"El periodo de gracia se acaba", declaró Carles Puigdemont en alusión a Pedro Sánchez nada más aterrizar en Bruselas el pasado sábado. Este martes, la portavoz del gobierno de la Generalidad, Elsa Artadi, ha ampliado el periodo hasta el otoño. A diferencia del "president legítimo", la consejera de Presidencia ha preferido mostrarse algo menos áspera y advertir que la reunión de la comisión bilateral Gobierno-Generalidad que se reúne este miércoles por primera vez en siete años no servirá para rematar ningún acuerdo. Tampoco para cerrar ninguna puerta.
En las últimas semanas se ha aludido en el separatismo a un cortocircuito entre Puigdemont y Artadi, un distanciamiento entre la que fuera directora de campaña de "Junts per Catalunya" y el evadido. Artadi no fue a la fiesta Waterloo con la excusa de la crisis del taxi y se negó a comentar en el atril de portavoz del "consell executiu" el nacimiento de la "Crida" del expresidente. Los entornos de los aludidos niegan cualquier disparidad. Artadi sigue siendo la voz de Puigdemont, insisten.
El interés del Govern es centrar la bilateral en la "situación política", es decir, autodeterminación, presos y fugados. Artadi tiene interés en que el Gobierno les informe sobre la orientación de la Fiscalía. Entiende la consejera de Presidencia que la resolución del tribunal de Schleswig-Holstein debería condicionar la actuación de los fiscales y exigirá a los representantes del Gobierno su opinión sobre la situación judicial de presos y "exiliados". No obstante, apunta que el expediente corresponde al presidente de la Generalidad, Quim Torra, y al de Gobierno, Pedro Sánchez, emplazados a un partido de vuelta de la fuente de Machado. La devolución de la visita en el palacio de la Generalidad se ha señalado para otoño y depende en buena medida del ambiente de la bilateral de este miércoles.
"Calendarizar" subcomisiones
Artadi espera que la reunión, que se celebrará en el palacio de la Generalidad, sirva para "calendarizar" nuevos encuentros sobre asuntos concretos en comisiones bilaterales sectoriales y para "pasar del diálogo a la negociación". El jefe de la delegación catalana será el consejero de Exteriores y Relaciones Institucionales, el republicano Ernest Maragall. Estará acompañado por el vicepresidente de la Generalidad, Pere Aragonés, y la secretaria de "Acción Exterior", Mercè Salvat, también republicanos. Artadi y el delegado de la Generalidad en Madrid, el exsocialista Ferran Mascarell, serán los "empotrados" de Puigdemont y Quim Torra.
La ministra de Política Territorial y Función Pública, Meritxell Batet, encabezará la parte gubernamenal acompañada por cuatro secretarios de Estado: Política Territorial (Ignacio Sánchez), Hacienda (Inés María Bardón), Infraestructuras (Pedro Saura) y Relaciones con las Cortes (José Antonio Montilla). Más la delegada del Gobierno, Teresa Cunillera, y el secretario de la delegación, José María Pérez.
El Gobierno opone una composición técnica frente a la comisión política de la Generalidad, si bien el Govern no aspira a forzar ninguna cesión de calado. Artadi pide "paciencia". El nacionalismo aspira a negociar a fondo en medio de la manifestación del 11-S, los fastos del 1-O y el juicio por el golpe de Estado. Entre algunas de esas fechas, Pedro Sánchez está emplazado a visitar Barcelona para abordar una agenda que el separatismo circunscribe a la autodeterminación y el desestimiento judicial.
Últimas "fake" de Torra y Artadi
Mientras tanto, la Generalidad se dedica a difundir noticias falsas como que la presidenta de Estonia pide la liberación de los presos catalanes y dar pábulo a que el juez Pablo Llarena, el instructor del sumario por el 20-S y el 1-O, se había reunido con miembros del CNI y el exministro del Interior Jorge Fernández cuando estuvo a punto de ser linchado por miembros de los CDR (Comités de Defensa de la República) cuando salía de un restaurante de la Costa Brava. Preguntada al respecto, la portavoz Artadi se ha echado unas risas mientras condenaba "cualquier" acto de violencia y avalaba el infundio de que el magistrado estaba reunido con espías y el exministro (en vez de su hermano el concejal) en un asador.
Homs y Mundó, colocados
En la rueda de prensa del "consell executiu" también ha salido el tema de la contratación de dos exconsejeros, Francesc Homs y Carles Mundó, como miembros del consejo jurídico asesor de la Generalidad. Artadi ha prometido que no están en nómina de la Generalidad y que no se les premia por haber sido procesados por sendos golpes de Estado (Homs era el portavoz de Mas y Mundó, consejero de Justicia de ERC cuando el 1-O). Sólo se les pagará previa consulta. Homs tiene el mismo trato con la Diputación de Barcelona.
En suma, la portavoz de Puigdemont y Torra ha declarado una suerte de tregua que enfría la expectativas de la primera "cumbre" en siete años de ministros, "consellers" y altos cargos de ambas administraciones. La reunión, eso sí, debe marcar subcomisiones y calendario, tareas para después de las vacaciones, y mantener el diálogo sobre la autodeterminación y los procesados presos y fugados.