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Los taxistas regalan un día gratis antes de montar "la tercera guerra mundial"

Se acabó la huelga del taxi así que toca la reunión Gobierno-Generalidad. ¡Eh, no se vayan!, intentaré ser breve y amena. 

El Mundo dice que "Las cesiones del gobierno no aplacan a la Generalitat". Batet fue con la cartera a rebosar. "Infraestructuras, financiación y competencias", regó de millones Cataluña pero nada, los indepes dijeron que aceptan el presente que le llevó el Gobierno por educación, pero que un poco de pasta no basta. Dice el editorial que conociéndoles "era de esperar". Ellos quieren "volver a organizar un referéndum de autodeterminación", que hace ya 8 meses que no votan y tienen mono. También quieren "la liberación de los políticos golpistas encarcelados". Que llamen a Llarena y se lo pidan, hombre, creo que anda por Barcelona. También quieren "la vuelta de los exiliados, algo que no está en la mano del Gobierno". Claro que no, está en manos de Puchi y su banda, que vuelvan cuando quieran, les esperamos con los brazos abiertos.

David Gistau contempla estupefacto la transformación de los taxistas, concretamente los de Madrid. El taxista era "una criatura típicamente mesetaria que mascullaba insultos al oír hablar en catalán, que subía el volumen de Federico para practicar tortura sónica como en Guantánamo, que tenía un palillo entre los dientes, un banderín del Real Madrid y una estampita junto al volanta del general Millan Astray", dice. ¿Tú dónde coges los taxis, Gistau? Y ahora "hete aquí que ese mismo taxista de Madrid de repente se ha convertido, moldeado por otro prejuicio distinto, en un podemita tremendo al que arenga Mayoral, en un artificiero de la revolución, en el último depositario del 15-M que se ha apropiado como entonces de la plazas y que lucha gallardamente contra los desajustes provocados por el dawinismo capitalista". Hay que adaptarse a los tiempos. Ahora se lleva el podemismo, conseguir las cosas a puñetazos, patadas... Si no ya sabes, eres un facha.

El País no se moja con interpretaciones. "Batet: 'El Gobierno tiene un proyecto para Cataluña'". Chupi. Los indepes también tienen un proyecto para Cataluña, pero me huelo que no es el mismo. Continúa la persecución a Pablo Casado, esa cacería ideológica podemita que ha hecho suya el PSOE y sus voceros mediáticos. "Casado vuelve a utilizar a los inmigrantes para reforzar su estrategia política", dice a modo de crítica por la visita del presidente del PP a Ceuta y Melilla. Es para descojonarse después del montaje de luz y color de Sánchez con el Aquarius. Este periódico se ve que no tiene sentido del ridículo. "El líder del PP insistió ayer en su duro discurso sobre la política migratoria, similar al de algunos grupos de la nueva derecha radical europea", dice. Veamos. "Si somos laxos con la inmigración ilegal, la avalancha no hay quien la pare". ¡Le Pen!, dirán. Pues no, Alfredo Pérez Rubalcaba durante la etapa Zapatero. "Partimos del rechazo de concepciones no realistas y enunciadas, la mayor parte de las veces, en términos demagógicos, como la de fronteras abiertas". ¡Salvini!, dirán. Pues no, el programa de Pedro Sánchez. Señora Soledad Gallego-Díaz, ¿está llamando racista xenófobo de extrema derecha radical al presidente del Gobierno? Parece que sí.

ABC dice que "Sánchez prima a Cataluña y agravia al resto de España". Bieito Rubido recuerda en su Astrolabio que "tenemos un gobierno débil al que nadie votó". Que nadie se olvide. Sobre la comisión bilateral, pues lo dicho, que "terminó ayer como estaba previsto: el Gobierno se movió en círculo con su discurso vacío sobre la "normalidad" y el "diálogo"", y los otros con el suyo de la autodeterminación y el diálogo. ¡Y así casi cuatro horas! "Oyendo a Batet, los separatistas no han roto un plato en su vida y la culpa de la crispación es, por supuesto, del PP". ¿Y qué va a decir la muchacha? Puigdemont ha amenazado a su jefe con quitarle el avión a la puerta de casa para ir de conciertos, tu verás. "Es el precio de la investidura de Pedro Sánchez". Los catalanes siempre han sido buenos comerciantes. Aunque ahora se les haya ido la pinza quien tuvo retuvo.

La Razón tilda la quedada entre Artadi y Batet de "encontronazo bilateral por el referéndum y los presos". Lo más interesante que dice Marhuenda es que "los indepes pueden alardear, como así han hecho, de poner al gobierno a su pies, aunque lo único que tienen a su alcance es hacerlo caer". Te parecerá poco Marhu, a Sánchez le ha molado la Moncloa, quiere quedarse un poco más. Pero que no se inquiete, "puede que todavía no haya llegado el momento electoralmente más favorable para Puigdemont". Respira, Pedro, puede que te dé unos meses más de vida.

La Vanguardia dice que "Los gobiernos central y catalán tantean el margen de diálogo". Caramba, eso si que es un titular claro y rotundo. "Es cierto que no se esperaban avances sustanciales en cuanto al contenido, como así fue", dice el editorial. "No hubo acuerdos, más allá de dar continuidad a este tipo de encuentros. Pero es relevante que se reanuda la conversación cara a cara". Lo relevante será cuando se la partan.

Cuenta La Vanguardia que "los taxistas ofrecen a Fomento una tregua hasta septiembre", pero que "el sector amenaza con una nueva huelga si el Ejecutivo no asume sus compromisos". Los taxistas podemizados van esta guisa: "Si no se cumplen sus expectativas, 'les montamos aquí la tercera guerra mundial'". Así que los ciudadanos tenemos hasta septiembre para organizar la resistencia a la toma de nuestras calles, ya que con las autoridades no podemos contar. Ya se sabe: si esto no se arregla, guerra, guerra, guerra. Por cierto que los taxistas de Barcelona "van a ofrecer a la ciudadanía un día gratis en septiembre en compensación por las molestias causadas". "En Madrid, la asamblea de taxistas se pronunció en los mismos términos: fin de la huelga y de la ocupación de la Castellana y tregua hasta septiembre". ¿Y nuestro día gratis qué? Antes de la guerra nos podemos dar unos paseíllos por Madrid para pactar las condiciones, como el intercambio de prisioneros, no asustar a los niños, no pegar a los periodistas. Esas cosillas.

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