Hace apenas cuatro años, Albert Rivera era el líder de un pequeño grupo parlamentario en Cataluña que, a través de la plataforma Movimiento Ciudadano, planeaba su asalto a la política nacional. Tras dar los primeros pasos de ese camino, logrando representación por primera vez fuera del ámbito catalán en las europeas de 2014 y convirtiéndose en la cuarta fuerza política española en las autonómicas y municipales de 2015, mucho se habló del fenómeno Borgen referido a España y a su persona.
La exitosa serie danesa describe a una líder liberal, Birggite Nyborg, justo en medio de los partidos tradicionales de izquierda y derecha del país nórdico, que merced a un pacto fruto de un parlamento fragmentado llega a primera ministra. La protagonista de la serie está basada en una política danesa real, Margrethe Vestager, que nunca ha sido primera ministra pero que es una autentica niña prodigio de la política en su país.
Con menos de treinta años, esta hija de pastores luteranos ya era ministra de Educación y relaciones religiosas. Ahora es comisaría de competencia de la Unión Europea, cargo en el que sucedió al español Joaquin Almunia, y su destino se va a cruzar con Rivera este fin de semana en Madrid, donde ambos serán protagonistas destacados del congreso de ALDE, la familia de los liberal demócratas del continente.
Juntos pero no revueltos con Macron
El cónclave definirá el futuro de la, por el momento, cuarta familia política en Bruselas, en un papel secundario frente a las dos tradicionalmente grandes, la popular y la socialista y la situada más a la izquierda. Una realidad que, como está ocurriendo en casi todos los estados comunitarios, puede cambiar en las europeas de la próxima primavera. Para ello, es fundamental la alianza con la formación En Marche!, creada por Emannuel Macron para su exitoso asalto de 2017 a la presidencia de Francia.
Una entente que se viene cocinando a fuego lento pero que ya anunció el pasado junio en Madrid, en una rueda de prensa conjunta con el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, el hoy ministro del Interior galo (nombrado recientemente en una importante remodelación del Ejecutivo de Macron) Christophe Castaner.
La coalición entre liberales y macronistas fructificará en los próximos comicios a la Eurocámara con dos importantes salvedades. La primera, que el movimiento de Macrón no se integrará en ALDE como partido, limitándose a la coalición electoral; la segunda que, a diferencia de las familias tradicionales, no habrá un candidato predeterminado a la presidencia de la Comisión Europea, una figura simbólica (se elige en un proceso donde tienen voz y voto tanto el Consejo Europeo, formado por los estados miembros, como posteriormente la Eurocámara) pero con la que se intenta acercar la siempre compleja política que se practica en Bruselas al último ciudadano del último rincón del continente.
La renuncia a designar ese candidato se debe, según fuentes de Ciudadanos, a la voluntad expresa de los de Macron, muy celosos de su autonomía. Su candidata a las europeas en Francia, Astrid Panosyan, también pronunciará un discurso en el congreso de ALDE en Madrid.
Pero si la aritmética permitiese postular a alguien para la presidencia de la Comisión, los de Rivera apostarían por la danesa Vestager, quien de alguna manera podría así emular a su alter ego en la serie de televisión.
Garicano toma fuerza como candidato
En cuanto al candidato propio de Ciudadanos, el que encabezará la lista en España, existen pocas dudas de que no volverá a ser Javier Nart, candidato en 2014 cuando la formación naranja tenía una estructura mucho menor que la actual. Un nombre más que posible es el de Luis Garicano, responsable económico del partido y desde hace meses vicepresidente de ALDE, un cargo que refleja el peso de la formación entre los liberales y que ha sido decisivo para la expulsión del PDeCAT, que los naranjas llevan a gala.
En la papeleta estará muy probablemente Maite Pagazaurtundua, actualmente eurodiputada por UPyD, integrada también en el grupo de ALDE, mientras que las otras dos diputadas procedentes de la formación liderada en su día por Rosa Díez, Beatriz Becerra y Teresa Gimenez Barbat, tienen pocas posibilidades de integrar la lista europea de Ciudadanos. Como es obvio, Carolina Punset no volverá a formar parte de la lista de un partido que ya ha decidido abandonar tras un duro enfrentamiento con la cúpula del mismo.
Casi un lustro después, la operación Borgen con la que siempre soñó Rivera podría intentar implementarse a nivel comunitario.