
LasFuerzas Armadasespañolas se encuentran desplegadas en una zona de conflicto asimétrico con un enemigo no convencional que domina el terreno y tiene cierto apoyo entre la población. Desde el mando de la coalición internacional que lidera la misión, se les ordena capturar y extraer a un líder insurgente y para ello es necesario introducir un equipo de operaciones especiales en un barrio de una ciudad y sacarlo junto al detenido antes de que el enemigo tenga opción de reaccionar.
Dos helicópteros CH-47 Chinook de la FAMET (Fuerzas Aeromóviles del Ejército de Tierra), que son escoltados por dos helicópteros de ataque Tigre, son los encargados de introducir y extraer a los protagonistas del punto clave. En las inmediaciones de la ciudad donde se realiza la operación, por si algo pasa, otros dos helicópteros Cougar dan vueltas por su tuvieran que participar en apoyo de sus compañeros.
Los Chinook dejan al equipo de operaciones especiales en la zona acordada y se mantienen a la espera a media altura mientras se captura al líder insurgente. En ese compás de espera, uno de estos helicópteros es alcanzado por los insurgentes y debe volver a la base, obligando a los Cougar a tomar su relevo e ir al punto de extracción. Los tres helicópteros cargan al equipo de operaciones especiales y a los detenidos y vuelven a la base en una misión exitosa.
Los pilotos participantes en esta misión no estaban en ningún país remoto, sino en territorio español. No estaban en un campo de maniobras, sino en las bases de la FAMET en Colmenar Viejo (Madrid) y Almagro (Ciudad Real). Tampoco estaban en sus helicópteros, sino sentados en un simulador. Y todo ha sido posible gracias a que el Ejército de Tierra e Indra han conseguido conectar los simuladores de vuelo y hacerlos trabajar en tiempo real en el mismo escenario.
Esta nueva funcionalidad ha convertido el sistema de simuladores del Ejército de Tierra en un referente dentro de Europa, ya que son poquísimos los países que cuentan con esta capacidad. Por si fuera poco, al sistema podrán integrarse en breve los nuevos simuladores del nuevo NH90 -que tendrán su base en Agoncillo, en La Rioja- y saltará de los helicópteros a los carros de combate, pues también podrán integrarse en las operaciones este tipo de armas.
Y es que hasta ahora los pilotos del Ejército de Tierra tenían la posibilidad de entrenar durante horas y horas en los simuladores, cuya calidad técnica ha llegado ya al punto de permitirles hacerlo en escenarios virtuales que recrean a la perfección el lugar donde van a desarrollar su misión posteriormente, pero sólo podían hacerlo entre aparatos del mismo tipo, no incluyendo helicópteros de diversos tipos. Esto último sólo podían hacerlo en el campo de maniobras.
Ahora la capacidad de proporcionar adiestramiento táctico avanzado en red con diferentes plataformas y de forma descentralizada permite preparar misiones más complejas y arriesgadas, con un gran nivel de realismo, en todo tipo de escenarios, con múltiples amenazas y en todo tipo de condiciones meteorológicas y uniendo las diferentes platafomas con las que trabaja la FAMET.