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Rajoy dedica su intervención a reivindicarse a sí mismo sin guiños a ninguno de los candidatos

Culto a Rajoy en el inicio del congreso del PP. Vídeo de exaltación, aplausos, lágrimas. "Me aparto pero no me voy. Seré leal", proclama. 

Culto a Rajoy en el inicio del congreso del PP. Vídeo de exaltación, aplausos, lágrimas. "Me aparto pero no me voy. Seré leal", proclama. 
Mariano Rajoy en su despedida | EFE

Adiós del PP a Mariano Rajoy. Elogios por doquier, aplausos a rabiar, muchas lágrimas. Este sábado, Pablo Casado o Soraya Sáenz de Santamaría le sustituirán al frente del partido, pero él fue el gran protagonista en el inicio del congreso del PP. Los pasillos del cónclave fueron otra historia. No hizo guiño alguno a ninguno de los candidatos. "Vengo a despedirme y a daros las gracias", afirmó, y reivindicó su legado. Una emocionada María Dolores de Cospedal, al frente de la secretaría general durante 10 años, también cedió el testigo "con la conciencia tranquila" y su lealtad "intacta".

El PP pareció olvidar lo malo del marianismo para quedarse exclusivamente con lo bueno. Así lo escenificó al menos, en pleno estado de nervios, a la espera de su nuevo líder. Se emitió un vídeo de exaltación de la figura de Rajoy con líderes internacionales como Angela Merkel, Mauricio Macri o Theresa May como protagonistas. Aquellos que subieron a la tribuna le ensalzaron, le dieron repetidamente las gracias. "Nos duele en el alma que te marches", proclamó Luis de Grandes, el presidente de la comisión organizadora. En los pasillos, los candidatos también tuvieron palabras de reconocimiento. Ana Pastor se acordó de Elvira Fernández, a la sombra del presidente en todo momento, que no pudo evitar las lágrimas.

"Siempre seguiré siendo militante del PP", destacó Rajoy. Empezó "pegando carteles" y llegó a la cima del poder, pero una moción de censura le echó de Moncloa dejando a su formación en estado de shock. "Han tenido que colarse por la puerta de atrás para gobernar", se lamentó. Y una y otra vez ensalzó su gestión en el Gobierno. Fue especialmente vehemente a la hora de reivindicar su plan ante el pulso separatista, a pesar de que tanto Cospedal como principalmente Casado admitieron que les habría gustado un artículo 155 más duro. "A algunos les parecía muy fácil, sabían lo que había que hacer, siempre lo saben, pero lo saben sobre todo después de lo que hayamos hecho nosotros", se revolvió. Y remató: "Se hizo, y se hizo bien".

Ni rastro de autocrítica. Ni una sola mención a la corrupción. Todo se hizo bien a ojos de Rajoy, que no se olvidó de mandarle un recado al ausente José María Aznar, que no fue invitado al congreso. "Me aparto pero no me voy. Seré leal", destacó. Y lanzó un mensaje al partido sin mencionar a ninguno de los dos candidatos. "Estáis escribiendo la historia de la España de hoy y tenéis que escribirla bien", afirmó. "Sed responsables y preparaos para dar siempre la respuesta adecuada", añadió. Y volvió a sacar pecho: "Podéis mirar atrás con orgullo, otros no tienen nada que mirar, como son nuevos y están sin estrenar les falta pasado, y otros, si tienen, prefieren no mirarlo para que no se les recuerde".

"He tenido el honor de ser político, y a mucha honra", dijo Rajoy en su último discurso como presidente del PP. Pero admitió que la política puede ser "ingrata", que "no le faltan miserias, pero tampoco grandezas". "Nada en esta vida se olvida tan rápido", reconoció. Y lo cierto es que, nada más terminar su intervención, el foco volvió a estar en Casado y Santamaría, y en su guerra de cifras. "El jefe ha estado más cariñoso con Soraya", deslizaron desde la candidatura de la exvicepresidenta, intentándole situar a su lado. "Se va como un caballero, sin interferir y sin dar ninguna indicación", zanjó Casado.

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