El Mundo dice que "Torra desprecia a Sánchez: 'El referéndum ya se ha hecho'", que "sólo acepta votar la autodeterminación" y que "movilizará la calle", como si no estuviera ya bastante calentita. Tanta expectación para que venga a decirnos lo mismo de siempre. Dice Federico Jiménez Losantos que "Sánchez quiere cumplir el pacto con sus socios catanazis que le llevó al Poder con un plebiscito contra el TC (…) Menos mal que Torra, más bruto y peor que Tejero, se negó ayer a aceptar el golpe de la Armada Falconetti". El editorial constata que "el golpe sigue en marcha". "Conviene tomar en serio sus amenazas", tenemos bastantes pruebas de que no se andan con chiquitas. "La democracia pierde su nombre allí donde los dirigentes cierran el Parlament y condenan la política a la calle, mientras someten el debate público a la asfixiante contaminación de su propaganda mentirosa y subvencionada". Emilia Landaluce echaba en falta el "cursilirismo" de Pablo e Irene, pero recuerda un pequeño detalle. "Pese a su alabanza a la sanidad pública y universal de su líder, Podemos votó en junio en contra de tarjeta sanitaria única. Así, los 46,5 millones de ciudadanos (también los niños de Pablo) nos quedamos sin la posibilidad de ser atendidos en cualquier hospital de España y que nuestro historial clínico pudiera ser conocido por cualquier especialista al que decidiéramos ir". Como a sus niños les pase algo fuera de Madrid no quisiera estar en la conciencia de Pablo e Irene. Susto nacional a la vuelta de vacaciones. "31 de agosto, el día con más despidos de la historia". ¿Será coincidencia que gobiernan los socialistas?
El País dice que "Torra evita nuevas amenazas sin renunciar a su discurso radical". Un cosa es cierta, las amenazas son las mismas de siempre, ya ni innovan. Xavier Vidal-Folch hace un hilarante análisis del discurso. Está como unas castañuelas porque Torra "respetó la propuesta de Sánchez aunque se opuso a ella. Es la primera inflexión de un presidente secesionista (…) Veremos qué recorrido tiene ese dato. Pero es nuevo". Las chorradas que hay que decir para contentar al jefe. El editorial responde a la pregunta de si lo del paro tiene que ver con el socialismo en el poder. Que no, que para nada, que el "nefasto agosto" se debe a una "temporalidad excesiva", a la "desaceleración", "al precio de los hidrocarburos" y a los "tipos de interés", a "las tensiones proteccionistas y a la inestabilidad de algunas economías emergentes". Pero nada con los disparates (meros anuncios de momento) de Sánchez. Y como solución propone "favorecer unos próximos presupuestos". Cuando votemos. Cuando convoque elecciones entonces hablamos de presupuestos.
ABC dice que lo de Torra es "más de lo mismo". Según el editorial el discurso "rayó en lo delirante". Para Luis Ventoso, fue una "homilía nacionalista bastante plúmbea". "Torra ya no anuncia leyes de ruptura, ni nuevas consultas a la brava". Hombre, eso ya lo han hecho, tampoco se van a repetir, aburrirían al respetable. Bieito Rubido le arrea dos sopapos a Casado y le recuerda que su "oponente" no es ni Ciudadanos ni Rivera, sino "el actual gobierno que tanto miedo tiene a las urnas". "Sánchez está encantado de ocupar la Moncloa y va ser difícil que adelante las generales", se va a resistir como gato panza arriba. "Casado tiene tiempo de ir perfilando su proyecto, pero no debería confrontar con Ciudadanos, no equivocarse de enemigo". Y menos en Cataluña, que últimamente cuando habla parece que habla Torra o Iceta.
La Razón dice que "Torra llama a la lucha en la calle por los presos y la república". No, si lucha en la calle va a tener. Para Marhuenda lo "alarmante" de la actuación del laci es que fuera en un Teatro y no en el Parlament. Pues a mí me parece un sitio muy adecuado. Pero Marhuenda, que titula su editorial "Torra pierde el sentido de la realidad", cree que debería haber ido al Parlamento "donde todos los partidos tomarían la palabra". ¿Quién está fuera de la realidad, Marhuenda? "Torra se lo uso muy difícil a Sánchez. Su exposición fue un ejercicio de odio hacia España que fue más allá de las injurias, de la mentira y de la manipulación. Se situó en un nuevo plano no ensayado hasta ahora abiertamente; la fantasía que lo sitúa fuera de la realidad". Pues la verdad, no veo nada nuevo en que los indepes vivan en el mundo de la fantasía. Toni Bolaño no vio nada alarmante. "Ni desafío al Estado, ni unilateralidad, ni desobediencia, ni volver a las rupturas". Un peñazo total.
La Vanguardia dice que "Torra llama a la movilización pero esquiva la desobediencia". Marius Carol, recién llegadito de unas largas vacaciones, tuvo una "sensación". Que "Torra habló a la mitad del país, más que a su totalidad". Que "pareció dirigirse sólo a los independentistas". Qué perspicacia, Marius, se ve que el descanso te ha sentado bien y te ha despejado los sentidos.