El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, ha reivindicado la necesidad de su existencia en la celebración del XX aniversario de su fundación. "Fuimos y seguimos siendo necesarios", ha defendido Consuelo Ordóñez, quien ha resaltado que nunca han querido ser "víctimas de la paz" y ahora tampoco quieren serlo. Además, ha exigido al Gobierno central que "se detenga hasta el último etarra" porque quieren "la foto de la derrota final" de ETA.
Covite ha conmemorado, en un acto celebrado en el Palacio de Miramar de San Sebastián, las dos décadas de trayectoria del colectivo, fundado el 28 de noviembre de 1998 por Consuelo Ordóñez, hermana del concejal del PP Gregorio Ordóñez, asesinado por ETA el 23 de enero de 1995; Teresa Díaz Bada, hija del teniente coronel de Infantería y superintendente de la Ertzaintza Carlos Díaz, asesinado por ETA el 7 de marzo de 1985; y Cristina Cuesta, hija del delegado de Telefónica en Guipúzcoa Enrique Cuesta, asesinado por los Comandos Autónomos Anticapitalistas el 26 de marzo de 1982.
Además de las tres fundadoras, el evento ha contado con la presencia de algunos de los galardonados con el Premio Internacional que otorga Covite cada año como el juez Javier Gómez Bermúdez, Adrián Arteta en nombre de su padre, Iñaki Arteta, representantes de Cuerpos Técnicos en Desactivación de Explosivos de la Guardia Civil, el filósofo Joseba Arregi, el periodista Marcos García Rey, la excoordinadora de la Oficina de Asistencia a las Víctimas del Terrorismo de la Audiencia Nacional, Carmen Alba, así como Joaquín Echeverría, padre de Ignacio Echeverría, asesinado en Londres durante un atentado yihadista.
También han estado presentes en esta ceremonia de aniversario numerosas víctimas del terrorismo entre las que estaban Ana Iribar, Maite Pagazaurtundua o Rubén Múgica, y dirigentes anteriores y actuales del PP vasco como María San Gil, Amaya Fernández, o Borja Sémper, entre otros.
"Fue una pedrada"
En su intervención, Ordóñez ha recordado que fue "una pedrada" que recibió cuando participaba en las concentraciones "llenas de maldad y odio y rodeadas de jauría" que se celebraban en la Paloma de la Paz de San Sebastián la que "marcó" su vida e hizo que se iniciara su camino posterior en Covite.
En esa línea, ha afirmado que la trayectoria de Covite ha sido "un camino de rosas y espinas" y ha querido mostrar su agradecimiento a todas las personas que han formado parte del colectivo. "Fuimos y seguimos siendo necesarios", ha defendido, al tiempo que ha recordado que se unieron porque "no queríamos ser víctimas de la paz, pero ahora tampoco queremos serlo".
Por ello, ha querido decir "alto y claro" que Covite "seguirá resistiendo" porque tiene "retos pendientes" entre los que están "ganar la batalla del relato" porque, tal y como ha advertido "si no lo ganamos sí habrá servido para algo matar a nuestros familiares", y la "deslegitimación del proyecto político de ETA. "Seguiremos luchando por mantener nuestra independencia. Todos los que nos han odiado tanto nos han curtido y las dificultades nos dan más fuerza", ha enfatizado.
Para Consuelo Ordóñez, hay varios "momentos históricos" en la última etapa de Covite como son su presencia para protestar en la Conferencia Internacional de Aiete y la reunión en Bilbao de "los negociadores que querían vender el cuento del desarme de ETA y acabaron en la Audiencia Nacional".
También se ha referido al caso de Alsasua, en el que se ha felicitado por que "siete personas estén en la cárcel porque se lo merecen" y a la negociación con la organización terrorista y ha expresado que "lo que más dolor nos ha causado es ver cómo los diferentes gobiernos han negociado con los asesinos de nuestros familiares. Fue muy doloroso ver cómo el Estado de Derecho se arrodillaba ante ETA".
Además, ha denunciado que se haya dado un "final de ETA sin vencedores ni vencidos" y ha exigido al Gobierno central "la foto final de la derrota de ETA". "Esa foto nos la deben. Queremos la derrota final, que detengan hasta el último etarra", ha enfatizado
"Unidos ante el desamparo institucional"
Por su parte, Teresa Díaz Bada, ha recordado que hace 20 años "nos unimos ante la falta de compasión que la gran mayoría de las ciudadanos vascos mostraban ante nosotros", así como por el "desamparo institucional" y ha incidido en la necesidad de que el relato presente "los hechos como sucedieron para que no vuelvan a repetirse".
Además, ha resaltado que reclaman memoria, verdad y justicia para evitar que "la inacción o el olvido permitan que los asesinos continúen en la impunidad", al tiempo que ha subrayado que las víctimas "nunca han perdido la dignidad", sino que quienes la perdieron fueron "los que miraron a otro lado, los políticos y gran parte de la sociedad vasca".
En esa línea, Cristina Cuesta ha elogiado la capacidad "personal, social, ética y política" que han tenido todas las víctimas españolas para defender los derechos humanos "incluso de los que les han hecho daño" y ha incidido en que esa actitud les hace "mejor que nuestros asesinos".
A su juicio, uno de los mejores tributos a los que "han quedado por el camino" ha sido el de "contrarrestar el mal con el bien". Asimismo, ha querido celebrar que las víctimas son "testigo de los que ya no están aquí" y ha reivindicado su "resistencia y resiliencia". "Tenemos fuerza y tesón para seguir. Nuestras heridas se han hecho luz y esa luz nos guía a todos", ha expresado.
"Independientes de todos los partidos y gobiernos"
En el acto han tomado la palabra también algunas de las personas que han sido premiadas con el Premio Internacional que otorga Covite y todas ellas han coincidido en resaltar su "dignidad" y su "defensa del bien", y en abogar por que el colectivo continúe su labor. En ese sentido, Javier Gómez Bermúdez ha pedido perdón en nombre de la Justicia "por no haber podido esclarecer todos los crímenes sin resolver, por no haber sido suficientemente compasivos y no haber hecho todo nuestro trabajo correctamente".
Asimismo, Joseba Arregi ha considerado que Covite es "tan necesario como hace 20 años" porque sin este colectivo "la sociedad vasca sería mucho peor" y ha criticado las unidades didácticas del Gobierno Vasco por "mezclar todo, denigrar y quitar el aguijón del significado político a las víctimas", al tiempo que les ha animado seguir "siendo independientes de todos los partidos y gobiernos" porque "eso os hace grandes". Marcos García se ha sumado a este argumento solicitando a Covite que siga estando en el "ágora política".
Carmen Alba ha elogiado la labor llevada a cabo por Covite tanto en la elaboración de los Mapas del Terror como en los tribunales y les ha pedido que insistan en la apertura de archivos judiciales con el objetivo de "cimentar las bases para un relato verídico", mientras que el teniente de la Guardia Civil Gabriel Ordaz ha asegurado que el instituto armado se seguirá "dejando la piel trabajando en los casos por esclarecer".
Finalmente, Joaquín Echeverría, padre de Ignacio Echeverría, asesinado en los atentados yihadistas de Londres, ha rendido homenaje a todas las víctimas de Covite, de las que ha señalado que comparten "su bondad" con su hijo.