En la recta final de la campaña andaluza, Albert Rivera pisaba este jueves dos plazas fuertes, Córdoba y Granada, antes del cierre de campaña del viernes en Sevilla. El líder de Ciudadanos está convencido, por los datos internos que maneja, de que VOX no representa una amenaza electoral para su formación, que se estaría nutriendo de un 20% de exvotantes del PP y un 9% de votantes del PSOE. Igualmente, consideran que la formación liderada por Santiago Abascal se beneficiaría de una baja participación, al tener así más fácil sortear la barrera de entrada del 5% en cada provincia.
Por todo ello, tanto Rivera como Juan Marín reiteraban en la Plaza del Triunfo de Granada, como horas antes había hecho el primero de ellos en Córdoba, encendidos llamamientos a la participación. En el caso de Rivera, metiendo la amenaza secesionista catalana de lleno en la campaña, al instar a los andaluces que, con su voto el próximo domingo, le digan a Pedro Sánchez que "ya basta de juegos con los separatistas".
Igualmente, Marín reiteraba el compromiso con el que arrancó la campaña, el de no volver a investir presidenta a Susana Díaz. Rivera, por su parte, alertaba en todo momento del peligro de que Pablo Iglesias y los dirigentes de Podemos sean los "responsables" de la política económica en Andalucía. Ni una sola mención al posible sorpasso al PP, uno de los asuntos mas candentes al inicio de la campaña, que poco a poco se ha ido desvaneciendo.