"Es un lujo tenerte como compañero de viaje". Éstas fueron los palabras que el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, dedicó al candidato a la Comunidad de Madrid, Ángel Gabilondo en un acto público del PSOE el pasado lunes. Los rumores se dispararon en torno a la persona que, según fuentes socialistas, es la primera opción de Pedro Sánchez para ser candidato a la alcaldía de Madrid, un puesto que Marlaska está "casi convencido" de aceptar. No en vano, la del pasado lunes fue la primera asamblea del PSOE en la que participa Grande-Marlaska. Un gesto interpretado por algunos como una forma de ir preparando a una militancia socialista que, en cualquier caso, tendrá que elegir al candidato por un sistema de primarias.
Pero en el acto también hubo llamativas coincidencias. La presencia de la ministra de Justicia, Dolores Delgado, con quien Marlaska comparte dos cosas: que Pedro Sánchez hubiera puesto los ojos sobre ella como cabeza de lista por Madrid y haber sido objeto de la polémica por las grabaciones de Villarejo. Según la información a la que ha tenido acceso Libertad Digital, Dolores Delgado fue la opción que manejaba el presidente Sánchez el pasado mes de julio, recién llegado a la Moncloa.
Algunos dirigentes del partido y colaboradores cercanos recomendaron entonces a la ministra como opción electoral para batirse en duelo electoral contra Manuela Carmena. Una mujer progresista pero independiente y proveniente de la judicatura. El mismo perfil que Podemos arrebató hace cuatro años al entonces secretario general del PSOE que asistió con frustración al triunfo del tándem Carmena/Gabilondo entre el votante progresista con el consiguiente sonado fracaso del entonces candidato Antonio Miguel Carmona.
Pero la ‘operación Delgado’ ha decaído y las grabaciones de Villarejo son el motivo, según cuentan las citadas fuentes del PSOE. "Está completamente descartada". Algo que demuestra su caída en desgracia en el Gobierno pese a permanecer en el mismo porque el Ejecutivo "no se puede permitir una tercera dimisión" que desestabilizaría aún más al presidente. Es por ello que Pedro Sánchez volvió al plan original: Fernando Grande-Marlaska.
El magistrado estrella de la Audiencia fue la opción de Sánchez como candidato por Madrid tres semanas antes de presentar la moción de censura. Entonces Marlaska contestó que "se lo pensaría" pero la respuesta quedó en el aire solapándose con la formación de Gobierno. Su elección como ministro del Interior frenó las intenciones iniciales del hoy presidente del Gobierno que parece volver sobre sus pasos. Un plan que no es ciertamente la opción del elegido... por ahora.
Fernando Grande Marlaska quiere seguir siendo ministro del Interior. Algunos dirigentes territoriales lo han "tanteado" en las últimas semanas habiendo percibido un ligero cambio de actitud. Está "casi convencido", explican a este diario que "sólo falta que se lo pida formalmente Sánchez para que diga que sí" porque el ministro es consciente de que no puede decir que no. La opción de Marlaska sigue siendo negada en privado por el entorno de colaboradores más estrecho del presidente del Gobierno pese a que, no obstante, reconocen que "lo mejor que tenemos está en el Gobierno y tenemos que contar con lo mejor que tenemos".
Lectura aparte merece que lo mejor que tiene el PSOE esté fuera del partido. Perfiles independientes que nada tienen que ver con los tres perfiles de militantes por los que se ha preguntado en Ferraz en diversos estudios cualitativos. Ni la ministra de Industria, Reyes Maroto, ni el delegado del Gobierno de la comunidad de Madrid, José Manuel Rodríguez Uribes, ni la magistrada Pilar Llop parecen pasar el corte de mínimo nivel de conocimiento y popularidad. Por lo que "no quedan muchas más opciones" que convencer al ministro del Interior que, dicho sea de paso, haría tándem con otro independiente "pero no indiferente", como suele decir Ángel Gabilondo.