"No me escondo". Así ha respondido el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, a la pregunta sobre el acercamiento de presos de ETA a las cárceles del País Vasco, compromiso realizado al lehendakari, Iñigo Urkullu, en su reunión de este lunes en el palacio de La Moncloa. "Yo lo he dicho claramente: ETA desapareció, la democracia derrotó a ETA y, en consecuencia, la política penitenciaria tiene que ser revisada. Debemos aproximarnos de otra manera a una realidad que es completamente distinta y que ha cambiado hace un mes".
En rueda de prensa conjunta con la canciller alemana Angela Merkel desde Berlín, el presidente Sánchez explicó que "lo que le trasladé al lehendakari, y no me escondo, es que el Gobierno está dispuesto a revisar esa política penitenciaria". Un punto en el que lanzó un llamamiento a las fuerzas políticas españolas a asumir esta realidad sin cuestionamientos: "Le pido al conjunto de fuerzas políticas que éste no sea un elemento de división cuando la democracia derrotó a ETA. Que pongamos las luces largas y sepamos que tenemos que normalizar más aún la convivencia en el País Vasco. Desde esa perspectiva trabajará el Gobierno de España".
Una confirmación seguida de un desmentido porque Sánchez fue preguntado también por la supuesta voluntad del Ejecutivo de ceder la gestión de la Seguridad Social al País Vasco: "Algunas cosas que leo en la prensa no se ajustan a la realidad. El objetivo del Gobierno con la Seguridad Social es garantizar la sostenibilidad de las pensiones. Y éste es el objetivo que le trasladé al lehendakari y creo que él lo entendió. Comprendo cuál es la situación de nuestra Seguridad Social".
El jefe del Ejecutivo también se pronunció sobre los dos grupos de trabajo que se crearon este lunes tras el encuentro en Moncloa y avanzó que se pretende "reducir los índices de conflictividad en el TC". Esto es, retirar algunos recursos a leyes recurridas ante el Tribunal Constitucional por el anterior Gobierno; y dos, abordar mejoras en la financiación vasca y traspasos de competencias. Hay pendientes 37 peticiones del gobierno vasco, para las que alabó "el tono, la disposición y la actitud" de Urkullu que "pueden beneficiar y mucho" a este objetivo.