Albert Rivera ya tiene sus ‘diez mandamientos’. En forma de decálogo, el líder de Ciudadanos presentaba este sábado en Sevilla, dentro de las jornadas organizadas por la plataforma España Ciudadana, sus principios fundamentales para la reforma de España, incluido su Estado Autonómico.
Se trata de un compendio de las banderas que la formación naranja ha defendido durante esta legislatura, tanto con Mariano Rajoy como con Pedro Sánchez en La Moncloa, varias de las cuales han provocado mucha polémica y rechazo, fundamentalmente de la izquierda y los nacionalistas, aunque también, en ocasiones, del PP.
Así, el decálogo "por una España de Ciudadanos libres e iguales" propugna una reforma electoral con una barrera del 3% nacional para entrar en el Congreso, que obviamente solivianta a los nacionalistas; una reforma del "insolidario y opaco" cálculo del cupo vasco por la que Rivera recibió en su día duras críticas de todo el arco parlamentario, incluido el hoy número tres del PP, Javier Maroto; la equiparación salarial de la Policía con cuerpos autonómicos como los Mossos d’Esquadra; la tarjeta sanitaria única, también rechazada en su día por la mayoría parlamentaria; la "reforma o cierre" del Senado; la supresión del impuesto de sucesiones y donaciones en toda España; el refuerzo de la alta inspección educativa y la gratuidad de los libros de texto; la eliminación de las barreras lingüísticas en el acceso al empleo público, recientemente denostada por la izquierda y los nacionalistas en el Congreso, y la supresión de los aforamientos políticos.
Navarra como prioridad nacional
Pero además de todas esas medidas de su repertorio habitual, Rivera incluye, nada menos que en el punto cuarto del decálogo, una defensa expresa de la integridad territorial de Navarra, proponiendo acabar con la disposición transitoria cuarta de la Constitución que permitiría, eventualmente, la anexión que siempre han planteado los nacionalistas vascos. La derogación de esa disposición constitucional es una vieja reivindicación de Unión del Pueblo Navarro (UPN) asumida por su socio en las elecciones generales, el Partido Popular, con la que el líder naranja podría intentar pescar, de cara las elecciones en Navarra de mayo de 2019, en el caladero del centro derecha navarro, y también en el de cierto votante tradicional de los socialistas de esa autonomía.
En los comicios de 2015, cuando la expansión nacional de Ciudadanos era todavía incipiente, el partido se quedó al borde del 3% de los votos, sin obtener representación en el Parlamento Foral por muy escaso margen. Tampoco en el Ayuntamiento de Pamplona, el único al que concurrió en esa comunidad.
La defensa de la integridad territorial trataría de mitigar el gran hándicap electoral de Ciudadanos en esa tierra, y también en el País Vasco, que no es otro que su oposición a la fiscalidad especial. Un asunto que le ha provocado aceradas críticas a Rivera cada vez que ha puesto un pie allí.
La inclusión de ese punto concreto en el decálogo supone un importante respaldo al proyecto naranja en Navarra, donde Ciudadanos cuenta con unos mil simpatizantes y donde el Comité Autonómico, liderado por Carlos Pérez-Nievas, muy posiblemente el candidato en 2019, lleva meses trabajando en la implantación territorial.
Precisamente este sábado, la presidenta navarra, Uxue Barkos, afirmaba en Pamplona que no ve "en un horizonte cercano" la activación de esa disposición de la Carta Magna que permitiría la unión de Navarra y País Vasco. Barkos arremetía además contra los dirigentes del PP que siempre han prometido "durante sus visitas a Navarra" la derogación de esa transitoria cuarta que, presumía la presidenta foral, "nunca se ha producido".