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Los separatistas reinciden en el 'Parlament' con otra moción golpista

Los letrados de la cámara llaman la atención a los golpistas y Torra anuncia otra reunión con Sánchez en Barcelona para septiembre.

Los letrados de la cámara llaman la atención a los golpistas y Torra anuncia otra reunión con Sánchez en Barcelona para septiembre.
Torra y Arrimadas en un momento de la tensa sesión | EFE

El separatismo "retrocede" hasta el 9 de noviembre de 2015, cuando las fuerzas golpistas aprobaron una moción cuyo segundo punto decía así: "El Parlament declara solemnemente el inicio del proceso de creación de un estado catalán independiente con forma de república". Coincidía con el aniversario del primer referéndum ilegal separatista. Casi tres años después de aquello, el grupo de Puigdmeont y ERC, a instancias de la CUP, han aprobado una moción de homenaje a aquella y en la que se reiteran en los mismos propósitos golpistas.

Los letrados de la cámara se han visto en la obligación de redactar un advertencia, que ha sido leído por el miembro socialista de la mesa David Pérez, en la que subrayan la obvia inconstitucionalidad del texto separatista, que también incluye la restauración de catorce proyectos de ley de la pasada legislatura que fueron tumbados por el Tribunal Constitucional. Los letrados han avisado en vano a sus señorías independentistas, que a pesar de sus divisiones y tensiones internas, han sacado adelante una moción de ruptura con el Estado y desafío al Tribunal Constitucional. Todo eso a cuatro días de la reunión en Moncloa entre el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y el de la Generalidad, Quim Torra.

Culminar la independencia

La resolución para reanudar el proceso declara la "firme voluntad de alcanzar y culminar la independencia de Cataluña" sustentada en los resultados del referéndum del 1-O y en los de las autonómicas del 21-D, comicios en los que los separatistas perdieron en votos pero suman mayoría en escaños.

Otro escándalo en el Parlament. El presidente de la cámara, el republicano Roger Torrent, se ha negado a reunir a la mesa a petición de Ciudadanos. La moción se ha aprobado a trompicones y sin que C's, PSC y el PP participaran en la votación. El espectáculo habitual.

La reincidencia parlamentaria en el golpe no es óbice para que el president Torra se muestre dispuesto a un "diálogo sincero" con Sánchez para llegar a un acuerdo que permita la celebración de un referéndum pactado, a pesar de que se insiste en el separatismo que el 1-O está vigente y sus teóricos resultados, fuente de legitimidad de la ruptura con el resto de España.

La predisposición de Sánchez a hablar "de todo" provoca sensaciones encontradas en las diversas facciones separatistas. Torra espera instrucciones de la consejera Elsa Artadi y de su valedor Puigdemont y subraya que hablará con Sánchez de los golpistas presos y de un referéndum. Exige la liberación inmediata, la retirada de las acusaciones y la cancelación de todos los procedimientos judiciales, así como que Sánchez actúe como el exprimer ministro británico David Cameron y permita un referéndum sececionista.

El elefante del referéndum

Torra es optimista. Niega el contenido político del traslado de los golpistas presos y dice que si no pudiera hablar del referéndum no acudiría a la reunión con Sánchez. Pero también tiene interés, alega, por conocer la "alternativa" de Sánchez. No quiere hablar de millones ni de los 45 puntos más uno que sus antecesores expusieron a Rajoy. Eso es cosa de las comisiones bilaterales entre el Estado y la Generalidad, deudas y agravios históricos. Quiere hablar del "elefante", el referéndum.

La líder de la oposición, Inés Arrimadas, le ha pedido que intente representar en Moncloa los intereses de todos los catalanes, que deje de ser el presidente de los Comités de Defensa de la República (CDR) y que salga de su burbuja.

El traslado a cárceles de la Generalidad de los golpistas ha reanimado a los separatistas. También el tono del presidente Sánchez, que ha pasado por alto las agresiones verbales de Torra al jefe del Estado y el número de Washington, en el que el presidente catalán se refirió a España como una dictadura con "presos políticos".

Como prueba de buena voluntad, Torra ha hecho votos para que la "cumbre" de Moncloa el próximo lunes tenga partido de vuelta en Barcelona durante el mes de septiembre. Así lo ha anunciado en la borrascosa sesión plenaria del Parlament. La reunión de lunes no será ni de tanteo. Torra no es quien para fijar posición. Depende del grupo parlamentario que controla el fugado Puigdemont mientras que ERC se reúne con el PSOE por su cuenta.

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