Marchena anuncia que se descarta para presidir el CGPJ y el Supremo
El magistrado reivindica su independencia frente a los partidos políticos.
Manuel Marchena no participará del mercadeo político para la renovación del CGPJ. El elegido por PP y PSOE para la presidencia del órgano de Gobierno de los jueces y magistrados y del Tribunal Supremo ha rechazado la propuesta. Planta a los partidos para proteger su independencia, huyendo de la etiqueta de conservador y como una muestra de su rechazo a la invasión por parte de la política en el terreno judicial.
El magistrado continuará al frente de la Sala de lo Penal del Supremo que enjuiciará a los acusados por el golpe en Cataluña. Dinamita el pacto que negociaron la ministra de Justicia Dolores Delgado y su antecesor en el cargo, el popular Rafael Catalá, en un comunicado de un folio al que ha tenido acceso Libertad Digital que expone cuatro apartados:
"Las noticias divulgadas en los últimos días acerca de mi hipotética designación como presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial me obligan a hacer las siguientes precisiones:
1. Jamás he concebido el ejercicio de la función jurisdiccional como un instrumento al servicio de una u otra opción política para controlar el desenlace de un proceso penal.
2. Mi trayectoria como magistrado ha estado siempre presidida por la independencia como presupuesto de legitimidad, en cualquier decisión jurisdiccional.
3. El examen de las resoluciones que durante años he dictado como magistrado del Tribunal Supremo –de forma especial, como presidente de la Sala de Admisión de las causas contra los aforados– es la mejor respuesta de que jamás he actuado condicionando la aplicación del derecho a la opción política del querellado.
4. Por todo ello, anticipo públicamente mi decidida voluntad de no ser incluido, para el caso en que así fuera considerado, entre los candidatos al puesto de presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial".
Firma la nota con el membrete de la Sala Segunda del Alto Tribunal. Es la primera vez que un magistrado rechaza el acuerdo de los partidos políticos para la renovación del Poder Judicial. Un sistema a dedo establecido por una parte en la Ley y retorcido por las formaciones que ha funcionado siempre, aunque, en esta ocasión, con menos disimulo que nunca. El método chirría cuando son los vocales del CGPJ designados por las Cortes y los grupos quienes eligen al presidente del Supremo; y se conoció antes el nombre de Marchena que el de los propios integrantes del Consejo.
La renuncia de Marchena produce a corto plazo dos consecuencias. En primer lugar, quiebra el pacto entre el PP y el PSOE, que habían acordado un reparto de 11 vocales progresistas y 9 conservadores en el nuevo CGPJ con la presidencia del recurrente. El partido de Pablo Casado ha anunciado que las conversaciones están rotas hasta que Dolores Delgado salga del Ministerio de Justicia y revisen el sistema de elección, criticado solo por la oposición, presumiendo ahora de "ejercicio de responsabilidad".
Por otra parte, mantiene la composición inicial del Tribunal que someterá a juicio en enero a Oriol Junqueras y el resto de los acusados por el golpe en Cataluña, los que no están huidos, por presuntos delitos de rebelión/sedición, malversación de fondos públicos, desobediencia y de organización criminal. Marchena presidirá la Sala de lo Penal y será previsiblemente el ponente de la sentencia en un procedimiento en el que estará acompañado por tres magistrados de un perfil más conservador (Juan Ramón Berdugo, Andrés Palomo y Antonio Torres del Moral) y otros tres de corte más progresista (Andrés Martínez Arrieta, Luciano Varela y Ana Ferrer).
Marchena protege así su dilatada carrera como jurista que comenzó en la Fiscalía y continúa desde el año 2007 en el Tribunal Supremo. El juez ha visto comprometido su prestigio por un sistema contra el que claman todas las asociaciones judiciales. Más ante la publicación del whatsapp del portavoz del Grupo Popular en el Senado Ignacio Cosidó en el que se jacta del éxito en las negociaciones para la composición del nuevo Consejo General del Poder Judicial y del nombramiento de Marchena: "ponemos un presidente excepcional controlando la Sala Segunda desde detrás".
Reacción de los colegas
Los compañeros de profesión de Marchena han aplaudido de forma unánime esta decisión que "le honra". El portavoz de la asociación Francisco de Vitoria Raimundo Prado ensalza su "coherencia" y "buen criterio" por "no prestarse a estos juegos para que su nombre partiera ya con mácula". Ha confirmado que el magistrado seguirá presidiendo la Sala Segunda del Supremo renunciando al "intercambio de cromos".
Fuentes del Alto Tribunal explican que los whatsapp filtrados de Cosido han influido decisivamente en la decisión de Marchena. Lamentan que el Poder Judicial se pierda un buen presidente, pero celebran a la vez su decisión por el "conchabeo" político en la elección pactada del nuevo CGPJ "de una manera tan descarada".
La Asociación de Fiscales y la Asociación Profesional Independiente de Fiscales han avalado el "paso atrás", un gesto de "dignidad" que transporta un mensaje: "Esto no puede volver a suceder". La portavoz de AF Cristina Dexeus cree que la medida de Marchena es "muy razonable" porque no se presta "a que esto siga siendo un circo".
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