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El socialista Sánchez y el racista Torra se reparten España

El Gobierno abre negociaciones con el golpismo, que se muestra eufórico tras la primera reunión de los dos "presidentes".

Pedro Sánchez le enseña a Torra la sala del Consejo de Ministros | Moncloa

"Hemos hablado de todo" y "ha tomado notas", ha dicho Quim Torra de su reunión con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez. El líder socialista se ha revelado como un gran anfitrión. Le ha enseñado a Torra los rincones ocultos del complejo presidencial, los jardines, la fuente del romance entre Machado y "Guiomar" y las estancias privadas, como quien recibe en casa a los amigos. Torra llevó a la cita un libro sobre el Valle de Arán, otro de mapas falsos de Cataluña y una botella de "ratafía", licor de hierbas catalán al que es especialmente adicto el president. Sánchez recibió a Torra con la teórica de que España es una "nación de naciones".

El encuentro ha sido un éxito sin paliativos, según las versiones de Sánchez y Torra. Todo un cambio climático en las relaciones entre el "Estado" y la "Generalitat". Dos horas y media de intensa, "cordial y correcta" reunión entre los "dos presidentes". Una reunión "de trabajo", ha especificado Torra. Dos horas y media muy satisfactorias a decir de las partes. La vicepresidenta del Gobierno, Carmen Calvo, ha comparecido para ratificar que el encuentro ha sido muy positivo. Torra, por su parte, ha calificado la reunión de "sincera". Calvo dice que Sánchez ha dicho "no" a la autodeterminación. Torra no la ha desmentido, pero reitera que el único camino es la autodeterminación.

En apariencia, la situación es la misma que cuando Mas primero y Puigdemont después se reunieron con Rajoy en Moncloa, pero en esta ocasión los golpistas habrían aceptado hablar de todo pero negociar sólo de dinero y competencias. El campo es vasto. Se reanudará la comisión bilateral entre el Gobierno y el "Govern" que no se reunía desde 2011. Inversiones, infraestructuras y agenda social están sobre la mesa. El Gobierno retirará los recursos en el Constitucional sobre las leyes catalanas de pobreza energética y renta mínima de inserción, dos de las catorce leyes aprobadas por los separatistas en el Parlament durante la pasada legislatura "republicana".

Vía ratafía

Torra ha encajado sin doblarse la teórica negativa de Sánchez a la vía ratafía de la autodeterminación. Ni siquiera ha tenido que pedir explicaciones sobre el epíteto de racista con el que Sánchez le definió el pasado 21 de mayo, diez días antes de convertirse en presidente. La vicepresidente Calvo ha dejado claro que Cataluña es cosa de la Generalidad. Vende como una gran conquista que el Gobierno pueda participar en la conmemoración del primer aniversario de los atentados islamistas en las Ramblas y Cambrils. Torra matiza que la "autorización" no alcanza al Jefe del Estado, el rey Felipe VI, que sigue vetado por el golpismo. Torra se ha ratificado en la ruptura de relaciones entre la "Generalitat" y la Casa Real. El encargado de Puigdemont se ha referido a sus reuniones con Iglesias y Garzón e incluso ha comentado que ha hablado con Sánchez de la "republicanización" de España.

El rey tendría que pedir perdón por su discurso del 3 de octubre de 2017, dos días después del golpe de Estado separatista, según Torra, que habló en todo momento en nombre de todos los catalanes sin encontrar el más mínimo obstáculo.

España, a subasta

Según Moncloa, el balance no puede ser más positivo. Torra ha invitado a Sánchez a un segundo encuentro en Barcelona. La "operación distension" funciona. Hay espacio para el "diálogo". Por primera vez desde el inicio del "proceso", la fase final del golpe, los separatistas se encuentran cómodos con el interlocutor monclovita. Se habla de todo y se negocia, se subasta España. Torra admite que a Sánchez no le alcance para liberar a los presos golpistas, pero ha salido de La Moncloa como quien tuviera la amnistía en el saco. Ha subrayado en varias ocasiones que Sánchez considera el golpe de Estado como una "crisis política" que se debe resolver por "vías políticas". Exige el desistimiento judicial y deja caer que el nuevo Gobierno del PSOE está por la labor. Carmen Calvo no desmiente.

Ambos ejecutivos están por la "desjudicialización" del "conflicto político" catalán y emiten señales inequívocas en las redes sociales. Sánchez trina en catalán en Twitter, se equipara con Torra y da rienda suelta a la equiparación entre su cargo y el del racista. No hay avances significativos. Se producirán en los próximos días y semanas. La reunión de la "comisión bilateral" será el primer paso. Los nacionalistas catalanes han logrado establecer un canal privilegiado y tienen a Sánchez en sus manos. La próxima entrevista será en el palacio de la Generalidad. Torra espera a Sánchez en septiembre, el mes de la Diada, comienzo de curso reivindicativo del separatismo.

Tanto Torra como Sánchez han salido encantados de las dos horas y media de reunión. El primero mantiene que la autodeterminación está en marcha, el segundo comunica a través de Carmen Calvo que la autodeterminación no cabe en la Constitución, pero que todo es posible. La Corona está en el aire. Sánchez no ha censurado los ataques de Torra y el separatismo contra el Jefe del Estado.

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