
Los planes del Gobierno han cambiado. La magnitud de la hecatombe electoral en Andalucía ha hecho cambiar el paso al presidente, Pedro Sánchez, cuyo entorno descarta ahora "absolutamente" un adelanto electoral en marzo, que ya habían empezado a barajar si el PSOE mostrara fortaleza electoral en las primeras elecciones que se han celebrado bajo el nuevo gobierno socialista.
Pero lo que ocurrió este fin de semana fue exactamente lo contrario. Lejos de los pronósticos de Ferraz, que apuntaban a un "aprobado" de Susana Díaz, y de los del PSOE andaluz, que fijaban su umbral psicológico en el 33% y los 40 escaños, el resultado final supone una debacle histórica que aleja las posibilidades de adelanto y que recoloca la fecha de las elecciones generales en el plan original: octubre de 2019.
Para llegar a esa fecha la novedad radica en que el Ejecutivo ya no contempla gobernar a base de decretos ley, como adelantó este periódico, y como confirmó posteriormente el presidente Pedro Sánchez desde Guatemala hace veinte días. Según fuentes consultadas por Libertad Digital, el Gobierno lleva trabajandoen la redacción de los PGE todo este tiempo. Si había posibilidades de aprobarlos los presentarían; y si no, tirarían la toalla.
Según adelantan estas fuentes, el Gobierno presentará los Presupuestos Generales del Estado "a principios de la semana que viene", después del puente de la Constitución porque ha comprobado que hay agua en la piscina. Esto es: el Gobierno dice tener algún fundamento de que las formaciones independentistas que le dieron su apoyo a la moción de censura, ERC y PDeCAT, podrían darle su apoyo al primer trámite de las cuentas públicas, el debate de totalidad porque "tenían necesidad de evitar elecciones generales y salir del hoyo en que se habían metido".
Las mismas fuentes auguran que incluso podría retrasarse "un poco más" aunque lo relevante es que el Ejecutivo se mueve ahora en el escenario de no renunciar a presentar la ley más importante del año. El objetivo es aguantar "tanto como sea posible", habida cuenta de que los resultados del PSOE anticipan una sangría como la que se ha producido en Andalucía. Fuentes de Moncloa reconocen que existe un "alto factor nacional" en los resultados por el desgaste del Gobierno que en lugar de abandonar sus coqueteos con el independentismo, continúa por la misma senda para evitar enfrentarse a las urnas en el corto plazo. Una huida hacia adelante, no exenta de las rectificaciones que ya ha protagonizado Sánchez, con unos PGE que ahora sí tienen visos de, al menos, plasmarse negro sobre blanco.