El dramaturgo Albert Boadella, quien recupera en una nueva edición su libro Adiós, Cataluña (Espasa), ha asegurado que "el problema" con el sketch de Dani Mateo en el que se sonaba con la bandera española es "de ingenio" y que él "lo habría hecho con más gracia".
"Lo que él hace lo habría hecho yo con más ingenio y la gente se habría reído, incluso los que se sienten españoles y a la bandera como un símbolo propio", ha explicado en una entrevista con Europa Press el actor, quien además ha puesto como ejemplo cuando en el año 1975 puso al protagonista de una de sus obras a hacer un striptease "llevando en el culo una bandera catalana". "Y se reían todos, incluidos los catalanes", ha añadido.
Para Boadella, lo que está ocurriendo con Mateo –quien está siendo investigado por el juez a raíz de ese sketch– debe servir de recordatorio de que "la libertad de expresión es para defender las cosas que pueden no gustar a unos". "Esa broma tiene más contenido de lo que parece, pero acabar ante un juez es excesivo", ha apuntado.
En cualquier caso, por un lado Boadella destaca que cualquier persona "tiene que asumir la repulsa pública cuando transgrede un tabú o símbolo". "Yo sé lo que es eso y no puedes quejarte de la repulsa. Cuando yo me pasé con La Torna y fui a parar a la cárcel, tuve que asumir que había transgredido unas leyes en vigencia y que a mí no me gustaban", ha destacado.
Por el otro lado, ha lamentado que, con este sketch, el humorista "ha dado pábulo a los que quieren destruir a España". "Quim Torra (presidente de la Generalidad catalana) habrá estado entusiasmado, porque es lo que él hace simbólicamente. No es un acto simplemente divertido, tiene un trasfondo y se hace pensando que hay una gente que lo jaleará", ha señalado.
Para el autor, al final en cuestiones en las que se mezcla política con cultura, la mejor solución es la de "recurrir a la belleza". "Si Valtonyc, en vez de tararear insultos hubiera utilizado una canción de Mozart, quizás no hubiera ocurrido nada. La belleza tiene esto", ha ironizado.
"Muerto civil"
Boadella ha hablado de su actual relación con Cataluña –"es un corte absoluto desde el año 2006, para mí no existe"–, comunidad en la que tiene fijada su residencia, pero en la que está viviendo "una suerte de muerte civil". "Lo consiguieron hace más de diez años, cuando El Joglars se encontró sin público allí y me anularon como artista", ha explicado.
En cualquier caso, cree que es "una cuestión moral" el seguir viviendo allí. "Me voy a marchar cuando a mí me dé la gana, no cuando ellos quieran. Tengo todo el derecho a estar ahí, tengo una casa preciosa y entre esas paredes hay una vida fantástica: es la auténtica república independiente de Cataluña", ha bromeado.
Para el dramaturgo, cualquier nacionalismo es "nefasto y rebaja al individuo a los aspectos más ancestrales", incluyendo aquí además del catalán, el español. "Hasta ahora (el nacionalismo español) era inexistente, se había vivido de pleno en el franquismo como algo cutre y cursi, similar al catalán de banderas y símbolos, pero volverá otra vez precisamente por culpa de los nacionalismos periféricos", ha alertado.
Puigdemont, "de camarero"
De todas formas, Boadella ha aseverado que no le "preocupa" que le "consideren facha". "Ahora los fachas son los que normalmente llaman facha, no es para nada un insulto y me siento muy orgulloso: son los fachas los que promueven ese insulto, que sigan con ello, que voy bien", ha destacado.
Preguntado sobre Puigdemont, ha destacado que se encuentra "en una situación kafkiana". "Ya no está ni en busca y captura, es una situación descerebrada en la cual dudo que consiga nada, porque la distancia es tremenda en el mundo de la política. Al final se gastará todo el dinero y tendrá que trabajar de camarero", ha concluido.