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Sánchez respalda a una "quemadísima" Delgado que deja KO al Gobierno

El presidente mantiene una conversación telefónica desde Nueva York. PSOE y Gobierno enmudecen y afloran las críticas de "descoordinación".

Pedro Sánchez y Dolores Delgado | EFE

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y su ministra de Justicia, Dolores Delgado, han mantenido una breve conversación telefónica a raíz de las grabaciones sobre su relación con Baltasar Garzón y el comisario Villarejo. Según confirman fuentes de Moncloa a Libertad Digital, el presidente Sánchez "respalda" a su ministra... la pregunta es hasta cuándo.

El Gobierno ha enmudecido, el PSOE también y, en privado han comenzado a aflorar las críticas contra la estrategia diseñada por Moncloa para capear el temporal. El objetivo número uno: evitar la exposición mediática y las declaraciones de apoyo a la ministra de Justicia, Dolores Delgado. Una primera declaración de intenciones con las que Gobierno y PSOE pretenden evitar lo que ocurrió con la ministra, Carmen Montón: que su respaldo por parte del presidente del Gobierno fuera enmendado posteriormente por la fuerza de nuevas informaciones que motivaron su dimisión.

Por eso nadie compareció públicamente este lunes para respaldarla. Porque, en privado, dirigentes del PSOE reconocen a Libertad Digital que la ministra Delgado "está quemadísima" y camina por la cuerda floja. No sólo no descartan su dimisión, a expensas "de lo que salga" sino que creen que es un escenario más que probable. Pero también reconocen que la prioridad del Gobierno de Pedro Sánchez es "evitar a toda costa la tercera dimisión de un ministro en 100 días" por lo que el ‘plan A’ es aguantar... pero sin mojarse.

Esto fue precisamente lo que más minó al Gobierno con el caso Montón. No tanto el plagio de su tesis o las incoherencias de sus versiones sino que el presidente Pedro Sánchez la respaldara apenas unas horas antes de su caída. No sólo él sino también el secretario de Organización, José Luis Ábalos, y la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, fueron forzados a salir públicamente para frenar el clamor interno que pedía su cabeza.

Por eso esta vez Ábalos suspendió su prevista rueda de prensa. Fue la primera señal de alarma: la suspensión del Comité Electoral a las 11:00 horas en la sede de Ferraz, 70 disparaba los rumores. De forma oficial, fuentes socialistas explicaban que se había cancelado la reunión del órgano porque "el ministro tiene que viajar a Córdoba" a unas reuniones sobre los trenes de cercanías. Pero sus reuniones estaban agendadas desde el día anterior al igual que la convocatoria del Comité Electoral.

La única novedad respecto al día anterior eran las grabaciones de Lola y Balta desveladas por el diario digital www.moncloa.com a primera hora de la mañana. Exactamentre a las 9:03 el PSOE mandaba su comunicado: "Rogamos tomen nota de anulación de previsión para hoy por motivos de agenda del secretario de Organización". Y no es la única incomparecencia del día. Casi más clamorosa ha sido la segunda, cuando la Mesa del Congreso tumbaba la maniobra de Pedro Sánchez para sortear el veto del Senado. Tras dos horas y media de reunión, el conflicto institucional en grado máximo y Podemos anunciando que acudirían en amparo al Tribunal Constitucional, el grupo socialista fue el único grupo que se ha negado a dar explicaciones ante los periodistas. En su lugar, enviaban un comunicado calificando de "arbitrario, inaudito e inaceptable" el acuerdo de la Mesa.

Una segunda incomparecencia que contrastaba con la gravedad de los hechos: "Esto es gordo", decían en el grupo parlamentario. Ni los suyos se explicaban el escapismo: "Nadie quiere dar la cara", decían algunos diputados de perfil medio/bajo; y otros, de mayor rango, escurrían el bulto: "Eso es decisión de la dirección del grupo". La directora, la portavoz parlamentaria, Adriana Lastra, acudió esta mañana a Ferraz a primera hora. Reunión de maitines con aires de gabinete de crisis, según fuentes socialistas, a la que también asistió la cúpula habitual. Ante la ausencia del presidente Pedro Sánchez, Ábalos volvió a tomar los mandos para intentar perfilar una estrategia. Poco después, se cancelaba la reunión del Comité Electoral y se instauraba la Ley del silencio.

Un mutismo por orden de Moncloa, según las fuentes consultadas y ante el que afloran las críticas contra la descoordinación en el Gobierno. "No puede ser la imagen que estamos dando", dicen quienes denuncian que vuelve a ser el partido, y no el Gobierno, quien da la cara. "En tiempos de Felipe había un Guerra que salía para no quemar al jefe... ¿quién es Guerra aquí?". Otros recuerdan que esta es la cruz de este Gobierno de independientes, que nadie tiene perfil político para afrontar una crisis como el escándalo de la tesis del presidente: "Todavía estamos esperando que uno se quite la escafandra y defienda al menos la credibilidad de la Universidad en España, ¿no?".

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