prioridades de la consejería de Interior no consta evitar las actividades de los encapuchados. La Asociación Profesional de la Magistratura pide que no se repitan estos actos.
"No aceptaremos ninguna sentencia que no sea la libre absolución", acostumbra a decir el presidente de la Generalidad, Quim Torra. Los CDR traducen ese eslogan en forma de excrementos contra de la justicia.