El Mundo dice que "el Gobierno no levanta cabeza". "Josep Borrell, investigado por la CNMV, y Dolores Delgado, acorralada por la oposición". Cuenta Emilia Landaluce que la ministra que garantizó el éxito de un burdel y dijo que prefería un tribunal de tíos llegó "con un uniforme de fiscal" y los "ojos pintados" como una puerta. "Caminaba muy dicharachera, saludando y besando a todos con los que se cruzaba. Cualquiera hubiera dicho que estaba llegando a la marisquería Rianxo para largar con la cloaca". Y se declaró victimita de la derecha, la extrema derecha y la súper extrema derecha. Qué bochorno para la carrera fiscal y para los socios podemitas. Dice el editorial que ayer Delgado "se parapetó" durante la sesión de control en "la estrategia del ruido y la victimización que tanto gusta al gabinete Sánchez" y dio un "recital de altanería" con más cara que espalda. "Subterfugios con los que pretende diluir su responsabilidad y esquivar la renuncia, que sería tanto como la antesala de la caída del Gobierno". Lo dudo, está sostenido por la extrema, extrema, hiperextrema izquierda, golpistas y filoetarras. Es más, Javier Redondo señala que "Sánchez cree que merece gobernar sin necesidad de ganar elecciones, que son un engorro que incomoda y obstaculiza la excelencia de su mandato". Empieza a ser sospechoso ese pavor a las urnas. ¿Es que teme no ganar? Porque si fuera así sería tanto como reconocer que está usurpando la Moncloa al presidente que elijan los ciudadanos, y eso no está bien, no señor, no está bien. Y Podemos calla ante la ministra que encubrió y dio su apoyo a un burdel mientras "ofrece estabilidad a un Torra en minoría". Un empujoncito más a su desplome, que sigan así.
El País sigue su carrera hacia el total descrédito y tiene la desfachatez de ocultar a la ministra en su portada. En páginas interiores lo deja para la página 20, detrás de Franco. Otro día que algún incauto ha tirado 1,50 euros a la basura, porque este panfleto ya no sirve ni para el honorable destino de envolver el pescado. La información de Anabel Díez y Javier Casqueiro sobre la ministra del "éxito seguro" del prostíbulo de Villarejo y que llamó "maricón" a Marlaska produce arcadas. "Desde luego, hace nueve años" Dolores Delgado "no sabía quién era Villarejo", dicen. "No ha mentido en sus explicaciones a pesar de que en un primer momento hubo matizaciones importantes sobre si conocía o no a Villarejo", dicen los periodistas, párrafos antes de reconocer que "en esa conversación se notó familiaridad y Villarejo cuenta que montó una empresa de prostitución para obtener información, entre otros comentarios". Sí, "información vaginal" que sería un "éxito seguro" según la ministra. Ha tenido que ser duro redactar esta información, Anabel. Y es que desde que se sabe que los socialistas gastan el dinero público en prostitutas, la línea editorial del periódico es no hablar de ello. "Andalucía no ganará nada con una campaña desabrida centrada en cálculos electorales nacionales, sino en un debate serio centrado en su futuro". Y para acabar de hundir en el fango al aún primer periódico de España, Luz Sánchez-Mellado lo único que tiene que criticar del escándalo es que Moreno llame puticlubs a los puticlubs. "Alguien debería decirle que lo de puticlub a estas alturas suena más a Pajares y Esteso que a líder de la derecha moderna". ¿Eso es lo importante, si la palabra está pasada de moda, no que los socialistas gastaran dinero público en prostitutas? ¿Se puede caer más bajo? Y eso que el periódico lo dirige una mujer.
ABC maldice a la nube de Mallorca y dice que "Delgado se presenta como víctima de la extrema derecha para no aclarar su nexos con Villarejo". Bieito Rubido está algo desquiciado. Que lo esté con Sánchez en el primer editorial se entiende. "La arrogancia política de la izquierda se transforma en síntomas autoritarios en cuanto confunden las críticas a su gestión con un ataque al estado". Que un tío "que ha accedido al poder aupado por partidos golpistas, extrema izquierda y herederos de ETA" pida moderación es para miccionar y no echar gota. Pero el siguiente editorial atacando a Cs por lo de la moción de censura a Torra es un disparate. "Como si al partido naranja le hubiera importado la cuestión aritmética cuando apoyó la candidatura de Sánchez a la presidencia del Gobierno (…) Entonces a Rivera le dieron igual los números. ¿Por qué ahora sí son pertinentes?". Eso es mezclar churras con merinas y faltar a la verdad, como dicen los políticos. Rivera y Sánchez esperaban sumar con la abstención de Iglesias, pero éste prefirió repetir elecciones para dar el sorpasso al PSOE. Aparte de que, con la negativa de Rajoy a presentarse a la investidura, alguien tenía que dar el paso para que corrieran los tiempos y poder convocar elecciones. No te inventes la historia Bieito, no es serio. Más acertado está Ignacio Camacho animando a Arrimadas. "La batalla es moral y, por tanto, no cabe el miedo al fracaso", "su mismo planteamiento sería una victoria. Obligaría a Podemos a abandonar su falsa neutralidad y sacaría al PSC y al Gobierno de Sánchez de su zona de confort". "La cuestión es de audacia política, de atrevimiento para abandonar el conformismo contemplativo y sustituir la táctica por la bizarría. De perder una votación para ganar la iniciativa". Y adelantarse a Iceta, Inés, Albert, espabilad que se está preparando algo a vuestras espaldas.
La Razón dice que "Delgado olvida que en 2009 las cloacas del Estado eran el PSOE". No hay por dónde coger lo de esta ministra. Marhuenda detalla los desbarres de Delgado para salir del atolladero. "Solo las extraordinarias circunstancias de un gobierno como el de Pedro Sánchez, abrasado por todos sus flancos y con dos ministros dimisionarios, explica que Dolores Delgado se mantenga en el cargo. Su comparecencia no solo demuestra el enrocamiento del ejecutivo en el poder, sino una preocupante pérdida del sentido de la realidad". Pero no es lo mismo plagiar una tesis que las cosas que hemos tenido que oír de la ministra y sus compañeros de comida, Pedro, no seas cruel, deja que esta mujer se largue y se esconda en una madriguera. María José Navarro no deja salir vivo al patán Rufián. "Si Rufián me guiña un ojo puedo asegurarles que pierdo los estribos y monto yo el pollo de la bandera", "de mi boca puede que hubieran salido más calificativos hacia el diputado". Pues si a mí me guiña un ojo este individuo, además de llamarle imbécil y gilipollas como mínimo, le cruzo la cara y me quedo más ancha que larga. Estuvo muy moderada la diputada del PP.
La Vanguardia comienza las maniobras orquestales es la oscuridad para que Iceta presente la moción de censura. "Añoranza del tripartito", dice en La Mirilla. "En las filas republicanas había quien añoraba ayer la época del tripartito sin el menor disimulo. 'Era una balsa de aceite comparado con esto', reconocía más de un veterano en la Cámara" sobre "el pacto de gobierno del PSC con ERC". 'Entonces no perdíamos ni una votación, por mucho ruido de fondo que hubiese', afirmaban también en las filas socialistas para hurgar en la herida independentista. Varios parlamentarios asentían al oír esta frase y evocaban con cierta nostalgia" el tripartito. "Eran otros tiempos". Aviso a navegantes. Albert, Inés, como esta vez os pille otra vez una moción de censura socialista con cara de tontos no levantáis cabeza. Avisados estáis.