"Me parece indigno, de un presidente de mi nación, que diga que es cómodo vivir en las circunstancias que vivimos algunos en Cataluña. Me parece indignante, señor Sánchez, que usted diga que se vive muy bien con escolta, cuando señalan a familiares, a concejales, también de su partido".
Así respondía el líder de Ciudadanos, Albert Rivera, a las acusaciones de Pedro Sánchez de que los miembros de este partido viven "muy cómodos" con el golpe en Cataluña y que los no independentistas están encantados con el conflicto.
La indignación de Rivera se produce después de los insultos y ataques recibidos por la presidenta de Cs en Cataluña, Inés Arrimadas, cada vez que intenta hacer un acto público, los innumerables ataques al negocio de la familia del propio Rivera, los ataques a sus sedes, como a las del PSC o del PP o periódicos que no comulgan con el independentismo, por citar sólo algunas de las "confortables" situaciones que vive la disidencia en Cataluña en opinión del presidente del Gobierno.
Estas acusaciones del presidente Sánchez a Ciudadanos son calcadas de las que hacía Zapatero al PP en el País Vasco, espetándoles lo bien que vivían con la amenaza constante de ETA para sus vidas.
En su último turno, Pedro Sánchez no tuvo valor para responder a Rivera.