"En contra de lo que algunos pensaban, que la llegada de Pablo Casado nos iba a quitar votos y afiliados, ha ocurrido lo contrario. Un 35% de los afiliados de VOX son posteriores a la victoria de Pablo Casado y nuestro crecimiento se ha producido y se ha acelerado fundamentalmente después de esa victoria. Y además, ha legitimado nuestro discurso".
Santiago Abascal (Bilbao, 1976) presidente de VOX y antiguo dirigente del PP vasco (llegó a diputado autonómico tras una carrera que comenzó al ser "alistado" por su padre, Santiago Abascal Escuza, ante la dificultad de completar las listas electorales del PP en Álava por la amenaza de ETA) habla con Libertad Digital a cuatro días del acto más importante de su carrera, este domingo en la Plaza de Vistalegre (Madrid), allí donde el PSOE de José Luis Rodríguez Zapatero celebró los grandes mítines de su época dorada electoral y allí donde Pablo Iglesias y Albert Rivera tomaron hace pocos años la alternativa política.
La misma que podría tomar en las próximas citas con las urnas esta formación que en 2014 fracasó en su primer asalto, quedándose a unos miles de votos de entrar en la Eurocámara, esa donde comenzaron a cimentar su expansión Podemos y Ciudadanos.
De Salamanca a Chamberí, pasando por Carabanchel
La sede del partido, un pequeño piso en el barrio de Salamanca, del que pronto se mudarán para ir al otro lado de la Castellana, en Chamberí, bulle de dirigentes, trabajadores y voluntarios que ponen toda la carne en el asador para "no pinchar" en Vistalegre. Unos cincuenta medios, algunos internacionales, ya se han acreditado para la cobertura y unas diez mil personas se han registrado para asistir, aunque quien quiera acudir sólo tendrá que presentarse en Carabanchel.
Se perciben nervios e ilusión a partes iguales, que Abascal trata de aplacar con dosis de buen humor. Un joven realizador audiovisual, ataviado con una camiseta del grupo roquero KISS, le muestra el vídeo que se emitirá antes de su discurso del domingo. "Pero si no tiene música" le dice Abascal mientras guiña un ojo al resto de colaboradores. "Santi, con el sonido ambiente ya tendremos bastante" le contesta, advirtiendo al instante que la intención del jefe no era otra que distender el ambiente.
Durante el almuerzo, y mientras saluda a no menos de media docena de simpatizantes y colaboradores, Abascal relata, entre una ensalada y unos huevos con jamón, regados con agua, los avatares de su relación con la prensa y de cómo el uso de las redes sociales la ha transformado radicalmente. "Hoy ha tenido que rectificar El País" señala, después de que el diario de Prisa retirase una fotografía de nostálgicos del franquismo en el Valle de los Caídos con la que había ilustrado en su web un reportaje sobre VOX. "El otro día los directivos de un periódico se quedaron muy sorprendidos cuando les dije que yo no dependía de lo que ellos dijeran de mí" afirma, poniendo en valor el empoderamiento que herramientas como Twitter, donde cuenta con casi cien mil seguidores, ofrece actualmente a los dirigentes políticos.
La actuación judicial contra el golpe secesionista
La posibilidad de medir fuerzas en una plaza política de primera no es ajena a la visibilidad que le ha dado a VOX su actividad en los tribunales, singularmente su papel en la causa judicial contra los autores del golpe secesionista en 2017, que encabeza el abogado Javier Ortega Smith, secretario general de la formación. Aunque lo cierto es que esa actividad ya se inició cuando el ex presidente catalán, Artur Mas, impulsó la consulta secesionista del 9-N en 2014, motivo que algunos, como el ex presidente socialista Felipe González, ven retrospectivamente como suficiente para haber aplicado ya entonces el articulo 155.
"El tiempo nos ha dado la razón" subraya Abascal, que vaticina que volverá a suceder lo mismo cuando ahora reivindican ir más allá aplicando el "estado de excepción" a través del articulo 116 de la Constitución. Abascal pide que el presidente catalán, Quim Torra, sea "apartado de su función, que sea detenido, que sea procesado y que sea juzgado" así como la disolución de las "organizaciones golpistas, que son el PDeCAT, ERC y la CUP" y, asimismo, una "suspensión con carácter indefinido de la autonomía de Cataluña, hasta que se restablezca el orden".
Es en este terreno, y también en el de la inmigración, donde a su juicio se pone de relieve "la lluvia fina de la claridad, de que el mensaje político de Vox se entiende muy bien" algo que Abascal vincula con el éxito de convocatoria que aspira a refrendar en Vistalegre y con la notoriedad demoscópica de su formación: "Esto nos ha llevado a llenar todo los actos públicos, desde hace un año, por toda España. De una manera muy llamativa que no son capaces hacer los grandes partidos y eso, a su vez, nos ha llevado a aparecer en las encuestas. Ahora ya no hay, prácticamente, ninguna empresa encuestadora que niegue la realidad" esa que, según el propio CIS, lo sitúa con muchas posibilidades de obtener representación en las próximas elecciones generales.
Casado, Sánchez, Rivera, Salvini, Steve Bannon...
Abascal marca distancias con el PP de Casado "la derechita cobarde" y con Rivera "la veleta naranja" pero asegura que los tres tienen que dialogar pues serán, sugiere "las primeras víctimas del Frente Popular que se está orquestando en España con los separatistas, con los progres taimados y con el comunismo podemita". Confiesa que al menos desde 2015 no habla "políticamente" con el líder de Ciudadanos, quien le escribió en 2017 tras el fallecimiento de su padre, cuya imagen preside su despacho. Una incomunicación de la que culpa "sin duda" al propio Rivera, con quien, afirma, "he tenido en otros tiempos una relación más estrecha de la que tengo ahora".
El Santiago Abascal que se subirá el domingo a la tribuna de Vistalegre, precedido en el uso de la palabra por, entre otros, el fundador más insigne de la formación, José Antonio Ortega Lara, ya no es un outsider político ni dentro ni fuera de España. Así lo atestiguan sus recientes contactos a nivel europeo, con formaciones como la Liga, el partido del vicepresidente italiano, Matteo Salvini, el Frente Nacional francés, la rama del grupo popular más próxima al primer ministro húngaro, Viktor Orban o el antiguo asesor de Donald Trump, Steve Bannon.
Grupos con los que existen, subraya, tres coincidencias importantes: "La afirmación de las soberanías nacionales, frente a la Europa federal que quieren algunos, frente a los Estados Unidos de Europa que quieren Garicano [Luis, responsable económico de Ciudadanos y vicepresidente de los liberal demócratas europeos] y Rivera. Esa coincidencia tiene que ver también con el control de la política migratoria y con una reacción frente a la dictadura de la corrección política. Es decir, con una guerra cultural".
Sin embargo, advierte que "cuando alguno de esos grupos se entromete en la soberanía española, por ejemplo lo ha hecho Matteo Salvini, cuya política migratoria aplaudo, pero se ha entrometido en el asunto de Cataluña, VOX ha reaccionado con una extraordinaria dureza contra eso".
La situación en Cataluña será, sin duda, uno de los puntos fuertes del discurso de Abascal el domingo, un asunto que sintetiza así tras una intensa semana en esa comunidad: "El separatismo golpista necesita un presidente del Gobierno como Pedro Sánchez, que sea débil, que dependa de sus votos y que además esté desprestigiado por asuntos como el de la Tesis Doctoral. Así que creo que el ultimátum de Torra no tiene mucho crédito. Lo que tiene crédito es el golpe. Existe un golpe separatista, la legalidad ha sido desbordada y en cambio, ante eso, parece que no muestran crédito la mayor parte de los partidos y de los medios de comunicación, que hablan todavía del diálogo" sentencia el líder de VOX.