La prisión de Lledoners se ha convertido en un desfile constante de políticos separatistas que acuden al centro a recibir instrucciones y comunicar novedades a sus jefes presos por el golpe de Estado. La cárcel ha sido el escenario este miércoles de dos "cumbres" de Junts per Catalunya (JxCat), el grupo de Puigdemont, y ERC. Ambas formaciones han comunicado a los presos el estado de las negociaciones sobre la suspensión de funciones de los diputados procesados.
Puigdemont, fugado en Waterloo, se niega en redondo a acatar la decisión del Tribunal Supremo, que se basa en el artículo 384 bis de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, que alude a la suspensión automática de los procesados por rebelión. Quiere forzar que la cámara autonómica desobedezca la resolución dictada por el juez Pablo Llarena una vez concluida la instrucción por el referéndum ilegal del 1-O. En ERC no tienen tan clara la decisión a adoptar, pero en ningún caso van a sacrificar a Oriol Junqueras si en la misma jugada no cae el prófugo.
Visitas a la cárcel y a Waterloo
Los diputados presos, por su parte, exigen estar al corriente de los detalles de la negociación, de modo que sendas comitivas partidistas se han personado este miércoles en la cárcel para trasladar la "novedad" de que aún no hay acuerdo con Waterloo, según el medio Nació Digital. Por parte de ERC, ha acudido el presidente del Parlament, Roger Torrent, y Sergi Sabrià. Por la parte de JxCat, el citado diario refiere que fue a la cárcel de visita la "dirección" del grupo "en permanente contacto con Waterloo".
La falta de acuerdo mantiene la cámara autonómica cerrada desde el comienzo del verano. El 2 de octubre está prevista la reapertura del Parlament si es que para entonces hay un pacto entre los dos grupos separatistas que les permita mantener el acta de los suspendidos y al tiempo, la mayoría parlamentaria. En JxCat hay voces que abogan por convocar elecciones.
Llueve sobre mojado en cuanto a los privilegios de los golpistas presos, cinco de los cuales mantienen su condición de diputados: los republicanos Oriol Junqueras y Raül Romeva, y los "junteros" Jordi Sànchez, Jordi Turull y Josep Rull. Toni Comín, de ERC, y Puigdmont son los dos prófugos también suspendidos.
Privilegios penitenciarios
Las visitas a los golpistas son constantes en Lledoners. Los diputados se presentan sin avisar en una interpretación muy heterodoxa de su condición de autoridades que no deben avisar para ver a los encarcelados. Otros recurren a su carnet de abogado mientras la consejería de Justicia, de quien dependen las prisiones en Cataluña y que dirige la republicana Ester Capella, hace la vista gorda con el visto bueno del ministerio de Justicia. Las irregularidades se extienden al perímetro exterior de la cárcel, donde son frecuentes los mítines y conciertos separatistas para acompañar a los líderes golpistas entre rejas.
Presiones a los funcionarios
JxCat y ERC han convertido la cárcel de Lledoners en una extensión de sus sedes, sus despachos del Parlament y de la Generalidad. Aseguran que las visitas de familiares son las mismas en Estremera que en Lledoners. Sin embargo, la publicidad que los propios separatistas dan a sus visitas a los presos refleja un trasiego constante de dirigentes en las instalaciones penitenciarias de la Generalidad. Funcionarios autonómicos de prisiones han denunciado presiones de la consejería de Justicia para que no revelen el más mínimo detalle sobre las condiciones de encarcelamiento de los golpistas.