Se conocía que, desde que se descubrió que Manos Limpias actuaba, según los indicios, como un mecanismo de chantaje urdido bajo la apariencia de búsqueda de la justicia contra la corrupción, su presencia en el caso de los ERE estaba condenada a la contradicción y al esperpento. De hecho, ya durante el juicio parecía estar más al lado de los acusados que del propio, la acusación particular.
Ayer consumó el "cambiazo" al retirar su acusación contra Manuel Chaves, el ex interventor general de la Junta, Manuel Gómez, y el jefe jurídico de la Junta, Francisco del Río. Conocido judicialmente es el comportamiento exhibido en otros casos por Manos Limpias, que retiraba las acusaciones cuando sus extorsionados hacían efectivo el pago del dinero exigido.
Es más, retiró la acusación por el delito de malversación de caudales públicos para los ex altos cargos de la Junta afectados, sobre todo por su relevancia, José Antonio Griñán y José Antonio Viera.
Manos Limpias, al que las defensas quisieron apartar al comienzo del juicio por el comportamiento de su máximo dirigente, Miguel Bernad, acusado del delito de extorsión, ha resultado ser, no se sabe cómo ni por qué por ahora, el máximo aliado de las defensas al final del juicio.
Con esta postura, Manos Limpias, adjetivo que desde que se descubrió su estrategia de extorsión y chantaje no parece convenir a este sindicato, se opone a todas las conclusiones de la instrucción incluyendo los autos del Tribunal Supremo.
La principal extrañeza provocada este lunes por esta acusación fue la de considerar a Manuel Chaves como un hombre que "no sabía nada", que recuerda a aquel episodio de la concesión de la ayuda de la Junta a la empresa de su hija donde la Junta, en aquel caso, a pesar de la presencia irregular de Chaves en el consejo de gobierno, argumentó que el presidente no tenía por qué saber en qué empresa trabajaba su hija.
Aquella conclusión política dio origen a un famoso chiste del humorista gráfico Canalsú Andalucía Imparable que firmó una viñeta donde una caricaturizada Paula Chaves decía en voz alta: "¿Y cómo iba a saber yo que mi padre era el presidente de la Junta?".
Este lunes, Manos Limpias expuso en sus conclusiones que era meramente una sospecha el que Chaves y el jefe de los abogados de la Junta fueran consultados sobre los ERE, unos expedientes que habían supuesto 850 millones de euros para la Junta. Manos Limpias dijo no querer fundarse en "sospechas" para no hacer daño a los dos procesados.
Los entornos de las defensas subrayaron ayer el comportamiento de Manos Limpias. Algún medio ha expuesto que lo sucedido fue una "verdadera bomba" cuando, en realidad, como es sabido, la acusación de Manos Limpias era sólo una, y no la más importante de las acusaciones. Muy por encima de ella, en calidad y preparación, la han desempeñado la Fiscalía y el PP.
Pero, además, se ha apuntado que se ha tumbado "la unidad de acción de las acusaciones" a causa del "fuego amigo" disparado desde Manos Limpias, aunque no se explica que su secretario general, Miguel Bernad, está acusado de extorsión junto al presidente de Ausbanc, Luis Pineda.
Aún más, en el grupo Joly se considera que Manos Limpias "al retirar los cargos contra otros 15 acusados por el delito de malversación –entre ellos el expresidente José Antonio Griñán– que se enfrentan a penas de entre seis y ocho años de prisión… ha abierto de nuevo el debate sobre por qué se incluyó este delito si el Tribunal Supremo ya lo descartó cuando investigó a los entonces aforados Chaves y Griñán y a otros ex altos cargos".
Pero el Tribunal Supremo, en los autos del magistrado Miguel Colmenero y Jorge Alberto Barreiro a la hora de decidir sobre el suplicatorio presentado para el procesamiento de los aforados, nunca eliminó el delito de malversación de caudales públicos. El juez Barreiro expuso que le resultaba dudoso que Manuel Chaves y Gaspar Zarrias, sólo ellos dos, "intervinieran en esas entregas de fondos públicos. Ni tampoco constan datos indiciarios de que supieran que se estaba disponiendo de los caudales públicos presupuestados para las ayudas/subvenciones con destino al lucro ilícito de terceras personas." De hecho, no fueron acusados de tal delito.
En el auto de Miguel Colmenero, se consideraba imprescindible "continuar la investigación sobre los hechos, que indicaban la presencia de delitos de prevaricación y malversación, y la participación en los mismos de los aforados Manuel Chaves González, José Antonio Viera Chacón y Gaspar Zarrías Arévalo, Diputados del Congreso; y, desde luego, el senador José Antonio Griñán Martínez. Mª del Mar Moreno Ruiz, igualmente senadora, fue excluida del procedimiento.
En un auto específico del juez Barreiro sobre Griñán, que por cierto, le tachó de "incompetente" como Chaves y Zarrías le tildaron de "ignorante", sólo se refirió al delito de prevaricación, pero aquel auto fue meramente para decidir si su caso debía ser instruido o no por el Supremo, y no por el juzgado de instrucción número 6 de Sevilla, petición de Griñán cuando ya había sido defenestrada la juez Alaya y sustituida por la nueva titular, María Núñez Bolaños.
Finalmente, no sólo fue el Instructor definitivo, Álvaro Martín, sino la propia Fiscalía anticorrupción y las acusaciones particulares, incluida Manos Limpias, los que acusaron del delito de malversación de caudales públicos a 15 de los 22 encausados, Griñán y Viera entre ellos.
La suciedad de Manos Limpias
En abril de 2015, la Policía Nacional detuvo a un numeroso grupo de personas vinculadas a Manos Limpias y Asociación de Usuarios de Banca (Ausbanc) en el marco de la operación Nelson, en la que ha sido desarticulada una presunta trama dedicada a extorsionar a entidades bancarias, informó Europa Press.
Entre ellos, encontraban los responsables de ambas entidades, el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, y el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, quien fue arrestado en la estación de Atocha de Madrid procedente de la Feria de Abril de Sevilla donde se fotografió sonriente con la misma Susana Díaz, en los exteriores de la caseta de la Cadena Ser.
La Policía Nacional y la Fiscalía de la Audiencia Nacional llevaban meses investigando una serie de denuncias presentadas contra Ausbanc por extorsión e indagaban así mismo sobre la participación de Manos Limpias en la trama. Fueron la Audiencia Nacional y el juez Pedraz los instructores de la causa.
Según sus datos, existía una actividad sostenida en el tiempo desde hacía años y que consistía sobre todo en exigir pagos a las entidades bancarias extorsionadas a cambio de no difundir sobre ellas informaciones negativas o incluso iniciar causas judiciales contra ellas en los tribunales. La acusación en los juzgados la ejercía el sindicato Manos Limpias, según la investigación. Las fuentes consultadas indican que el presidente de Ausbanc, Luis Pineda, y el secretario general de Manos Limpias, Miguel Bernad, eran amigos desde hacía años.
El comportamiento delictivo de Mano Limpias consistía en acusar a las entidades bancarias ante los tribunales y cuando éstas pagaban la extorsión, se retiraba de la instrucción dándose por satisfechos con las explicaciones ofrecidas por sus víctimas. Ahora, han retirado sus acusaciones principales en el caso ERE, pero, aunque pueda suponerse que su modus operandi no ha cambiado, poco se sabe de sus razones.
Las relaciones de Ausbanc, el socio de Mano Limpias en el entuerto, con la Junta de Andalucía fueron destapadas por Confidencial Andaluz tras los tiernos selfis aparecidos del jefe de Ausbanc con Susana Díaz.
Por ejemplo, se confirmó que su delegado en Sevilla era José Marín, un veterano del PSOE de Sevilla que fue condenado por el caso facturas falsas del distrito Macarena de Sevilla a instancias del Partido Andalucista.
Además, era un hecho demostrado la relación de Luis Pineda con el PSOE andaluz a través de la Fundación Cajasol, la fundación concedida por La Caixa a los restos del PSOE en las cajas San Fernando y el Monte, que pervive aún con un generoso dinero bajo la dirección de Antonio Pulido, un socialista que llevaba en su Vespa a Susana Díaz cuando eran jovencitos. Pineda y Pulido eran amigos y Pulido fue uno de los pocos agraciados con una invitación de Susana Díaz al bautizo de su hijo.
Manos Limpias fue quien acusó a Braulio Medel, presidente de Unicaja, imputado en el caso ERE, que, según el sumario de la Operación Lelson, se sometió al chantaje de Ausbanc y Manos Limpias. Fueron cerca de un millón de euros los satisfechos por Unicaja a las empresas de Ausbanc para que Manos Limpias pidiera el archivo de la causa.
Hasta Canal Sur tenía relación de dinero con el tándem mafioso. Cuatro galas de 55 minutos de duración bajo el nombre Las noches del Club de la Vida Buena, nombre de una de las revistas de Ausbanc, fueron el negocio conjunto de Pineda y la dirección de Canal Sur que se emitieron los jueves del mes de agosto de 2015 a medianoche y con una audiencia cercana al 1%, según los datos oficiales. 420.000 euros pagó Canal Sur a la productora propiedad de Pineda.