El diputado de Ciudadanos Toni Cantó se ponía la venda antes de recibir la herida durante su defensa este martes, en el pleno del Congreso, de la Ley de Ciudadanos contra la discriminación por razones lingüísticas en el empleo público: "Sé lo que se me viene encima en el turno de réplica. Especialmente me espero el derroche victimista del nacionalismo, de los ofendiditos profesionales" afirmaba, al tiempo que pedía el apoyo de PP y PSOE.
Un vano intento, al menos parcialmente, a juzgar por las palabras que poco después pronunciaba desde la tribuna de oradores la diputada socialista Merce Perea: "Ustedes, señores de Ciudadanos, pretenden atentar contra la Constitución". El diputado popular por Castellón, Miguel Barrachina, anunciaba el voto afirmativo de su grupo pero lamentaba que el parlamentario por Valencia del partido naranja se lo hubiera puesto "difícil".
Cantó había asegurado que el castellano estaba desaparecido de la Comunidad Valencia, algo que el popular negaba, poniendo como ejemplo los tres colegios de su pueblo, Segorbe, y presumiendo del recurso de su formación contra el decreto lingüístico del Gobierno del socialista Ximo Puig y Compromís.
Pastor llama al orden a Cantó
Particularmente agresivos con Cantó se mostraban Joan Baldoví, de Compromís, "usted está enfermo, enfermo de odio" le llegaba a espetar; Joseba Agirretxea, del PNV, que definía la propuesta de Ciudadanos como la "reencarnación de José Antonio Primo de Rivera" y el diputado del PDeCAT, Sergi Mikel, durante cuya intervención, en la que negaba tajantemente cualquier discriminación al castellano en Cataluña, la presidenta Ana Pastor amenazaba incluso con la expulsión del hemiciclo a Cantó, tras las dos preceptivas llamadas al orden.
En ese momento, el portavoz del grupo naranja, Juan Carlos Girauta, pedía infructuosamente la palabra aunque desde su escaño, aun sin micrófono amplificador, reprochaba a Pastor la advertencia a su parlamentario, a quien además de "enfermo" el diputado de Bildu, Óscar Matute, había tildado también de "lobotomizador". Un epíteto, este último, que replicaba poco después el propio Cantó: "Esto no lobotomiza a nadie. Esto es libertad de elección, esto es libertad e igualdad. Pero si desde luego hay alguien responsable en este país de lobotomizar con tiros en la nunca, son los etarras y sus defensores de Bildu".
Para redondear la tarde, el portavoz de ERC, Joan Tardá, comenzaba íntegramente en catalán su turno, hasta que era interrumpido con maneras suaves por la presidenta Pastor, diputada por Pontevedra: "Señor Tardá. Ya sabe que vengo de una comunidad autónoma también histórica, que soy la primera en defender el valor de las lenguas cooficiales. Pero esta es la cámara de representantes de todos los españoles y es bueno expresarse en la lengua que nos entiendan todos los españoles".
A un cirujano no se le puede exigir el catalán
La norma rechazada por la mayoría de la cámara baja incluye una "cláusula antidiscriminación" que establece como discriminatoria "la valoración desproporcionada del conocimiento lingüístico como un mérito, sin atender a la realidad social del conocimiento de la lengua en la Comunidad Autónoma o sin concurrir razones adecuadas, necesarias y suficientes en relación con la función o el puesto de trabajo correspondiente".
El espíritu de la norma, explicitado por el número dos de Ciudadanos, José Manuel Villegas, tras registrarla a principios de este año, pretende combatir el éxodo de profesionales sanitarios que sufren las Islas Baleares, como consecuencia de al exigencia del catalán.
"No se le podrá exigir a un cirujano, o el mérito valdrá menos cuando el puesto de trabajo sea el de un cirujano y, obviamente, no va a ser profesor de catalán alguien que no sepa catalán" dijo por entonces Villegas. El propio Cantó aludía a esa "diáspora" y advertía del peligro de que pueda extender pronto a otras comunidades como Valencia.