José Manuel Villegas (Barcelona, 1968) recibe a Libertad Digital en la cuarta planta de la sede central de Ciudadanos en Madrid. El despacho del secretario general naranja, la sempiterna mano derecha de Albert Rivera, bien pudiera parecer el de un recién llegado por lo impoluto de la mesa y la casi total ausencia de elementos personales, tan sólo una foto de la última campaña catalana junto a Rivera, que le envió un afiliado. En realidad, nos aclara, su despacho de diputado en el Congreso es donde más horas trabaja, salvo en periodos como el veraniego. Acompañado únicamente de su teléfono, que consulta discretamente con la mirada en un par de ocasiones, contesta a los retos de Ciudadanos para un curso político muy distinto del que cualquiera pudiera imaginar antes de la moción de censura del pasado junio.
Rivera ya ha anunciado que no respaldarán el decreto para desenterrar a Franco que prepara el Gobierno.
Estamos a la espera de conocer el decreto. Nosotros siempre hemos votado a favor de las recomendaciones del grupo de expertos sobre el Valle de los Caídos. Hicieron un informe que proponía una solución global, incluyendo la exhumación o el traslado de los restos de Franco, a lo que no nos oponemos. Decían también que ese tipo de medidas necesitaban consenso, y por lo tanto nosotros defendemos esa solución global para que el Valle sea un monumento de reconciliación y no de homenaje a un dictador. Nos tememos que la solución no sea global, sino que únicamente responda a las urgencias de Pedro Sánchez para tener titulares con el tema de Franco. No lo apoyaremos pero tampoco votaremos en contra, por eso la abstención es la postura más lógica.
¿Cómo se explica votar hace un año a favor de desterrar a Franco y de reubicar a José Antonio Primo de Rivera y no hacerlo ahora?
En aquella Proposición no de Ley del PSOE se aludía al comité de expertos y a las dificultades técnicas que estos veían. Ellos, insisto, hablaban de una solución global y con consenso. Con esas premisas hay que acometer el traslado de los restos de Franco.
Usted mismo intervino en aquel debate de 2017 y se opuso a las enmiendas que pretendían Podemos y ERC sobre la anulación de las condenas a muerte, algo en lo que ahora insisten los separatistas en referencia al fusilamiento durante la Guerra Civil del presidente catalán, Lluís Companys.
La anulación de un fusilamiento no tienen ningún sentido jurídico. La propia Ley de Memoria Histórica deja claro que todas esas sentencias ya están fuera de la legalidad y de la legitimidad.
Ustedes hablan de consenso pero lo cierto es que, aunque los restos de Franco salieran del Valle de los Caídos, no parece haber acuerdo sobre qué hacer con el lugar. Podemos y el Gobierno hablan de hacer algo similar a lo que hay en los antiguos campos de concentración en Europa, mientras que Rivera insiste en el modelo del cementerio nacional de Arlington en EEUU.
Nuestra propuesta tiene que ver, efectivamente, con Arlington. Con los caídos como símbolo de reconciliación nacional, y con todos los caídos. Pero creemos que lo importante es el consenso. Nosotros ponemos esa propuesta encima de la mesa pero estamos dispuesto a hablar con esos condicionantes: que sea un símbolo de reconciliación nacional que todos los españoles se puedan sentir orgullosos y representados. En cuanto a la idea de Podemos, pensamos que es mucho más potente, y de gran país, la idea de un monumento a la reconciliación.
El ministro de Cultura, José Guirao, ha desligado el Valle de su competencia. ¿Usted cree que no tiene un valor cultural, arquitectónicamente?
Yo creo que este Gobierno no tiene muy claro cómo afrontar este tema más allá del titular que busca Sánchez. Nos vamos a encontrar con un decreto realizado sin ningún tipo de debate, es una especie de trágala sobre la que nos tendremos que posicionar sin haber hablado antes.
El PP se plantea recurrir el decreto.
Es difícil pronunciarse sin conocer el texto.
Limpiar Cataluña de lazos amarillos
En la cuestión de los lazos amarillos, ¿Ciudadanos está llamando a la desobediencia?
En absoluto. Estamos llamando al cumplimiento de la Ley y de las sentencias. Parte de ese cumplimiento pasa por liberar los espacios públicos, que deben ser neutrales, del secuestro al que lo tienen sometidos los separatistas. Tanto las instituciones como los espacios públicos.
¿Eso incluye playas o parques infantiles?
Sí, efectivamente. Como la Generalitat y el Gobierno de Sánchez no hacen nada, nosotros no sólo instamos a retirar los lazos amarillos sino que los retiramos, como están haciendo nuestros cargos públicos estos días con esos símbolos sectarios. Lo vamos a seguir haciendo pese al intento de pararnos del señor Torra, que nos amenaza con sanciones o leyes. Si alguien actúa intentado reprimir a quienes defendemos el cumplimiento de la ley pues también tomaremos nuestras medidas, porque creemos que están incurriendo en una prevaricación.
¿Hay riesgo de confrontación civil?
En Cataluña hay una fractura social clara…
¿Puede estallar en algún momento?
Esperemos que no. Pero cuantas más situaciones de violencia se provocan por parte del separatismo, pues más riesgo hay de que haya algún tipo de enfrentamientos. Esperemos que no, que no haya enfrentamientos físicos, pero está claro que la fractura social está encima de la mesa y esta provocada por ese intento de pretender imponer la ruptura de un país desde una minoría social.
El 155 no se aplicó, el año pasado, después de la aprobación de las leyes de ruptura en el Parlament el 6 y el 7 de septiembre. Se espero a después del 1-O. Ahora ustedes piden aplicar de nuevo esa maquinaria. ¿Son suficientes unas declaraciones como las de Torra confesando que su intención es atacar al Estado?
Por supuesto, pero no sólo por esas declaraciones. Nosotros pedimos la aplicación del 155 el 9 de septiembre, justo después de la aprobación de esas leyes. Ahora lo que tenemos es todos esos antecedentes. Son los mismos que dieron el golpe del 6 y el 7, los que promovieron el referéndum ilegal y que luego declararon la república catalana. No han rectificado ni han cambiado. No hace falta esperar a que se cometa un delito otra vez, entonces tendrán que actuar los jueces, la actuación política debe ser, al menos, enviar de nuevo el requerimiento que contempla el 155. Por no aplicarlo les estamos entregando de nuevo armas para que den otro golpe, como la gestión de los Mossos d’Esquadra, las llamadas embajadas catalanas o los medios públicos.
Ahora piden que esos medios no se queden fuera del control futuro del 155. ¿Qué papel están jugando?
Están teniendo un papel fundamental en su relato, y parte de ello es la estigmatización de todos los catalanes que estamos en contra de eso. De aquellos que defienden la ley y la democracia. Esto es particularmente significado en el caso del juez Llarena, que como juez está obligado a defender la legalidad.
En términos futbolísticos, la gente se pregunta si ustedes empezarán el curso con el fichaje estrella de Manuel Valls, el ex primer ministro francés, como candidato a la alcaldía de Barcelona.
La verdad es que no lo sabemos. Para nosotros Barcelona es prioritaria, sobre todo por el momento que vive Cataluña por todo lo que estábamos comentando. Tener el refuerzo del señor Valls sería muy importante. Vamos a ver qué decisión toma, yo soy optimista, creo que podremos dar la batalla juntos contra los populistas y contra los separatistas.
¿Podría ser en una papeleta sin las siglas de Ciudadanos?
Eso no será problema. Pero primero él tendrá que tomar la decisión. Encontraremos fórmulas. Ciudadanos va a ser el referente en las municipales de los que queremos seguir siendo catalanes, españoles y europeos.
El nuevo y el viejo curso político
Estamos a las puertas de un curso político muy distinto al que todos podíamos imaginar antes de la moción de censura. ¿Se precipitó Rivera al dar por liquidada la legislatura después de la sentencia de la Gürtel? El PNV lo utilizó como argumento para justificar su apoyo a Sánchez para derrocar a Mariano Rajoy.
La legislatura estaba liquidada y Rajoy no podía seguir gobernando el país después de esa sentencia en la que se condenaba a su partido. Nosotros insistimos en que la salida normal es que él hubiera convocado las elecciones para que hablasen los españoles, no abrir un nuevo turno del bipartidismo para que gobernase Sánchez. Rajoy prefirió esperar sentado en un bar a que Sánchez se hiciera con el poder, y así estamos ahora.
Ustedes sostienen que Sánchez ha batido el récord de dedazos en democracia.
Es algo bastante generalizado. La intención de ocupar las empresas públicas, el Estado, con los amiguetes, en vez de con las personas más adecuadas para gestionar esos puestos. Es la forma habitual de funcionar de un bipartidismo que se lleva turnando treinta años. Hay que acabar con esa forma de entender el Estado como un sitio en el que colocar a los suyos, que es lo que han hecho el PP y el PSOE. La mejor gestión de lo público no se consigue poniendo a tu jefe de gabinete [el presidente de Correos, Juan Manuel Serrano] o a tu portavoz en el Senado [el presidente de Paradores, Óscar López], sino a alguien con experiencia.
¿Pablo Casado es una persona limpia?
En principio sí, pero tiene un problema que está en vía judicial. Los jueces decidirán si ha cometido un delito o no.
¿Cree que ha sido transparente?
Tiene un problema, que es si como cargo púbico del PP ha recibido trato de favor, en una red, además, parece que más extendida de tratos de favor a determinados cargos. Si se demuestra que ha recibido trato de favor de una universidad pública pues esa limpieza no será total.
¿Sería el líder del PP si no existiera Rivera?
No lo sé.
¿Es un intento de frenar al presidente de Ciudadanos?
Me preocupa poco. Pablo Casado es el mismo PP de siempre, era portavoz de la Ejecutiva de Rajoy. El por qué le han elegido, que por cierto no tuvo el apoyo mayoritario de los afiliados en las primarias, el PP sabrá. Lo que está claro es que sigue siendo el mismo PP que ha estado gobernando o en la oposición en los últimos treinta años y sigue arrastrando los mismos problemas de esa etapa bipartidista que consideramos agotada.