La decisión es del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y éste no la tiene tomada. Según cuentan fuentes socialistas a Libertad Digital, la novedad radica en que el escenario cuenta con un abanico de tres posibilidades: elecciones en marzo, antes de las europeas; en mayo, el llamado superdomingo electoral; o en octubre de 2019, la "más probable de todas".
Sin embargo, dos acontecimientos han hecho cobrar especial relevancia a las dos primeras opciones: la posibilidad de que el Gobierno no presente los PGE con la consiguiente imagen de tirar la toalla renunciando a su principal proyecto político; y las encuestas propias que manejan en Moncloa y que recomiendan al presidente que convoque elecciones "cuanto antes".
Según estos sondeos internos que relatan fuentes del Gobierno a este periódico, el Ejecutivo no acusa desgaste hasta el momento presente y se sitúa en el entorno de 30% de voto con un desgaste "brutal" de PP y Podemos. Los populares se situarían en el entorno del 22% en empate técnico con Ciudadanos con quien se disputaría la segunda posición política. Estas fuentes auguran incluso un sorpasso en las derechas.
En el arco parlamentario de izquierdas, se vanaglorian de que "Podemos está fuera de juego", sin haber conseguido capitalizar su pacto presupuestario con el Gobierno. Más bien al contrario, ha sido el PSOE quien ha visto "revitalizar" sus resultados. Los más optimistas en el complejo presidencial se atreven incluso a hacer una traslación en escaños para los socialistas, 130, lo que les permitiría, según sus cálculos, revalidar mandato en Moncloa poniendo la vista en la otra formación que muestra fortaleza: Ciudadanos.
Estos datos son los que manejan quienes, en privado, transmiten al presidente un consejo: "La mejor convocatoria era ayer". Una forma gráfica de señalar que debe convocar cuanto antes sobre la base de una doble convicción: el desgaste está por venir y todo lo que se tarde en llamar a las urnas será "tiempo perdido".
Los barones no quieren 'superdomingo'
Las palabras del ministro de Fomento, José Luis Ábalos, a la sazón secretario de Organización del PSOE, no descartando un adelanto electoral al 26 de mayo y haciendo coincidir las elecciones generales con la triple convocatoria de europeas, municipales y autonómicas, es mayoritariamente rechazado por los barones del PSOE. Según fuentes territoriales, algunos barones tienen sondeos internos que refutan el optimismo presidencial de Sánchez habida cuenta de que arrojan buenos resultados a nivel autonómico y local pero malos a nivel nacional.
Motivo por el que los barones quieren desvincularse del efecto Pedro Sánchez y no contaminar sus comicios: que sean, como decía, Susana Díaz, elecciones "con sabor andaluz", manchego, valenciano... y así sucesivamente. Bajo este prisma se sitúan quienes creen que el escenario óptimo para un adelanto sería el mes de marzo, antes de las elecciones de mayo, con la posibilidad de obtener aún un buen resultado para el PSOE sin sufrir la erosión de no alcanzar un pacto presupuestario, y con un "efecto arrastre" para los territorios que han de revalidar su mandato autonómico.
Un "cuanto antes" que siempre ha encontrado en Ábalos a su máximo valedor en el seno del Gobierno. El también presidente del Comité Electoral quiso, sin embargo, restarle este lunes importancia a sus palabras a puerta cerrada en la reunión del órgano porque "no descartar no es apostar ni apuntar".