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Duelo dialéctico entre Arcadi y Federico a cuenta de Vox

SúperSánchez salió ayer al rescate de la gente con un decretazo en caliente para enmendar al Supremo.

El Mundo echa chispas. "Sánchez se erige en justiciero y golpea a los jueces y a la banca". Jueces, bancos y políticos a la gresca, qué díver. A Francisco Rosell no le hace maldita la gracia. "Si el deplorable espectáculo ofrecido por el Supremo en la crisis hipotecaria ha retratado la grave irresponsabilidad de los magistrados, la reacción sobreactuada de nuestros dirigentes retrata la demagogia que practica gran parte de la clase política". ¿Gran parte? En el siguiente editorial nos aclaras quién se salva. "Nuestros políticos han corrido a colocarse a la cabecera de una metafórica manifestación". De metafórica nada, verás el sábado. "Pero los ciudadanos no quieren sobreactuación sino eficiencia", dice. ¿En qué mundo vives, Rosell? Nada como una buena manifa antes del vermú si no te has ido de puente. Mientras, "los mismos que subieron el tributo ahora corren a defender a la gente", se queja en relación a Podemos. "Los jueces no lo han podido hacer peor, pero el cinismo de los políticos no ha sido menos notable". Hombre, Rosell, que los políticos son cínicos, menudo descubrimiento. En otro orden de cosas, Arcadi y Federico mantienen un debate en El Mundo a cuenta de Vox. Anteayer, Espada sostenía que el de Abascal es un partido "inconstitucional", lo que negaba ayer Jiménez Losantos llamando a Arcadi "columnista exquisito". Así que hoy Arcadi le responde. "Cuánto daría yo por ser el columnista exquisito de centro centro que diseña mi querido FJL". Y mantiene su tesis. "Sí, Vox populi es un partido inconstitucional" porque "quiere acabar con el régimen del 78 como quiere hacerlo la Podemia". "Vox populi no aspira a reformar la Constitución, quiere una nueva Constitución y un nuevo régimen. Como lo quieren la Podemia y el independentismo que sostienen al gobierno de Sánchez. Todo ese aquelarre de la política es hoy el frente inconstitucional español. Vox es un partido nacionalpopulista" y "hay que tratarlo por lo que dice, y con eso basta y sobre todo sobra". Interesante combate dialéctico, el viernes, turno de Federico, yo ahí no me meto no me vaya a llevar alguna leche.

El País, plano. "Sánchez reformará el impuesto de las hipotecas por decreto". Hoy sí toca editorial para aplaudir a su pedazo de presidente por su "rápida reacción". ¿Pero no decía que no hay que legislar en caliente? Ah, que entonces no era presidente. Estamos acostumbrándonos a que Sánchez presidente enmiende al otro Sánchez todos los días, es su propia oposición. La decisión es "acertada y soluciona en buena parte la inseguridad jurídica" que había provocado el Supremo, "pero no logrará frenar el despropósito que se ha infligido el alto tribunal". Los bancos "han quedado presentados como vencedores frente a la ciudadanía común, lo que afecta una vez más a su reputación, ya muy baja", dice el diario rescatado por los bancos. Lo mismo Soledad Gallego encabeza la manifa del sábado del brazo de Pablo Iglesias. Así les devuelve el favor a los bancos.

ABC dice que "Sánchez saca rédito de las hipotecas". Hombre, a ver. Dice el editorial que "en la Moncloa están encantados con la resolución. La banca no era la única interesada en este fallo". A Sánchez no le cabía la sonrisa en la cara. Qué potra. Hasta Rubido admite que la decisión del presidente "responde a dos necesidades justificadas". La "clarificación jurídico legal" después del lío armado por el Supremo y "dar réplica política al desprestigio que ha surgido" en el tribunal. Como dice Ignacio Camacho, "a Sánchez se le ha aparecido el genio de la lámpara sin tener que frotarla". Si yo fuera él convocaría elecciones hoy mismo, gana por mayoría.

La Razón ve un "giro populista de Sánchez: corrige a los jueces para que la banca pague". Lo que no entiendo es lo del giro. Sánchez es tan populista como todos los demás. Dice Marhuenda que el desafuero de los jueces "era un cebo demasiado goloso para que un gobierno en precario dejara pasar la oportunidad presentándose como el brazo justiciero contra los malvados banqueros", menudo golazo. En El Submarino comenta la respuesta de Sánchez cuando le preguntaron si no estaba haciendo populismo ejecutivo. "Después de arquear la cejas, gesto habitual cuando le molesta una cuestión, Sánchez se salió por la tangente: 'Serán ustedes, los periodistas y los tertulianos, quienes analicen exactamente qué calificativo ponen a esta decisión'". Ande yo caliente, ríase la gente.

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