La tibieza inicial del presidente del Gobierno sobre Venezuela se ha modulado. En la tercera jornada de su gira iberoamericana, Pedro Sánchez quiso abandonar su laxitud inicial en su primera intervención en Chile, en la que defendió la política de "no injerencia" en Venezuela y evitó condenar el régimen de Nicolás Maduro, para hablar de una pseudo dictadura: "No se puede afirmar que Venezuela sea una democracia mientras tenga presos políticos", dijo en una entrevista al diario chileno El Mercurio.
Un endurecimiento del discurso que podría simplemente pretender contentar al país mayor receptor del éxodo masivo de ciudadanos venezolanos con 1.200.000 ciudadanos y con cuyo recién elegido presidente, Iván Duque, se entrevista este jueves en Bogotá. Los estrategas del Gobierno siguen defendiendo que "la crisis en Venezuela no se resuelve denunciándola sino trabajándola"y la fórmula por la que abogan "es el diálogo como único mecanismo para evitar que "el conflicto adquiera mayores dimensiones".
La propuesta de Pedro Sánchez a Duque será la de implicar a Europa en la solución para evitar que haya un mayor "encasquillamiento" de Maduro y que la situación "explote" derivando en una solución violenta o, incluso, de guerra civil. Algo sobre lo que, según Moncloa, "hay un riesgo cierto". De hecho lo que perciben en el Gobierno español es que hasta ahora las políticas europeas de bloqueo de cuentas y sanciones personales a personalidades de Venezuela no han servido.
Se ofrece como mediador con el ELN
Sin embargo, la agenda nacional colombiana también es prioritaria para el Gobienro español en tanto en cuanto Sánchez quiere participar de los acuerdos de paz de "forma sostenible y duradera". Diplomáticos y dirigentes de alto nivel del Gobierno han estado preparando las reuniones previas a conciencia durante el último mes con dos objetivos fundamentales. El primero: conseguir que el nuevo presidente concrete que no pondrá en peligro los acuerdos para "que la paz sea irreversible y duradera". Esto es: que asumirá los acuerdos de paz con las FARC pese a su negativa durante la campaña electoral y su voluntad explícita de retirar cesiones y privilegios a los terroristas como poder presentarse a las elecciones o ampliar la amnistía a los encausados por narcotráfico.
Nada más acceder al cargo, Duque se dio un mes de plazo para abrir una reflexión sobre si mantendría o no estos acuerdos de paz sobre los que el pueblo colombiano dictaminó en contra en referéndum en el anterior mandato y ése plazo expira en menos de quince días. El Gobierno de Sánchez dice tener "expectativas" según lo que manifiestan en privado sus interlocutores colombianos.
El segundo objetivo es en relación al otro grupo terrorista que sigue activo en Colombia: el llamado Ejército de Liberación Nacional (ELN). Pedro Sánchez ofrecerá este jueves a Duque que España ejerza de mediador o facilitador del proceso de negociación con el ELN con el objetivo de abordar unos segundos acuerdos que concluyan con su actividad terrorista. Un ofrecimiento sobre el que también dicen ser optimistas en Moncloa dado que la acogida previa en las reuniones preparatorias ha sido "excelente". En cualquier caso, el Gobierno entiende que la última palabra la tiene el presidente Duque que aún no ha concluido su reflexión de un mes aunque confían en que, tras el encuentro de trabajo entre Sánchez y Duque, se pueda llegar a la firma de una declaración conjunta al respecto.