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La "amenaza" de VOX está en el Parlamento y en Moncloa: "Se llama Podemos"

Como ya adelantó Ketty Garat en Libertad Digital la semana pasada, Susana Díaz convoca elecciones para el 2 de diciembre.

El Mundo dice que "Díaz adelanta elecciones para alejarse de los ERE y las generales". Pues los ERE le pisan los talones y de las generales no hay noticias. Susana no desaprovechó la ocasión de arrearle un bofetón a Sánchez en su anuncio. "Andalucía no se merece la inestabilidad que hay en el resto de España". Egoísta, ¿y los demás sí nos lo merecemos? Dice el editorial que "el anuncio no causó sorpresa" por varias razones. En LD y esRadio porque ya lo había contado Ketty Garat la semana pasada, en El Mundo por "el agotamiento del Gobierno andaluz", porque la presidenta andaluza "lleva en campaña desde que regresó de vacaciones" y porque no quieren "verse salpicados por el descrédito y el desgaste de Sánchez (…) La presidenta andaluza necesita desmarcarse de un Sánchez condicionado por los independentistas". Tarea harto difícil, los independentistas se lo hacen saber todos los días. David Gistau escribe una interesante columna en la que muestra su estupefacción por el susto de la izquierda mediática con el acto de VOX. "Cómo es posible que unos analistas griten despavoridos porque presencian el advenimiento de una fuerza populista, contraria a la Constitución y a los valores europeístas, sin reparar siquiera en que semejante amenaza lleva años metida en el parlamento y unos meses en La Moncloa: se llama Podemos". Y tiene cinco millones de votantes. Es alucinante que se rasguen las vestiduras y entren en "pánico" por un mitin de una formación "todavía residual" cuando "el Gobierno tiene una relación de dependencia con todos los partidos españoles que representan regresiones europeas: populistas de extrema izquierda, posetarras, nacionalistas agro, tigres del Maestrazgo, golpistas en curso", en fin, lo mejor de cada casa. Arcadi Espada sólo ve ventajas en VOX. "Diez mil fachas dijeron ayer que son españoles y nadie debe negarles su derecho. La novedad está cargada de ventajas. El caso de La Sexta, por ejemplo. Después de años de hacer negocios con comunistas, nacionalistas y terroristas, la locutora Pastor se pregunta ahora en público cómo hay que tratar al fascismo en la tele". Con la experiencia que tienen. Otra ventaja que ve Arcadi es que los fachas, "una palabra en busca de tomate", ya tiene destinatarios que la aceptan sin problemas. "Confío en que empiecen a insultarme con el adjetivo de socialdemócrata, que es el que verdaderamente merezco". Menudo embrollo para los insultones profesionales de la izquierda con todo quisqui que discrepe.

El País dice que "Andalucía acelera el pulso político con elecciones en diciembre. Anticipa comicios para evitar el desgaste del PSOE y la inestabilidad", dice, y se inventa que "quiere rentabilizar el empuje del PSOE tras la moción de censura". ¿Qué empuje?, ¿el que dicen las encuestas del PSOE? Si es cierto, ¿por qué Sánchez tiene pavor a confirmar ese empuje en las urnas? A falta de editoriales, ni opinión, ni columnas –qué desastre de periódico– los redactores se confiesan en la información. "El resultado de las andaluzas insuflará o minará los ánimos en las filas socialistas para propiciar o descartar el adelanto de las generales", ajajá, que no será el interés general. "Si Díaz se beneficia por el viento de cola que trajo la llegada del Gobierno de Sánchez", ese viento de cola del que hablan las encuestas pero del que no se fía ni el propio Sánchez, "insuflará alas al PSOE. Pero si retrocede y sufre desgaste, la señal de debilidad para que Sánchez mantenga su Gobierno, haya o no Presupuestos para 2019, será meridianamente clara". O sea, que cuando les cuente Sánchez o Celaá que no convocan elecciones por su propio bien, que hay que normalizar y demás cuentos chinos, sepan que les están colando una milonga. Hay que agradecerle a El País su sinceridad.

ABC dice que "Susana Díaz se desmarca del efecto Sánchez". "Cargos de la Junta se gastaron 32.000 euros públicos en burdeles". Hay que ver lo que les gustan los puticlub a los socialistas andaluces, Susana, vas a tener que ponerles un correctivo, casa fatal con el #metoo. Dice el editorial que "los resultados de Andalucía servirán para extraer conclusiones a escala nacional, porque se van a convertir en el primer laboratorio de pruebas para medir el desgaste del PSOE". Pues esperamos que Susana tenga un buen resultado, porque si no Sánchez es capaz de anular las elecciones sine die. De hecho, cuenta hoy ABC la preocupante tendencia de este muchacho disfrazado de presidente al autoritarismo. "Sánchez estudia ya imponer por decreto su programa económico". "El presidente ha confundido lo que debería ser la agenda razonable y realista de un Gobierno precario con una estrategia de supervivencia personal. Sánchez elude sistemáticamente el control de la opinión pública, evitando comparecer ante los medios de comunicación para someterse a sus preguntas o amenazándolos con querellas o leyes mordaza (...) Sánchez miente y no cumple sus promesas". Algunos ya nos conformamos con que cumpla la ley y convoque en 2020, cualquiera se fía.

La Razón tiene su propia interpretación del adelanto de las andaluzas. "Díaz se aboca al desgobierno acorralada por la corrupción". Y es que en su opinión, "reeditar el pacto con Cs se hace imposible ante el calendario de municipales y autonómicas". Marhuenda, eso está más que pactado, si no, no habría convocado elecciones. Dice el editorial, como todos, que "el adelanto electoral andaluz desborda el marco autonómico y plantea una campaña en clave nacional". Puede ser "el mejor test de la situación política nacional". Antonio Martín Beaumont pone voz a la alarma que ha creado Vox. "El PP no es solo el primer partido de la oposición, también es la única opción de Gobierno", dice. A Jesús Rivasés parece que le ha hecho la columna Maroto. "Vox dará el triunfo a Pedro Sánchez". A ver, Pedro Sánchez gobierna porque Rajoy le puso ahí, y si el que fuera líder del PP le puso ahí lo mismo tan malo no será.

La Vanguardia dice que "los letrados del Parlament tumban la estrategia de JxCat". Los pobres letrados del Parlament, lo que curran para que no les haga caso ni Dios. Para Sergi Pámies también Podemos y Vox son los extremos de la misma cuerda. "Si Podemos renovó la geometría variable desde la tradición de izquierdas, Vox atiende una demanda reactiva desde un orgullo de derechas de identificación primaria. Mientras la moderación necesita cierta ambigüedad para incorporar todos los matices de la complejidad, el radicalismo se alimenta de la simplificación, el miedo y el hartazgo de ser permanentemente insultado". En fin, que Abascal e Iglesias son las dos caras de la misma moneda. Pámies confiesa además que sufre en silencio lo mismo que Arcadi pese a estar en bandos opuestos en el tema catalán. "Si los que habitualmente somos acusados de fachas lo somos, ¿qué son los de Vox?)". Qué parlamento tan colorido nos espera, eso sí que va a ser pluralidad: extrema izquierda, extrema derecha, derecha, centro, socialistas, nacionalistas racistas, filoetarras... Vamos a ser la envidia de Europa.

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