El presidente de la Generalidad, Quim Torra, ha sido el encargado de dar la bienvenida a Oriol Junqueras, Raül Romeva y los Jordis, Sànchez y Cuixart. El presidente del Parlament, Roger Torrent, ha acudido por su parte a la prisión de Figueras donde han recalado la exconsejera de Trabajo, Dolors Bassa, y la expresidenta de la cámara catalana, Carme Forcadell.
El primer recibimiento a los presos ha sido frío, apenas una treintena de incondicionales entre los que se contaban funcionarios de prisiones de la Generalidad adscritos a esos centros. La rápida reacción de Torra y Torrent suplió la falta de calor popular. Las cárceles catalanas dependen del departamento de Justicia de la Generalidad, en manos de ERC, y todo fueron facilidades para que entre los trámites habituales, revisión médica, charla con el psicólogo y exposición de las reglas básicas, se incluyera la recepción oficial a cargo de las máximas autoridades.
A partir de las siete de la tarde, centenares de separatistas se concentraron en las dos cárceles, Lledoners, a setenta kilómetros de Barcelona, el centro para los hombres, y Puig de les Basses, la cárcel de hombres en la que hay un módulo para mujeres, residencia de Forcadell y Bassa. Torra y Torrent encabezaron las marchas. Los agentes de los Mossos, cuadrados ante las autoridades, igual que los funcionarios. Los separatistas ya no tienen que cursar en el Ministerio de Interior sus visitas a los golpistas presos. La situación de los golpistas en prisión preventiva ha dado un giro radical. Son los jefes de los responsables directos de las cárceles que habitan.
Huéspedes vip
Los golpistas son huéspedes vip en las instalaciones penitenciarias de la Generalidad. La gran manifestación se llevará a cabo en Barcelona el sábado 14 de julio. Este miércoles, cientos de personas participaron en el recibimiento de los presos. Hubo profusión de parlamentos "institucionales". Gran protagonismo de Torra y Torrent, así como de los jefes operativos de la Assemblea Nacional Catalana (ANC), Elisenda Paluzie, y Òmnium, Marcel Mauri.
La Generalidad de Puigdemont y ERC controla la situación. Los accesos a las prisiones se han convertido en vías amarillas, plagadas de plásticos y pintadas. Los separatistas controlan las calles con la anuencia de los Mossos d'Esquadra, que tienen orden de proteger a los activistas amarillos y facilitar sus actividades "decorativos". Funcionarios de prisiones de la administración autonómica salen a aplaudir a los trasladados. Enorme sensación de alivio entre los separatistas, que ahora exigen la puesta en libertad de sus presos. Mítines a las puertas de las cárceles y situación "controlada".
Las cárceles de Lledoners y Puig de les Basses se han convertido en las nuevas sedes de ERC y los convergentes, cuyos "rehenes", Quim Form, Jordi Turull y Josep Rull, serán trasladados en las próximas horas. Se repetirán los agasajos mientras se prepara una gran manifestación para la próxima semana y se debate si celebrar el 11-S frente a las dos prisiones.
En el plano político, el separatismo agradece que el Gobierno de Sánchez esté dispuesto a hablar de un referéndum de autodeterminación, pero reclama la liberación de los golpistas ahora bajo su custodia. Las condiciones de estos presos han cambiado radicalmente. Los funcionarios aplauden a su paso, todos sus deseos serán satisfechos y uno de ellos, Jordi Sànchez, ya ha tuiteado que la luz es diferente.
Los "presos" y su gobierno afirman que el traslado no tiene nada que ver con la agenda a negociar con Sánchez. El ministro de Interior Marlaska sostiene que es de derecho el acercamiento de estos y los de ETA. La negociación entre el Gobierno y el Govern avanza a buena marcha, preparativos para la "cumbre" bilateral entre Sánchez y Torra.