La Ley de Estabilidad Presupuestaria, primer paso para dar luz verde a los Presupuestos Generales del Estado, sigue siendo el principal caballo de batalla entre el Gobierno y Podemos, por un lado, y el PP y Ciudadanos, por otro. Este martes la mesa del Congreso, donde populares y naranjas pueden formar mayoría, decidía no tramitar el proyecto por vía de urgencia, algo que a primera hora había solicitado Albert Rivera en una entrevista en TVE.
El diputado naranja y vicepresidente del Congreso, Ignacio Prendes, abogaba por esa vía ordinaria porque "que un Gobierno tenga una gran debilidad parlamentaria no puede llevarnos a vivir permanentemente en la excepcionalidad" y acusaba a los grupos de la izquierda de pretender "hurtar derechos al Parlamento", evitando que los grupos puedan enmendar la norma.
Una visión absolutamente contraria a la del PSOE, cuya portavoz, Adriana Lastra, no dudaba en tildar de "filibusterismo parlamentario" lo ocurrido, arremetiendo duramente contra la presidenta del Congreso: "En cuanto se tome en consideración vamos a exigirle otra vez a la mesa la urgencia y la lectura única, y esperamos que a nadie se le pase por la imaginación, y muchos menos que a nadie a la presidenta de esta cámara, hurtarle el debate al pleno de la cámara. La señora Pastor empieza a parecerse más a Pablo Casado que a una presidenta del Congreso".
Podemos, contra el "veto" del PP
Lastra negaba que estuviera en su mente impulsar por decreto la estabilidad presupuestaria, algo, recordaba, que no permite la Constitución para la modificación de leyes orgánicas.
Sin embargo, la portavoz adjunta de Podemos, Ione Belarra, insinuaba esa posibilidad, al afirmar que "el Gobierno se comprometió a eliminar la capacidad de veto del PP [mediante su mayoría en el Senado] a eliminar la capacidad de que el PP pueda obligar a España a tener un recorte presupuestario de hasta 6.000 millones de euros. Nosotros estamos convencidos de que el compromiso del Gobierno es firme y vamos a explorar todas las vías para que la eliminación de esa anomalía democrática sea una realidad. Si esta no es posible había otras encima de la mesa".
Sin embargo, la propia vicepresidenta del Ejecutivo, Carmen Calvo, en la rueda de prensa posterior al primer Consejo de Ministros después del verano, el pasado 24 de agosto, afirmó que "nunca" se había explorado la posibilidad de llevar el asunto por la vía del decreto.
¿Un contratiempo para el Gobierno?
Pese a lo que pudiera parecer, el escenario no rompe los esquemas del Gobierno, sino exactamentelo contrario. El Ejecutivo ya contaba con el rechazo de Pastor a la vía de urgencia y cuenta también con que la mayoría en la mesa de PP y Ciudadanos dilate sine die la admisión a trámite de la iniciativa. De hecho, esta dilación que califica Lastra de "filibusterismo" les viene bien porque les permite ganar tiempo y retrasar la presentación de losPresupuestos Generales del Estado hasta el mes de noviembre.
Algunas fuentes del Ejecutivo explican que el objetivo real de la reforma de Ley de Estabilidad Presupuestaria, más allá de vetar al Senado, es conseguir un balón de oxígeno y retrasar el debate presupuestario porque, si se presentaran cuando toca, en el mes de septiembre, tendrían menos margen de negociación y podrían cosechar un rechazo a las cuentas públicas que pusiera fin a la legislatura.
Hay que recordar que algunas de las medidas que exige Podemos, singularmente la subida de impuestos, provoca el rechazo de los separatistas catalanes del PDeCAT, uno de los apoyos de la moción de censura, cuyo concurso necesitaría de nuevo Pedro Sánchez para sacar adelante las Cuentas Públicas.
De esta forma, el Ejecutivo ve cuadrar su calendario y su agenda continúa con la vista puesta en presentar PGE en noviembre, aprobarlos en febrero para empezar la precampaña electoral en el mes de marzo con la medalla de su primera victoria parlamentaria. Para ello, el Gobierno trabaja ya en un anteproyecto de Ley con Podemos sobre las cuentas públicas que se empezó a negociar este verano entre el presidente del Gobierno y el líder de Podemos Pablo Iglesias, con quien existe en la actualidad "muy buena sintonía". Este jueves a las 17:00 horas ambos se reunirán en el Palacio de la Moncloa.