La inmigración ilegal está disparada en los primeros ocho meses de 2018. Así lo ha reconocido este miércoles el ministro del Interior, Fernando Grande Marlaska, quien ha asegurado que en los primeros ocho meses de este año, con datos actualizados hasta el 24 de agosto, el número de ilegales que han llegado a territorio nacional ha aumentado un 125 por ciento respecto a los mismos meses del año pasado.
Según los datos que ha aportado, hasta el pasado viernes habían entrado ilegalmente unos 31.800 inmigrantes ilegales. De ellos, 26.707 inmigrantes lo han hecho a través de las costas de la Península, Islas Canarias, Ceuta y Melilla, lo que supone que la intromisión por vía marítima se ha disparado un 178 por ciento respecto a los mismos meses del año pasado. El resto de entradas se realizaron asalto en vallado fronterizo de las dos ciudades autónomas.
En su comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso de los Diputados, ha explicado por encima cómo fueron los dos violentos asaltos al vallado ceutí el 26 de julio y el 22 de agosto, recordando que los inmigrantes utilizaron cizañas o radiales para cortar el vallado y palos, piedras, bolas de heces con cal viva o sprays a modo de lanzallamas casero para atacar a los agentes. Además de haberse incautado cócteles molotov que no fueron utilizados.
Ha explicado que la detención ayer martes de los diez inmigrantes que coordinaron el primer asalto violento y la devolución exprés de todos los inmigrantes mayores de edad del segundo salto suponen "un mensaje claro a las organizaciones criminales que trafican con personas. La migración ordenada, segura y legal es posible y deseable. Pero no la ilegal y violenta. No vamos a permitir las llegadas violentas que atentan contra nuestros agentes".
"Humanidad no es igual a permisibilidad", ha asegurado Grande Marlaska, tras lo que se ha mostrado partidario de fortalecer los vallados fronterizos de Ceuta y Melilla con "medios más modernos y no lesivos", aunque no ha especificado cuáles serán esos medios. También ha abogado por ofrecer a Marruecos "el mismo o mayor nivel de seguridad", aunque tampoco ha dado ningún tipo de detalle.
Bronca por la destitución de Corbí
La comparecencia del máximo responsable del Ministerio del Interior también tenía como objetivo que explicase por qué ceso al jefe de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, el coronel Manuel Sánchez Corbí, después de que se filtrase a los medios de comunicación que se habían paralizado las investigaciones de esta unidad policial al quedarse sin el necesario dinero de los fondos reservados.
Sin embargo, no ha habido explicaciones. Se ha limitado a decir que pedirá una comparecencia en la Comisión de Secretos Oficiales de la Cámara Baja cuando se acabe el plazo existente para que el coronel Corbí presente un recurso de alzada a su cese si así lo decide. "Si se formaliza el recurso este ministro es quien deberá resolver y debe mantenerse neutral", ha dicho a modo de explicación poco convincente, ya que el hecho de que él mismo le cesase pone en tela de juicio su posible neutralidad.
Este hecho ha provocado una dura bronca entre diputados de todos los partidos, que se ha iniciado cuando el presidente de la comisión, el popular ha decidido Rafael Merino trasladar al final de la comisión el debate sobre si Marlaska se estaba saltando o no una parte del orden del día porque no consideraba adecuada que despachase uno de los puntos del día con una única frase.
Esto ha provocado la reacción acalorada del diputado de Podemos Rafael Mayoral, la reacción comedida del socialista David Serrana y la excéntrica, y llena de provocaciones, del independentista Gabriel Rufián. Las tres intervenciones han provocado diferentes reacciones más o menos adecuadas de los diputados de otros partidos sin que el presidente de la Comisión les hubiera otorgado la palabra.
La discusión sobre el tema ha continuado al final de la comisión, cuando Merino ha abierto un espacio para que Marlaska tuviese la opción de explicar la destitución de Corbí y se ha generado una segunda parte de la bronca. El PP ha acusado al ministro de "incumplir un mandato" de la Cámara Baja. "No sé si lo hace por profunda soberbia o por un mal consejo, pero usted no decide ni cuándo ni dónde comparece. Usted tiene que comparecer en la comisión en la que se le ha indicado. Son cosas de la separación de poderes", ha dicho Francisco Martínez Vázquez, ex número dos de Interior durante cuatro años.
"No tengo calificativos para esta decisión", ha dicho el portavoz de Ciudadanos, Miguel Gutiérrez, quien ha criticado lo de "agarrarse" a los secretos oficiales. "Un día por un cese, otros días por un viaje del presidente que se suponía que era cultural…", tras lo que ha recriminado a Marlaska que haya perdido la ocasión para ensalzar la trayectoria profesional del coronel Sánchez Corbí y del resto de agentes de la Guardia Civil.
Mayoral y Segarra, en lo que en la práctica ha sido una unidad de acción, han apoyado que el ministro no dé explicaciones, mientras Marlaska ha insistido en que no iba a facilitar datos sobre el cese del exjefe de la UCO hasta que no haya pasado el tiempo pertinente que tiene el alto mando de la Guardia Civil para plantear un posible recurso de alzada.
Habrá traslados de presos de ETA
Los terroristas de ETA que cumplen condena en centros penitenciarios fuera del País Vasco seguirán siendo trasladados a cárceles en la comunidad vasca. "Claro que habrá traslados, pero se harán con criterios de legalidad" porque "los traslados no son beneficios penitenciarios", ha dicho el ministro del Interior durante su primera intervención, en la que ha acusado al PP de "inyectar odio en la sociedad".
"La obligación legal de reinserción no desaparece para los internos de ETA", ha argumentado, tras lo que ha dicho que el acercamiento a principios de agosto de dos terroristas de la banda criminal que había obtenido el tercer grado penitenciario no ha sido un peaje político pagado al PNV por el apoyo a Pedro Sánchez en la moción de censura, algo sobre lo que tienen dudas algunos de los partidos de la oposición.